Take my body (Clexa)

Wells

Clarke esperó escuchar cerrar la puerta del cuarto de Alex para volver a dirigirse a Lexa.

- ¿En verdad lo sabías?

- Esa vez cuando me abrazo afuera de su casa, me lo dijo.

- ¿Mi hijo te abrazó?.- preguntó Jaha.- ¿A ti?.- y no fue difícil sentir el tono despectivo hacía la teniente.

Lexa giró para verlo directo a la cara.

- Sí, su hijo me abrazó el día que le coincidió el divorcio a Clarke.- y volteó a ver los ojos azules de su prometida.- Y fue también cuando me pidió que no te lo dijera, que no quería que te preocuparas.

- No te creo.- respondió el hombre.

- No se trata de que me crea o no, es la verdad.- dijo Lexa que empezaba a irritarse con la forma de expresarse del papá de Wells.

Clarke escuchaba la conversación entre la morena y el hombre pero eso no importaba tanto como la información que acababa de recibir y ahora procesaba.

Wells estaba otra vez enfermo, metástasis a dos órganos, ¿cómo es posible que no se haya dado cuenta? ¿a caso no habrá seguido yendo a sus revisiones?

Su amigo se había comportado como el Wells que conocía de toda la vida aquella tarde cuando fue la última vez que se vieron, el que no coincidía con el prepotente de su padre. Siempre sospecho que en el fondo la cortesía que Jaha tenía hacia ella fue por el cariño de Wells pero de la misma manera conocía las mil y un veces que el señor se negó a convivir con Alex.

Ahora venía aquí pidiéndole que llevará a Alex al hospital porque Wells no dejaba de contar sus anécdotas con la pequeña en los pocos momentos que estaba consciente, llevaba una semana internado con suministro de medicamentos.

El cariño de Wells a su hija, muy a pesar de la forma en que se había referido a ella la vez que la rubia le pidió el divorcio, se sentía palpable. Y lo mas importante, era que su hija lo sentía así y ella, un alma pura que recibía el amor de todos y daba lo mismo o incluso un poco más a la gente que tanto la quería, lo extrañaba.

Wells era especial para Alex y ahora sabía bien que tendría que responder las preguntas de preocupación de su pequeña.

- ¿Pero por qué no me dijo nada?.- preguntó Clarke interrumpiendo la discusión entre Lexa y Jaha.

- Porque no quería que te preocuparas Clarke.- dijo la ojiverde.

- No hables en nombre de mi hijo.

- Mire señor.- dijo la morena que se le estaba acabando la paciencia.- Usted no puede venir a mi casa y comportarse de esa manera, nosotras no le hemos mostrado otra cosa que no sea respeto.

- Lexa...- dijo Clarke.

- Además viene aquí exigiéndole cosas a Clarke y echando a perder el cumpleaños de NUESTRA HIJA.

- Lexa...- repitió la rubia tocando el brazo de Lexa.

La teniente volteó a verla, los ojos de ella pedían que intentara controlarse.

Hubo un momento de silencio completamente incomodo.

Jaha dio un paso atrás y presionó el botón del elevador.

- Wells no sabe que vine.- el verde esmeralda y el azul profundo lo observaban con atención.- Pero me dijeron que no nos queda mucho tiempo y a pesar de todo.- el elevador se abrió.- Ustedes dos siempre han sido su vida.- dijo refiriéndose a la rubia y a su hija, entró al ascensor y Clarke rápidamente fue tras de él.