Capítulo 19

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Sus miradas se encontraron de nuevo, después de todo aquel tiempo.
Ansiaban aquello; al fin sus ojos verdosos se fijaban en él. Pero aquella vez, no era una ilusión. No era un sueño; de esos que después te despiertas, sudorosa, deseando que ojalá sea realidad.

Kakashi estaba frente a ella, observando cómo estaba tirada en el suelo, medio temblando.
Quiso acercarse, pero pensó que si lo hacía, aquella chica desconocida-ya que no se esperaría nunca esa reacción-se marchase.
Y quiso acercarse poco a poco a ella para después abrazarla, darle el amor que quiso darle durante aquellos meses, desde casi un año.

-Sakura...- susurró.

La muchacha elevó su mirada. Aún estaba temblando, pero decidió respirar.
Cogió aire a todo pulmón y lo sacó en un momento. Volvió a repetirlo hasta que, finalmente, su cuerpo ya no temblaba solo.
Hasta que comprendió que Sakori no era quien estaba ahí, si no, Kakashi.

Su Kakashi.

Él se abalanzó sobre ella sin importarle que para eso tenía que tirarse al suelo. Rodeó a la pelirrosa con sus firmes brazos, apretando. Ella lo aceptó. Respiró finalmente el aroma que tanto ansiaba. Aquel olor que nadie podría cambiar; el único que podría hacer que su corazón estuviese más tranquilo.

Volvió a latir a un ritmo más lento.Cuando se separon, miró sus ojos.

-Kakashi...

Los ojos de aquel chico no podían dejar de fijarse en los de ella.

Finalmente podía ver aquel iris que tanto amaba y encantaba.

De repente, Kakashi le dio un pequeño golpe amistoso en la cabeza.

-¿Cómo se te ocurre? ¿Por qué acepté?

-Porque quería protegerte- susurró cerca de su oído, apegándose de nuevo a él. Sus manos agarraron parte del chaleco del Hatake.

-Es propio de ti... Pero quién hizo la promesa soy yo. Diablos, ¡déjame cumplirla!

La Haruno cerró sus párpados. Quería sentir con su tacto la calidez que desprendía.

-Ahora... Lo haremos juntos. Y no-

-Debo rechazar la ofert-

-No era una oferta.

La voz del sensei fue firme. Y cierta.
No era una oferta; no quería la oportunidad de que se marchara de nuevo.
De que corriese riesgo ella sola.
De que aguantara lo que ninguna persona debía de aguantar.

¡Si hiciera falta se pondría entre ella y una katana, solo para proteger su inocencia! Si hiciera falta, lo imposible se quedaría corto por ella.

Dejaron que el tiempo pasara en silencio, aún juntos, sin tener la necesidad de separarse. Los dos estaban disfrutando de aquella compañía, pensando en todo por lo que pasaron hasta llegar a aquel instante.

Horrores.
Peleas.
Discusiones.

Pero... sobre todo, amor. De ese tipo de amor que te enganchaba; de aquel al que, aunque estuviese al decirlo, necesitabas sí o sí para poder vivir, teniendo la mente en paz- Disfrutando de todo.

¡Era necesario! Estar separados no era una opción. Jamás lo fue. ¿Por qué pensaron que sí?
Cuando un problema se presentaba, eran más fuertes dos que uno. ¡Y más si trataba de ella!

A sus ojos era fuerte, claro, ¡estamos hablando de Haruno Sakura! Pero no podía evitar pensar: "¿y si...?" Aquellos malditos "¿y si...?" que no le dejaba dormir.
Era distinto, pues con Naruto, Sai y Sasuke no pasaba. Así que, era por ella.

Por el temor de perderla.

***

Volvieron a caminar; debían de moverse.

-Por cierto, Kakashi-la pelirrosa interrumpió aquel silencio-. ¿Cómo ha llegado hasta aquí?

-Sasuke.

-Ya veo-sonrió.

-¿Me explicarás qué ocurrió antes de que viniese?

Sakura miró al suelo algo apenada. Al tener aquel recuerdo en su mente, no temblaba.
Ya no.
Se lo prometió: no volver a fallarse, no volver a dejar que Sakori hiciera lo que quisiera.

-Él... Bueno, me recordó lo que ocurrió.

Kakashi no dejaba de observar cada una de sus bonitas expresiones, aunque aquella, más que ternura, le dieron ganas de abrazarla. Abrazarla y no soltarla. ¿Por qué? Eran ninjas; no deberían de estar haciéndose cariñitos cada dos minutos, y menos cuando la vida de alguien estaba en riesgo.

Respiró, apretando sus puños para que aquellas ganas se fuesen. Sakura mordió su labio inferior al verlo.

-¿Y ahora qué, Sakura?

-Necesito hablar con alguien. Llegaremos en tres días. Donde está es un lugar apartado, pero lo cierto que también bello. Le gustará.

-¿Hablar con alguien? ¿Para qué?

La pelirrosa sonrió.

-Volví a la mansión Hatame y descubrí algo. Llevo huyendo de las cinco naciones y eso me mantuvo ocupada. Pero... creo poder conseguirlo, Kakashi. Nuestro propio final feliz. Aquel que todo el mundo desea y no todos obtienen. Aquel en el que nadie muere. Aquel que solo consiste en sonrisas. ¡Puedo conseguirlo! Pero...-la pelirrosa paró de seco, acercándose hacia Kakashi. Entrelazó sus dedos con los suyos-... Pero Kakashi.

-No me gustan los peros.

La sonrisa de la Haruno se volvió algo melancólica.

-Pero esta vez debo protegerle yo. A quien veremos no es nada amistoso.

Intenta protegerme, Sensei | KakaSakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora