34. ¿ESTOY EN UN ERROR?

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Bajar de aquel barco y escuchar a Holmes decir que ya no eran necesarias más precauciones, significo una gran alegría para el doctor, y más cuando se vio sobre un barco en mejores condiciones que el anterior.

Lo único que le molestaba, era que el detective parecía estar ido, perdido en sus pensamientos y sin prestarle atención. Contestaba con monosílabos y apenas si le dirigía la mirada.

Holmes se la pasaba caminando por toda la cubierta, en sus "paseos" como después les llamo. Pero cada que salía, le negaba a Watson la oportunidad de salir con él.

-necesito pensar-era todo lo que le decía, con una sonrisa que bien podría ser involuntaria, pero que igual lo dejaba a merced de sus caprichos.

Pasaba las mañanas desayunando solo, las tardes con un plato de comida que apenas tocaba y cuando se aburría y salía a mirar el mar, solía encontrarse al volver con un detective que ya había cenado y que se disculpaba, retirándose a dormir temprano, argumentando estar cansado pero levantándose a media noche para otro de sus paseos.

Tres días paso sin decirle nada, creyendo que solo pensaba en lo que respectaba al caso que parecía haberlos seguido desde el futuro, pero al encontrarlo múltiples veces, hablando animadamente de temas bastante triviales con los miembros de la tripulación e incluso con otros de los pocos pasajeros que abordaban ahí, se sintió de cierto modo desplazado.

-¿hay algo nuevo?-le pregunto el doctor con voz que fingía indiferencia, con sus ojos clavados en Holmes. Era de madrugada, con pocas horas para que el sol volviera a iluminar el horizonte-he notado que te levantas a estas horas, supuse que era para algo de gran importancia... tal vez para hoy ya tuvieras noticias-

-me temo que se ha confundido usted-contesto el detective, desviando levemente la mirada hacia los lados, observando sus alrededores-veo que se ha mantenido despierto desde que salí y veo también que se ha fumado un cigarrillo, se encuentra tenso por alguna razón...-

-supongo que tú lo sabrías-lo interrumpió el doctor con brusquedad, tomando un leve respiro al sentir como su enojo comenzaba a descontrolarse-¿Qué está pasando? ¿Tienes noticias?-

-¿Por qué habría que tenerlas?-

-No lo sé, tal vez por tus constantes idas y venidas tan regulares en estos días-

-Watson-lo llamo Holmes, dándose cuenta de lo que le causaba molestia a su compañero-no tiene que preocuparse, solo son... preparativos para nuestra vuelta a Londres-menciono, caminando hasta la que sería su cama y recostándose.

Eso le irritaba a Watson, que el detective se lo tomara como si no tuviera importancia. Contuvo un gruñido, apretando la mandíbula pero sin decir nada más, sabiendo que algo le ocultaba.

-¿está molesto?-preguntó el detective en apenas un susurro, pues a pesar de todo, el enojo del doctor nunca había sido agradable para él, por más que intentara demostrar lo contrario.

Soltó un suspiro en cuanto se vio ignorado.

-Watson-

-¿cuantas veces tenemos que hacer esto? ¿Es necesario que te recuerde cada cinco minutos que puedes confiar en mí?-le espetó el doctor, aun sentado sobre su cama, observando a la nada.

-me pone en una posición difícil-se quejó Holmes.

Un nuevo gruñido apareció, Watson no podía sentirse más desplazado. Sea cual fuere la razón, el detective siempre hacia lo mismo.

Esa noche no pudo dormir, tratando de imaginar lo que Holmes estaba planeando, pero a su mente no llegaba ninguna posibilidad.

Cansado de tener que quedarse de esa manera, opto por seguir a su compañero el día siguiente. Para su mala suerte, Holmes parecía esperarlo, ya que de cierta manera, siempre lograba escabullirse.

3. Detective StarkOnde as histórias ganham vida. Descobre agora