Take my body (Clexa)

Madrugada

[Por si hay algún despistado, seguimos como el capítulo anterior viendo desde el punto de perspectiva de Clarke. Aquí descubriremos que pasó aquella madrugada en la que la Clarke fue a su rescate y Lexa no recuerda más que unos segundos]

Clarke estaba al volante mirando más de lo que debería el GPS, sabía que estaba cerca así que bajo la velocidad y con la mirada empezó a buscar a Lexa.

Cerca de un poste de luz había una pareja  platicando y abajo estaba una chica sentada en la banqueta con las piernas en la calle, eran ellos. Se apresuro a estacionarse cerca y dejo prendida los faros para poder ver la condición de la morena, bajo de su coche.

"Hola" dijo la rubia acercándose a la pareja, sus ojos fueron directos a la chica en la banqueta.

Se agacho. Lexa tenía el cabello alborotado, la cabeza escondida en sus brazos que estaban apoyados en sus rodillas. Iba con un pantalón de vestir azul marino y una camisa blanca manchada de sangre y polvo, las mangas las tenía arremangadas hasta los codos, en las manos tenía sangre y heridas que podían infectarse si no las curaba pronto.

"La encontramos en aquel callejón, nosotros íbamos pasando y escuchamos ruidos." Empezó a relatar la chica.

Clarke volteo a verlos, parecían personas honestas.

"La vimos peleando con otros tres hombres que obviamente buscaban asaltarla y ella se estaba resistiendo, entonces les grite y cuando nos vieron salieron corriendo" termino de contar el hombre.

"Muchas gracias por ayudarla" dijo con una voz dulce la rubia.

"No tiene que agradecernos, ojala pudiéramos haber llegado antes para que no la lastimarán." Se disculpo la chica.

"Lo único que encontramos fue la cartera y decidimos marcarle" finalizo el hombre.

"Lo que acaban de hacer por nosotras, el ayudarla y esperar a que llegará, ha sido más que suficiente" dijo Clarke mientras se paraba y les estiraba la mano. "Soy la Dra. Griffin y estoy a sus servicios para lo que necesiten, por favor quédense con la tarjeta y no duden en marcarme"

Se despidieron deseando que las heridas de la morena no fueran de gravedad y siguieron su camino.

Clarke se volvió a poner a la altura de Lexa que no había hecho ningún movimiento durante la breve platica que tuvo la rubia con los "extraños".

Con mucho cuidado, porque temía que la de ojos verdes se espantará, acaricio su cabeza.

"¿Lexa?" dijo la rubia.

Lexa movió un poco la cabeza, parecía que estaba dormida y se acababa de despertar.

"Soy yo, Clarke" continúo.

"¿Clarke?" susurro Lexa levantando la cara, parecía que estaba perdida.

"Hey hey, estas bien, tú estas bien" dijo Clarke mientras acariciaba su rodilla.

Lexa abrió los ojos tras escuchar esa suave voz y sentir su mano. Los ojos azules de la doctora se lucían a pesar de esas pobres condiciones de luz.

"Que bonitos ojos tienes Clarke..." dijo la morena arrastrando las palabras, sin ninguna duda estaba bajo alguna sustancia. "¿Por qué son tan azules?" preguntó.

Clarke sonrío, le dio tanta ternura esa pregunta inocente, Lexa le correspondió la sonrisa y después frunció el seño.

"No en serio, dime, es que he pensado mucho en ellos y..." continúo Lexa, Clarke solo pudo sonreír más. "Son más azules que el cielo y más azules que el mar...creo que inventaste un nuevo azul Clarke" concluyo.