El enamorado y La escéptica│Portgas D. Ace│ #LCA18

Capítulo 19 ✓

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Lunes, 2 de febrero del 2015.4:08 a.m.

Siempre hay una primera vez para todo y yo experimente la mía hace tan solo un par de horas.

Sentía mis ojos pesados y bastante arenosos, mi respiración era irregular debido al tremendo llanto que monte y mi mente estaba en blanco. Nunca había llorado tanto, ni cuando era niño, ni cuando recibía los golpes del abuelo, ni siquiera cuando me engañaron.

Nada me había superado tanto como lo hicieron esos sentimientos combinados y acumulados, las palabras de apoyo del señor Shanks no hacían más que alimentar mi llanto, obteniendo solo caricias en mi espalda como apoyo.

Sabo no había dicho nada, pero su mano en mis cabellos eran más que suficiente para sentir su calidez y tranquilidad. Después de eso, yo solo quedé en blanco, lo único que se oía en la oficina era mis respiros irregulares, estuve así hasta ahorita, sin pronunciar palabras y con un dolor de espalda debido a la posición que llevaba desde hace horas.

El sonido de un celular hizo que me incorporara como un rayo, mire la oficina buscando de dónde provenía el sonido, no era el mío, ni el de Sabo, al girarme a mi izquierda veo al señor Shanks contestar su celular.

—¿Diga? — Duro un segundo en silencio—. Si, ese soy yo. ¿¡Que?! ¿¡Enserio!? ¡Oh gracias, muchas gracias!

Shanks se voltea hacia mí y mueve los labios diciéndome "Ella está a salvo"

De alguna manera y sin saberlo, suelto el aire contenido en mis pulmones, sintiendo como el brazo de mi hermano me rodea los hombros.

—Entiendo— Veo que su rostro se pone serio—. ¿En dónde? Ok. Si, si se dónde queda. Enserio ¡Muchas gracias!

El señor Akagami tranca el celular y noto como suelta el aire, me mira durante unos segundos, segundos en que veo su cara ensombrecerse y con eso me hace entender, que las cosas aún no están bien.

—Ella está en el hospital central, al parecer ella... ella— Su respiración se volvió pesada, pero recobro la normalidad al respirar profundamente mientras que sus manos se volvían puños—. Ese desgraciado la hirió y tuvieron que llevarla ahí.

Mi mente no estuvo más en blanco, por mi cabeza llegaban imágenes de Akari siendo golpeada, de su rostro lleno de moretones y sangre, de su nívea y blanca piel llena de heridas, morados y cortadas.

De él levantando su mano hacia ella, encima de ella. ¡Demonios!

—Chico— Shanks me exigía atención, pero yo no podía parar esas imágenes—. ¡Ace!

Lo miro finalmente y sacudo mi cabeza, en un intento de acabar, de terminar ese mar de pensamiento e imágenes.

—Lo siento Shanks— Llevo mis manos a mi cabello, peinándolo hacia tras y posteriormente guardándolas en mi bolsillo, para evitar que alguien viera como temblaban. El suspiro y poso sus grandes manos en mis hombros.

Aún seguía viéndose como un desastre, sus ojeras estaban más pronunciadas y el rojo de sus ojos estaba levemente más claro. Eso me hizo pensar en cómo me vería yo.

Tal vez yo también me vería como un desastre, con la cara pegajosa del llanto y moco seco producto también de ello, ojos rojos y con una expresión dolida, triste o tal vez colérica.

—Chico, se exactamente cómo te sientes. No sabes cuantas ganas tengo de matar a ese infeliz, pero ahora eso no es nuestra prioridad. ¿Entiendes eso Ace?