21. TAL VEZ SEA TIEMPO DE VOLVER

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-no deberías estar aquí Anthony-le dijo Mycroft, entrando a su espacio personal de aquel club, donde ya lo esperaban.

Sintió un pequeño deja vu, pues John también había hecho lo mismo horas antes.

-tú hermano esta muerto-

-estoy enterado de eso-

-sabías que algo así podía pasar y aun así, aquí estamos-

-no recibire tus regaños, estoy ocupado, igual que tú, el incidente de Ultrón debe consumir la mayor parte de tú tiempo-respondió Mycroft, haciendo que Tony gruñera por el comentario.

-Ultron...-

-ha sido tu culpa, si no deseas que lo mencione deberas respetar mi deseo de no mencionar lo ocurrido con Sherlock-le dijo con dureza el mayor de los Holmes-espero tu visita en Londres sea corta, no querría tener que enviarte de vuelta a norteamerica por la fuerza-

-¿por qué no fuiste al funeral?-

-tú no debías estar ahí-

-¡somos primos!-

-¿y solo por eso ya sientes una responsabilidad por mi y Sherlock? Te dare un consejo Anthony, ocupate de tus asuntos, que con lo ocurrido con Sokovia, tú y tu equipo ya se encuentran en la cuerda floja-le advirtió Mycroft.

El millonario camino hacía la puerta con molestia, hablando entre dientes por la actitud tan poco agradable de su "primo", lamentando que Sherlock tuviera que aguantarlo por tanto tiempo.

Había algo que no le había agradado de su conversación ¿a que se refería con que estaban en la cuerda floja? Mycroft trabajaba en asuntos internos del gobierno británico, incluyendo algunos de un ámbito más internacional, según tenía entendido, así que aunque no le agradara, no podía hechar en saco roto esa advertencia.

Decidió que era buen momento para volver, pues en Londres ya comenzaba a anochecer y quería llegar al nuevo complejo de los vengadores para asegurarse que todo estuviera bien.

Llamo de nuevo a su armadura, sabiendo de antemano que tal vez no volvería a ese lugar en un largo tiempo.

Intento comunicarse con John por una última vez, sin saber que este lo había destrozado contra una roca y dejándolo hecho pedazos entre la hierba.

Ya no estaba en el cementerio, según pudo ver el millonario gracias al rastreador, podía ir a su encuentro o podía dejar que el se tranquilizara y luego tal vez lo llamara.

Sabía que había intentado suicidarse y eso era algo que no podía tomarse a la ligera. Decidió hacer una parada rápida, ir con él y tal vez convencerlo de que se fuera a vivir con él unos días.

Pero John era tan terco y cabezota que por un momento le recordo a Steve. Sacudió la cabeza, no era el momento de pensar en eso.

-no, estoy bien-

-ambos sabemos que eso no es cierto-

-cierto, no estoy bien, pero tu presencia no me ayuda a sentirme mejor, comprende-le pidió el doctor-ha sido un golpe duro y lo que he descubierto... bueno, no importa, necesito afrontar esto solo-su tono ya no era tan hostil, pero realmente se notaba desesperado por quedarse solo y poder seguir con su luto.

-contestame ¿realmente el suicidio... ha pasado por tu cabeza?-pregunto el castaño, siendo directo respecto a lo que creía. John dudo un poco en contestar.

La gente observaba su platica con el hombre de hierro, pues su armadura no ayudaba mucho.

-si, lo pensé...-aceptó con derrota.

3. Detective StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora