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¿Tú quién eres?

...

La brisa corría por las verdes praderas, moviendo los verdes pastizales altos, los cuales llegaban hasta los tobillos... Allí, mientras corría sin rumbo persiguiendo una hermosa monarca, pude ver a un chico... Un poco menor de mi edad, o al menos eso aparentaba, su piel oliva, un cabello lacio y blanquecino que se movía con la suave brisa... Y... Dos orejas sobre su cabeza... ¿¡Orejas!?... Si, orejas, eran como las orejas de un perro.

El chico al notar mi presencia se giró asustado; sus ojos... Hicieron que todo mi ser se paralizara, mi pequeño cuerpo no respondía, me quedé mirándolo hipnotizado... Eran amarillos, un amarillo deslumbrante, no estába seguro de lo que él podía ser, pero de lo que sí estába seguro era de que debía correr, pero el se adelantó, se puso de pié y huyó como el rayo lejos de mi; desapareció entre la maleza y entre los árboles enormes que habían a lo lejos.

-¿Quién o que eres?...

...

Habían pasado exactamente 17 años desde que había visto a aquél extraño chico en aquella pradera... Durante esos 17, siempre iba al mismo lugar para poder ver más de cerca a aquélla «persona» si es que podía llamarlo así... Pero su belleza era única... Él me había parecido la cosa más hermosa jamas nunca antes vista... Necesitaba verlo otra vez, quería saber mas de él, o al menos... Verlo desde la lejanía, quería comprobar que todo lo que ví aquél día de primavera fué real.

[...]

Pasaron días, volví a aquélla pradera, pero no precisamente porque quisiera, sinó que me ví envuelto en un lío demasiado grande por intentar defender a un chico que era abusado por otros cinco más grandes.

Corría sin rumbos por el obscuro lugar, porque sí, era la noche y lo único que alumbraba mi camino era la blanca luz de luna.

A lo lejos ví una cabaña oculta entre árboles espesos y matorrales, miré hacia atrás, pude ver la luz de las linternas acercarse entre los árboles, corrí rápidamente y intentando ser silencioso, al llegar al lugar, cerré la vieja y moosa puerta para luego retroceder tocando con mi espalda la fría pared de concreto, me deslice hasta terminar en cuclillas mirando cansado el techo viejo de aquél lugar... ¿como era que nunca de niño ví este lugar? Siempre jugaba por los alrededores y nunca ví este lugar... Era extraño...

Luego de no escuchar nada a excepción de los grillos y demás animalitos del bosque, me puse de pié y con mi linterna del móvil alumbre el lugar en el que estaba, una simple cabaña pequeña y vieja, pero algo llamaba mi atención... Habían muebles, y estos estaban sumamente limpios... No había ni una sola mota de polvo a pesar de que el lugar pareciera abandonado, mientras caminaba, pasé por sobre una alfombra, oí un ruido extraño bajo mis piés, moví la alfombra y bajo ví una trampilla, intrigado la abrí, habían unas escaleras que bajaban, sin poder resistir, bajé.

Al terminar de bajar las escaleras, había un tipo de pasillo, y al final de este, había luz... Silenciosamente me acerqué al lugar guardando mi teléfono en mi bolsillo trasero, tenía miedo, mis manos temblaban, a medida que me acercaba, podía oír como si alguien pasara las hojas de un libro y se detuviera para leer... Esto me ponía nervioso, que hubiera alguien en este lugar cuando entré sin permiso... ¿que tal si era alguien malo y amargado?... Me echaría sin piedad... O me secuestraria... O... Un mundo de posibilidades se creó en mi cabeza, estába demasiado nervioso...

Al llegar al final del pasillo, ví una puerta, y por debajo de esta, salía la luz, abrí un poco esta procurando ser sigiloso, luego de abrirla lo suficiente como para ojear que había dentro, me fijé que no había absolutamente nadie.

Entré y miré el libro abierto que había sobre la mesa, este se pasaba de hojas por la leve brisa que llegaba desde algún lugar, solo lo cerré y miré los dibujos que había en el lugar, era un niño... Esperen... Ese era yo, ese era yo, recuerdo ese día, fué el día que ví a aquél chico, las ropas que traía puestas ese día, lo recuerdo... En el dibujo que estaba a un lado del mío, había una monarca... Igual a la que estába persiguiendo ese día... No, no era posible, ¿o si?... ¿Él... Fué él el que dibujó esto?...

Oí un gran ruido en el piso de arriba, me alarme, tal vez la persona que habitaba aquí había llegado, miré a todas partes, y me escondí en un lugar obscuro de la pequeña habitación.

Esperaba que aquélla persona no me encontrara, tenía miedo de lo que fuera a pasar, no tenía ni la más mínima idea de quien era... O si era peligroso... Ahora mismo, podía sentir los latidos de mi corazón subir por mi garganta, tenía demasiado miedo.

Justo cuando creí que aquella persona nunca me encontraría, la puerta se abrió, revelando a un alto y apuesto chico unos años menor que yo... Piel oliva, labios gruesos... Cabellera clara y orejas... Orejas...

Su mirada fué directamente hacia la mía, él me había visto, esos ojos amarillos y brillantes... Ahora estaban mirándome a mi, podía sentirlo... Mi cuerpo nuevamente se paralizó, no podía mover ni un solo músculo del miedo, mis manos comenzaron a sudar del miedo, el chico comenzó a acercarse a paso lento pero no pausado.

Wolf - NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora