❛White Night❜ 🠔 {YoonJin}ܟ

02. ❛ Malos días❜

Luego del fatal humor que resultaba cada que estaba en compañía de Min Yoongi, fue cuando me decidí a directamente ignorarlo. No me molestaba en saludarlo y evadía su mirada todo el tiempo. Era un absoluto martirio. Siempre me caractericé por ser una persona en extremo afectuosa. Inclusive, Kookie solía recordarme lo empalagoso que era y que probablemente habría gente allí afuera a la que podría no gustarle mi trato; así que lo preferible era calmarme.

También evoco el hecho de haber llorado desconsoladamente cuando terminó de decir aquello. Pensé en mis padres y su indiferencia, en los estúpidos alfas amachados que no me tocaban ni con un palo... Y en lo patética que era mi vida social dentro de mi país natal. Kook suspiró dramáticamente y entonces me abrazó, algo rígido pero abrazándome al fin y al cabo. Hasta el día de hoy no puedo explicarme mi extraña cercanía hacia él. ¿Por qué me soportaría alguien de su tipo?

Pasó exactamente una semana antes de que volviéramos a discutir. Los últimos tres días había estado fuera del instituto y, supe por JungKook, que algunos de sus amigos habían estado preguntando por él como locos. Un chico llamado Tae le contó a mi galletita. Y Jimin le había dicho a Tae, según tenía entendido. Me sorprendió el hecho de que el mundo fuera tan pequeño, ¿Jimin no era el chico que siempre venía a nuestra habitación, buscando a Yoongi? Me enteré de su nombre por una de las tantas veces que vino, cada maldito día, preguntando por Gasparín.

—¿No está? —preguntó sin ganas, evidentemente enfurruñado. Negué levemente, dándole una cálida sonrisa. Su rostro era algo infantil y su estatura me causaba cierta ternura. Sudaba feromonas de omega y aquello sólo apretujaba mi corazón de una forma impresionante. Siempre había tenido una excesiva obsesión por los omegas a pesar de que yo también fuera uno. No me gustaba verme a mí mismo de esta forma, con este rol y esta elección jerárquica el resto de mi vida; pero otros se veían tan bien que lejos de causarme envidia, provocaba en mí un sentimiento de preocupación— Qué jodida mierda, ¿ni siquiera eso puedes hacer bien? —y bufó antes de darse la media vuelta. Me congelé en mi sitio.

Y vaya a saber el diablo el por qué de mi actitud; pero bastaron sólo tres segundos para que lo tuviera arrinconado contra la pared. Nos escrutamos mutuamente con la mirada. Yo serio y él a nada de gruñir cual cachorro pequeño. Empezó a removerse bajo mi tacto y entonces relajé mi expresión. Novato.

—Hueles a omega celoso, detente —ordené frívolo. Él se tensó, notoriamente. Y de pronto ocurrió algo sorprendente, ¡el mocoso estaba sonrojándose furiosamente ante mí! Sonreí, bingo—. No sé qué pretendes, pero me molesta tu actitud. Soy tu hyung, respétame y podremos llevarnos bi-

—No tengo la maldita necesidad de llevarme bien contigo, no me jodas —y se apartó, tocando sus mejillas con ambas muñecas. Lucía afectado, quizá nervioso de mi pequeño descubrimiento—. Yoongi-hyung no me gusta, sólo lo admiro —terminó duramente, tratando de rehuir a mi reacción. Quise reírme. En serio quise, pero opté por callarme porque... ¿Qué demonios me importaba, de todas formas? Que se mintiera todo lo que quisiera, tarde o temprano lo confesaría a los cuatro vientos. En ese instante, estuve aliviado de que aún no admitiera lo muchísimo que el enano le atraía. Sentí pena por él, considerando la clase de persona que era Yoongi y en qué posición lo había encontrado días atrás.