Seguí saliendo con Luca a escondidas, ya me había vuelto una experta abriendo las cerraduras de la casa y lo hacía más rápido de lo que imagine, el miércoles mientras estábamos sentados en la colina tomando café me dijo que el viernes quería llevarme a un lugar, pero teníamos que necesitar la ayuda de alguien para poder vernos, ya que me dijo que a el lugar donde quería llevarme teníamos que ir en la mañana.
- Si le decimos a Fer ¿crees que acepte?- me pregunto, mientras estábamos sentados en la colina jugando piedra, papel o tijeras, a lado de nosotros teníamos nuestros vaso a medias con café.
- ¿Pero que le diríamos a mis papás?- respondí.
- Que saldrás con él a correr.- me le quede viendo con cara de duda, sabía que no nos creerían esa mentira, no quería que mis demás primos nos acompañaran ya que no podríamos estar Luca y yo juntos.
- No lo creo, mis papás no nos crean.- me cruce de brazos.
- ¿Y si le decimos a Hanni?- pregunto, ella aun no sabía que salía a escondidas con Luca y no sabía qué pensaría sobre eso, aunque no había hecho nada malo, no sabría cómo reaccionaría al contarle.
- Pero si nos preguntan mis papás a donde iremos ¿Qué les diremos?- me le quede viendo y después me acosté sobre una cobija azul que llevo Luca y que pusimos sobre el pasto para acostarnos sobre ella. -Mejor le decimos a Fer, solo que debemos de pensar bien un plan.- él se acostó a mi lado.
- Podemos decirle a Maca que nos ayude.- me tomo de la mano, en ese momento se me vino a la mente que Hanni y Maca nos podían ayudar.
- Me parece la idea, solo debo de idear un plan para que les diga a mis papás.- me acosté de lado viéndolo, ¿Cómo puede ser que una persona te haga sentir tanto en tan poco tiempo?
- ¿Por qué me vez así Mel?- pregunto girando su mirada hacia donde estaba.
- ¿Cómo?- su pregunta me saco de mis pensamientos, me descubrió observándolo.
- Así como lo estás haciendo, ¿tengo algo en la cara?, quizá un moco en la nariz.- alzo su cara mostrándome sus fosas nasales.
- ¡Luca!- le di un golpe en su pecho con la palma de mi mano. -Enserio que estás loco.- me comencé a reír, me gustaba tanto su forma de ser, no le daba pena de mostrarse cuál es, podíamos jugar como niños y también tener conversaciones profundas.
- O acaso piensas ¿Qué soy el hombre más guapo que has conocido?- me vio con una mirada de picardía.
- O puede que te equivoques, y piense que eres el hombre más horrible que he conocido.- levante una ceja.
- Eso sí que fue un golpe bajo Mel.- dijo. -Has roto mi corazón.- se puso su manos sobre su pecho.
- No seas dramático.- respondí y después le saque la lengua, estuvimos ahí por un tiempo. -Creo que es hora de irnos Luca, ya van a ser casi las 6.- dije mientras veía la hora en mi teléfono, esa noche sí que se nos había pasado el tiempo más del que nos quedábamos ahí.
- Espera un momento Mel.- me dijo mientras se levantaba, enseguida yo me puse igual de pie.
- ¿Qué pasa?- pregunte.
- Mira.- dijo señalando hacia el horizonte, el crepúsculo matutino comenzaba a hacer presencia, era la primera vez que lo veíamos juntos.
- Luca, ¡esto es hermoso!- no sé si era porque estábamos juntos pero ese amanecer era de los más bonitos que había visto en mi vida, el me tomo de la mano mientras veíamos y ahí nos quedamos unos minutos admirando ese paisaje.
- Ahora si ya es tiempo de que te lleve a tu casa.- dijo acercándose a mi oído, yo le sonreí y asentí con la cabeza, aun seguíamos tomados de las manos y partimos para casa. En ese momento muchas emociones se habían quedado en aquella colina.
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Tres amores tuve en la vida
Teen FictionMelina Jimenez o Mel como le gustaba que le llamaran, es una chica de 16 años, que llega de Canada a México con sus padres y su hermana. Hace 16 años que vive en Canada, pero su familia decide hacer un viaje a México por el trabajo de su papá y est...