cap 24 segunda parte

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- Hola, Amor. ¿Qué tal tu día de clases?

- ¿Qué haces, Justin?- inquirió la castaña saliendo del aula de Historia con unos cuantos libros entre sus brazos.

- Te vine a buscar para que pasemos juntos un rato.

- ¿Y desde cuándo haces eso?

- Desde que eres mi esposa y debemos fingir que nos amamos, ¿recuerdas? Además, ayer no compartimos ni un momento en público. El director quería que nos viesen juntos y enamorados, por eso nos casó.

- Ah…ya, pero tengo que estudiar.

- Bueno, vamos a los jardines y estudias allá, hay sol.

- Me desconcentrarías, mejor iré a la biblioteca.

- ¡Espera!- el rubio tomó a su esposa por el codo para detener su caminata hacia el santuario de libros.- Vamos a los jardines, ________. A estas alturas no hay nadie en la biblioteca, nadie nos vería.

La aludida resopló y apretó sus libros contra el pecho antes de seguir a su marido en dirección a los alrededores del castillo siendo observados de cerca por todos aquellos que se cruzaban en su recorrido.

- ¿Y qué tal tu día?- interrogó Justin mientras marchaban.

- ¿Te interesa?

- No mucho, pero me molesta el silencio así que te pregunto.

La joven volvió a resoplar intentando descargar su fastidio de alguna manera que no sea la que incluyera estrangular a su esposo.

- Es raro que me llamen señora Bieber en vez de señorita Levine.

- Me imagino la cara deforme de Mike y de…

- ¡¡Justin!!

- Quise decir Donson y Tevez- se corrigió el chico.

- No entiendo por qué siguen tan enfrentados como antes si al fin y al cabo..

- Son unos **** y listo.

- ¿Se puede saber qué es lo que tanto molesta? 

- No.

- Podrías desahogarte, ¿sabes?

- No lo necesito.

- Todos lo necesitamos.

- Prefiero desahogarme entre tus piernas.

- ¡Justin, eres despreciable!

- Y aún así corres el riesgo de enamorarte de mí…- comentó él con sorna al tiempo que miraba a su mujer dibujando en su rostro la sonrisa maliciosa que a ella tanto la exasperaba.

- Eres un ****a.

- Yo también te quiero, amor.- sonrio antes de besar su mejilla.

___________ bufó pero sabía que siendo contemplada por todos los que la rodeaban y descansaban en el pasto no podía darle la bofetada que él tanto se merecía, igualmente tenía que seguirlo. Justin caminó hasta un árbol serca  y se sentó apoyando su espalda en el tronco y flexionando sus piernas de manera que las plantas de sus pies tocaran el suelo. 

- Siéntate.- el chico le indicó a la castaña el lugar entre sus piernas y ella lo miró desconfiada.- No muerdo, cariño.

- Permíteme ponerlo en duda, mi vida.

El rió.- Vale, te concedo el derecho a la duda pero es más interesante así, ¿verdad?

- Define interesante.

- Vamos, _______, siéntate. Dejaré que estudies tranquila.

- ¿Y tú qué harás?

- Nada.

Eventualmente, la castaña suspiró resignada y se sentó entre las piernas de su esposo quién rodeó la cintura de la chica con sus brazos. Ella se estremeció levemente pero decidió no darle mayor importancia y sumergirse en sus libros a cambio, así que abrió el de Historia y comenzó a leer.

Por su parte, Justin contempló los gestos de su mujer a medida que los ojos marrones absorbían cada palabra y cada línea impresa en las páginas del libro, cuyo aroma se camuflaba con aquél que desprendía la castaña entre sus brazos. El sol de la tarde brillaba con una intensidad singular proyectando en el perfil de su esposa determinadas sombras que le aportaban a su rostro una armonía que él encontró fascinante. Al parecer, la joven fue acalorándose puesto que manoteó su lapiz y con ella se enredó el cabello en un moño desaliñado que le daba un toque rebelde a su apariencia que logró seducir aún más al chico de ojos mieles. Éste admiró por varios minutos el largo cuello cetrino ahora descubierto y se mordió el labio ante la tentación de tenerlo tan cerca sin poder mordisquearlo como habría deseado.

- Justin, acá dice que la revolucion idustrial fue causa de una de las guerras, ¿tú qué dices?

- Que te ves hermosa.- Instantáneamente, ________ ladeó su cabeza para mirar a su marido de frente, quién a su vez perfilaba su cara para buscar la mirada de su mujer.

- ¿Tienes fiebre?- inquirió la chica llevando la palma de su mano a la frente del rubio para evaluar su temperatura corporal.

- No, ¿por qué?

- Me acabas de piropear.

- Sólo hacía una observación, te ves hermosa, nada más.

- Te estás tomando lo de la actuación bastante en serio, ¿cierto? Creo que te ganarías un Oscar a mejor actor.

- ¿Un qué?

- Un  oscar.

- Ah…Como sea, me gusta cómo te queda ese rodete.

- Vamos, Justin, deja de actuar que nadie nos oye.

- ¿Y quién dijo que estoy actuando, eh?- acto seguido tomó la barbilla de la chica pasmada e inclinó la cabeza para tener alcance directo a la boca de su mujer. Ella tragó saliva y cerró los ojos esperando el beso pero sólo recibió un roce de labios que jugó primero con su labio inferior y luego el superior. Emitió un gemido y giró para enfrentarse al rubio apoyándose en su cuerpo y tomando su nuca de manera que ambas bocas se acercasen más.- Parece que tú también te tomas esto en serio.- bromeó.

- ¿Nunca sabes cuando callarte?- pero no le dejo contestar porque lo besó para no oírlo y porque se moría de ganas, claro.

un plaser ser tu esclava(justin bieber y tu HOT)Where stories live. Discover now