—¿Por qué solo traes bóxer?—inquiere de repente Laura con una sonrisa socarrona señalándome de arriba hacia abajo.—Dejas mucho a la imaginación sobre lo que pasó ahí adentro, Der-Der.

—No ha pasado nada.—aclaro cruzando los brazos sobre mi pecho, pero a juzgar por las sonrisas de mis hermanas, estoy seguro de que no las he convencido ni una pizca.—Piensen lo que quieran.

—Oh... créeme que lo haré.—musita Laura volviendo a sonreír con socarronería y es apoyada por Cora con un asentimiento de cabeza.

Ruedo los ojos con diversión y me encamino a la habitación de mi mamá para poder bañarme.

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—Te ves bien, Stiles.—le digo por décima vez tratando de que salga de la habitación.

—Tu camisa me queda grande.—repone con una mueca mirándose en el espejo.—Y ni hablar del pantalón.

—Solo vas a bajar a desayunar.

—Tengo que estar presentable para mis fans.—bromea sonriéndome por el espejo. Se mira una última vez y se gira para mirarme directamente.—Bien, pero si tus hermanas comienzan con sus cosas voy a quitármelas.—amenaza señalándose de arriba hacia abajo.

—Para mí sería un placer.

Bajamos hacia la cocina y ahí ya se encuentran Laura y Cora desayunando y en cuanto ven a Stiles cruzar el umbral de la puerta se les dibuja una sonrisa cómplice. Y Stiles lo nota, ya que ha volteado a verme con reproche y diversión a partes iguales.

—Linda ropa, cuñado.—dice Laura llevándose la taza con café humeante a los labios.

—Concuerdo con Lau.—interviene Cora.—Pues yo he elegido esa ropa.

No puedo evitar reír ante la situación en la que estoy por lo que Stiles me mira mal al igual que a Cora, y a Laura... bueno a ella no la ve así porque le da miedo, pero ¿A quién no le da miedo Laurita?

—¿Y qué me dices de Isaac, Cora?—pregunta de repente Stiles, la risa de Cora cesa al instante.—¿Cómo vas con él?

—¿Isaac?—pregunta Laura con el ceño ligeramente fruncido.—¿Quién es Isaac? ¿Es tu novio?

Cora mira a Stiles fulminante y yo no puedo, otra vez, evitar reír. Jalo a Stiles de la mano para subir a la habitación, pues Cora y Laura tendrán una plática interesante, en la cual posiblemente tengamos a una Cora avergonzada por Laura y sus preguntas. Y a Laura emocionada porque a su hermana pequeña le interesa alguien y Stiles ha desatado esa bomba que posiblemente me estalle en la cara en cuanto Stiles se vaya o tal vez antes.

—Estarás conmigo cuando Laura acabe de avergonzar a Cora.—le advierto en cuanto entramos a la habitación.—No quiero enfrentarme a ella.—cierro la puerta con el pie y me voy a sentar a la cama.

—¿Por qué yo?—pregunta quitándose la camiseta. Enarco una ceja en su dirección al ver lo que hace y él se encoge de hombros.—Te dije que me la quitaría si comenzaban con sus cosas.

—Porque tú comenzaste eso.—le respondo recorriendo su torso con mi mirada.—Esos lunares me están llamando.

Stiles ríe sonoramente para después acercarse a mí y sentarse a horcajadas sobre mi regazo; coloca sus manos en mis hombros y me mira fijamente con un toque de diversión en su mirada junto con algo que no soy capaz de identificar.

—¿Y qué te dicen?—musita con una sonrisa un tanto sensual.

—Que vaya y los bese uno por uno.—sonrío llevando mis manos a su cintura para comenzar a acariciarla.

—Tal vez deberías hacerles caso.—Stiles comienza a moverse sobre mí provocando que soltara un jadeo.

Sus labios chocan con los míos y comienzan a moverse al mismo compás mientras nuestras lenguas se rozan al bailar juntas provocando descargas que viajan por toda mi columna vertebral y sé que a Stiles también le pasa lo mismo al momento en el que suelta un jadeo entre el beso.

Rompo el contacto de nuestros labios solo para llevar los míos a su cuello y comenzar a dejar besos sobre éste; Stiles entierra sus manos en mi cabello jugando con algunos mechones disfrutando de la atención que está recibiendo su cuello. Muerdo levemente la zona del nacimiento del cuello haciendo que Stiles eche levemente la cabeza hacia atrás mientras suelta un gemido moviendo su trasero sobre mi entrepierna mientras se sostiene de mis hombros y eso simplemente me vuelve loco.

El sentirlo de esa manera me hace sentir millones de sensaciones que no soy capaz de describir y menos ahora que ha colado sus manos bajo mi camiseta.
Sus dedos serpentean por mi piel y estoy seguro de que su tacto quema de alguna manera que me es agradable e imposible de describir.

—Quítate la camiseta.—medio jadea y medio ordena tirando un poco de la misma.

Le hago caso y pronto la prenda está en algún lugar del suelo que no me importa averiguar en estos momentos.
En un movimiento giro y dejo caer a Stiles sobre el colchón quedando entre sus piernas las cuales están enrolladas en mi cintura. Junto de nuevo nuestros labios en un beso desesperado y tierno a la vez a lo que él responde gustoso y comienzo a simular embestidas, las cuales le sacan jadeos a Stiles; mis manos viajan al botón de su pantalón y comienzo a jugar con él provocando que Stiles alce las caderas para buscar un poco más de contacto o para dar a entender que lo desabroche.

Nuestros cuerpos se rozan, se separan y se vuelven a rozar de una manera provocativa que me es incapaz de mantener la cordura, aunque en realidad mi cordura quedó en el olvido cuando vi a Stiles sin camisa.

—Derek...—susurra contra mi oído aferrándose a mi espalda en cuanto embisto con un poco más de fuerza que las anteriores veces.

Mis manos se deslizan por su pecho con delicadeza, mis dedos tiemblan al sentirlo estremecerse bajo mi tacto y mis manos siguen su recorrido hasta llegar a sus mejillas para acariciarlas y atraerlo hacia mí para besarlo con delicadeza.

Nos movemos al mismo tiempo, sintiendo nuestros cuerpos rozar de una manera que hace que mi corazón se desenfrene chocando ferozmente contra mi pecho, es una de las sensaciones más asombrosas que jamás había sentido en la vida y sinceramente me alegra que sea Stiles quién me provoque esto.

Aunque siento la ausencia de aire apoderándose de mis pulmones no soy capaz de separarme de él, sus labios parecen estar hechos a la medida para encajar perfectamente con los míos, parecen que siempre estuvieron hechos para estar conectados con los míos.

Comienzo a bajar su pantalón el cual resbala rápido y él no se quiere quedar en desventaja por lo que comienza a jugar con el resorte del pantalón de chándal y lo baja con rapidez.

Pronto sin saber en qué momento sucedió, estamos completamente desnudos y es ahí cuando mis manos comienzan a recorrer cada centímetro de su cuerpo, conocen cada lunar que posee, grabo a fuego la figura de su cuerpo en mi mente y me deleito por su sabor dulzón. El tacto de mis manos contra su piel quema de una manera que me es agradable, su cuerpo se estremece bajo el mío y lo observo con cautela; tiene los ojos cerrados, la boca entreabierta de la cual salen gemidos incontrolables y algunos mechones de cabello caen sobre su frente descuidadamente pegándose por el sudor y no puedo evitar sentirme feliz por saber que yo soy la razón por la que está de esa manera.

Sus manos tiemblan contra mi espalda cuando nos unimos completamente, en cuerpo y alma. Nuestros ojos se conectan y comienzan una plática silenciosa en la que nos decimos todo y nada.

Me gustas... Stiles [Sterek] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora