Capítulo 21 ✓

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¿Qué? Sí, sí. Sé que en el principio te dije que estábamos juntos y todo eso. Pero tienes que ser paciente, esta historia ya está por terminar.


Lunes, 16 de marzo del 2015.

La suave brisa de la primavera golpeaba mi cara, de una forma tan delicada que, provocaba en mi un estado soñoliento. Así que, haciendo caso a la demanda de mi cuerpo, me acomodo en el piso, llevando mi brazo a mis ojos, negando así el paso a la luz.

Últimamente no he podido dormir bien, la ultima discusión con Akari me lleno de sentimientos y pensamientos demasiados pesados y dolorosos, los cuales se colaban en mi mente a toda hora, siendo incapaz de escapar de ellos.

Suelto un suspiro de cansancio, mis ojos siguen cerrados y el sueño sigue acariciando mi cuerpo, pero no podía dormir. De repente siento unas caricias suaves en mi brazo que me quita el sueño de un solo golpe. Me incorporo como un rayo, asustando a la persona a mi lado.

—Tómalo con calma. No es como si tuviera un cuchillo— La voz suena fastidiada y yo solo pienso en que podría haber muerto de un infarto.

—¡No deberías de tomar a un hombre con la guardia baja! — Le reprocho aun teniendo la mano en mi pecho, como si con eso pudiera calmar la aceleración de mi corazón.

—No deberías de dormir en la azotea del instituto— Contraataca.

—No deberías despertar a las personas que duermen en la azotea de su instituto— Reclamo después de un bostezo, que me da señal de que aún podría seguir intentando dormir.

Un silencio incomodo se instala después de mis últimas palabras, no he mirado en ningún momento a la persona que está a mi lado. Sé quién es, conozco a la perfección esa suave voz y sobre todo el olor de su cabello. 

«¡Maldito viento!» Gruño en mi mente.

Hago todo lo posible por no hacer muecas, me vuelvo a acomodar en el piso y giro mi cuerpo, dándole la espalda.

—No voy a entrar a clases, así que seguiré durmiendo— Finalizo mientras cierro los ojos, esperando a que ella se vaya.

Pero ella no dice nada, tampoco escucho sus pasos. Sigue ahí perforando mi cráneo con la mirada.

—Un mes— Habla, provocando que mi cuerpo se tense.

—¿Un mes de qué? — Le contesto, estando en la misma posición y rogando de que por favor, esto no termine en una discusión. 

—Desde que hablamos— Me contesta con cierto tono que no logro reconocer, ¿nervios? ¿odio?

—¿Hablar? — Hago todo lo posible para que no suene como un reproche, pero se que es un intento fallido, cuando se que el tema aun me molesta.

—Sabes, no estas ayudando comportándote de esa forma— Oh dios. Aquí vamos.

—Y tampoco ayuda que tú reacciones así— Digo calmadamente y en mi misma posición, no seria capaz de aguantar una batalla contra ella, me rendiría fácilmente o dejaría que me hiriera de la forma que ella quisiera.

—¡Me has estado evitando como si tuviera la Lepra! ¿Cómo debería reaccionar según tú? — Exclama sumamente alterada.

—Tonterías Akari. Tú no tienes Lepra, no tienes ronchas ¿O sí? — Estoy seguro que desde aquí puedo escuchar los dientes de Akari rechinar de rabia.

El enamorado y La escéptica│Portgas D. Ace│ #LCA18Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora