»K.Haneul«
Hoy se cumplía otro jodido mes desde el accidente y no había nada nuevo, Jungkook seguía con Haeri, yo aún continuaba en la cafetería y creo que me sentía mejor. Ya me había acostumbrado a las muestras de cariño que ellos se daban en él corredor de mi departamento.
Ahora me encontraba camino hacia mi departamento luego de haber salido a hacer mis compras.
Los chicos se lo han pasado conmigo y con ellos lo que tengo en la despensa no me es suficiente.
Al doblar al final del corredor de inmediato vi la figura de Jungkook fuera del departamento de Haeri. Había olvidado decir que hace unos días los oí discutir, pero bueno eso no me incumbe.
Seguí caminando hasta llegar frente a mi departamento y juro que sentía su mirada puesta en mi.
Él sonido de mi teléfono rompió con el incómodo silencio y desesperadamente comencé a buscarlo en el bolsillo de mi campera.
[📱Jiminnie]
—¿Llegaste bien?
—Mhm, estaba por entrar en mi departamento
—Oh, los chicos y yo iremos
—Lo veía venir, así que he comprado suficiente comida
—Eso es bueno, tengo hambre —reí levemente.
—Los esperaré
—Vamos enseguida
—Ok adiós
Al colgar la llamada miré sobre mi hombro a Jungkook que aún seguía ahí y finalmente entré en mi departamento.
»j.jungkook«
Podía oír su hermosa risa contagiandome a mi también, mientras que era 'arrastrado' por ella. Su laceo y sedoso cabello caía sobre sus hombros y no dejaba de tararear alguna canción.
—Ángel —le llamé. Se detuvo haciendo que yo lo hiciera también. Se giró hacia mi y sonrió, igual que la primera vez que la vi en aquella cafetería.
—¿En serio no me recuerdas?
—¿De que hablas preciosa?
—Nada. Solo no olvides mirar al frente —soltó mi mano y se alejó de mi.
¿Mirar al frente?
¿De que hablaba?
Giré hacia mi derecha y de pronto un coche se aproximaba hacia mi a toda velocidad.
—¡Ángel! —hablé sentándome de golpe en la cama.
¿Que había sido todo eso?
¿Pesadilla o sueño?
No pensé más y salté de la cama buscando mi ropa de inmediato.
Debía ver a Haneul.
Mi Haneul.
🍵
Llegué a la cafetería y como Jimin había dicho, ya estaba cerrando.
—Lo siento ya estamos ce... —dejó las palabras en el aire al verme— E-Estamos cerrando.
—Ángel
—¿Eh? —me miró sorprendida— Tú...
—Lo siento... lo siento mucho —sin más me acerqué a ella rodeando su cintura con mis brazos— No quise...
—No es tu culpa —sus brazos rodearon mi cuello mientras que yo escondía mi rostro en el suyo y de inmediato su perfume inundó mis fosas nasales— solo abrazame y no me sueltes.
—Jamás —deposité un pequeño beso sobre su cuello.
Así estuvimos unos minutos, sin separarnos siquiera un centímetro.
El mismo lugar que nos unió por primera vez, estaba siendo testigo de nuestro reencuentro.
