Capítulo 13

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Los chicos del equipo siete no dejaban de correr, impacientes, hasta al fin toparse con Gaara y Kankuro. El pelirrojo los miró con culpabilidad, pero aun así, intentó mantener la compostura.
Sabía que ellos eran muy importantes, que eran sus amigos, y también sabía que Sakura ayudó mucho en Suna. Pero, ¿qué podía hacer? Era el Kazekage, los aldeanos tenían miedo y... él también.
Cuando descubrió el poder de la Haruno, se alarmó. ¡Por supuesto que lo hizo! ¿Quién no lo haría?

Tuvieron una reunión de Kages, sin Tsunade. El veredicto: matarla.
Gaara tuvo que suplicar y luchar para que él pudiese encargarse de retenerla, en vez de matarla.

—¡Gaara! ¡Diles que no tienes a Sakura-chan!—gritó el Uzumaki impaciente, acercándose cada vez más y más a su pelirrojo amigo.

Kankuro los miró.

—¡Gaara!—volvió a reaccionar, delante de la mirada de todo el equipo siete.

—Naruto... Lo siento.

—¿Qué?—el rubio se sorprendió bastante al escucharlo.
No podía ser, ¿verdad? Él era su amigo. Amigo.

Amigo.

¿Acaso toda la amistad que le brindó en años no le llegó? ¿Acaso lo hizo mal?

—Lo siento. Pero te pido calma. No queremos matarla. Lo hacemos para proteger-

Un puño inesperado impactó en la mejilla del Kazekage. Ni él mismo, a pesar de ser ninja, pudo percibir aquella rabia.
Él estaba exhausto. No permitiría aquello. ¡Al fin podía estar con ella! ¡Al fin sus sentimientos la alcanzaron! ¿Por qué insisten en separarlos?

—¡Kakashi-sensei!

—Escúchame, Gaara—se acercó el peliblanco, agarrándolo del cuello. Gaara se dejó hacer. Había escuchado de la relación que tenía ambos, y, pensó que si eso le ayudaba a descargar ira, lo haría. Aunque existían límites—. Ella no lo hizo. Estuvo todo el rato conmigo. ¿Entiendes?

—Kakashi. Le ruego que se calme.

Tras el pelirrojo, Kankuro extendió aquellos hilos de chakra, reluciendo su marioneta nueva. Parecía poderosa. La posicionó en modo de ataque.

—¡No jodan!—gritó Sasuke.

Sai, junto al Uchiha, se posicionaron del mismo modo, observando con algo de ira a aquellos dos ¿traidores? Depositaron toda su confianza en Suna, siendo los mejores aliados del mundo shinobi. ¿Qué se supone que debían de hacer? ¿Proteger a la pelirrosa de todas las aldeas? ¿Huir con ella?

—¡Chicos! ¡Basta!—gritó el Uzumaki, apretando sus puños.

Él, de todos, era el que estaba más confuso. No sabía si tener algo de esperanza como siempre tenía, o debía de unirse al equipo siete para batallar contra Gaara. Quizás tenía más opciones, pero, por Kami-sama, no había tiempo para pensar un buen plan.

—¡Kazekage-sama!—interrumpió una voz de un ninja desconocido. El ninja corrió hacia Gaara sorprendido por la situación, pero, suspirando y anhelando algo de aire, dio la noticia:—Es la chica. ¡Ha huido!

—¿Cómo que ha huido?

Kakashi soltó al pelirrojo en cuanto escuchó aquella noticia. Brindó sus ojos hacia el portador de la información, algo sonriente. Quizás la Haruno no tardaría en reunirse con él de nuevo.

—Se ha ido. No dejó muertos ni heridas graves, pero sí dejó a un guardia desmayado.

Frunció su ceño.

Intenta protegerme, Sensei | KakaSakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora