Fanfic ganadora en el concurso #yoursawards2022
❝Kim Seok Jin es un omega que acaba de ser trasladado luego de haber pasado la mayor parte de su vida en el extranjero; y Min Yoon Gi es -para muy mala suerte suya- el nuevo compañero de cuarto con el...
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Yoongi dormía al lado de un perezoso Woozi. Ambos lucían extrañamente tiernos juntos. ¿Quizá la magia Min?
Sonreí sin poder evitarlo y seguí tarareando la canción que sonaba aleatoriamente en mi lista de reproducción. Había intentado dormir como por media hora..., fallando al caer en cuenta de lo intranquilo y ansioso que estaba. Quizá la situación me había nublado el juicio, al menos más de lo que esperaba.
Sin embargo, no es eso lo que causó mi gran incertidumbre. Lo fue, mas bien, el que la puerta haya sido golpeada en algún determinado momento de la noche. Forjó mi atención y, encaminado, la abrí extrañado. Me tensé al ver a Namjoon.
—¿Qué estás haciendo aquí? —interrogué, desconfiado. Él tosió, mirando curiosamente al interior del cuarto y achinando los ojos al percatarse de los dos cuerpos enredados en sábanas que habían en la conjunción de mi cama y la de Min. Mordí mi labio inferior con vergüenza, tomando las llaves apoyadas en el mueble y cerrando tras mío. Para desgracia mía, conocía sus gestos al derecho y al revés. Él hacía que me comportara como una máquina que actuaba por medio del condicionamiento humano. Era vergonzoso admitirlo, pero no podía evitarlo cuando tenía frente a mí..., a quien suponía era el primer amor de mi vida. O al menos el que lo sería.
Quizá las viejas costumbres no podían tacharse tan fácilmente de la lista.
Además, y hasta este punto, dudaba incluso de mi sombra, así que afirmar que lo consideraba algo similar al ''amor de mi vida'' era inclinarme a confirmar mentiras despiadadas.
—¿Qué? ¿Ahora no puedo ni hablarte? —gruñó a la defensiva, gesticulando exageradamente y haciéndome embriagar de filtrado aliento en Vodka. Observé su boca casi por impulso y posterior a eso, suspiré. ¿Por qué tengo que soportar esto?— Quiero que vengas conmigo —y tomó bruscamente mi muñeca, siendo regañado con una facilidad de cristal por la mía. Incrédulo, negué. ¿Estaba loco? Grandioso. Primero Yoongi y ahora este tipo..., ¿Jackson no debiera estar cuidando de él? O Zico. ¡O alguien, maldición! No quiero soportarlo. No es él a quien deseo proteger durante la madrugada.
—¿A dónde? —él no dijo nada; continué—: No veo el punto en esto, Namjoon. Deja de ser tan incongruente y ve a descansar. Si necesitas mostrarme algo puedes hacerlo mañana, cuerdo —traté de sonar razonable, de verdad que lo intenté. Sin embargo, para cuando mi corazón estaba blandiendo dulcemente a favor del suyo; él se hallaba aprisionándome contra la puerta, besando descaradamente mis labios y hundiendo con apreciación su lengua en mi cavidad. Lo sentí. Sentí los sabores agrios deslizarse; pude ver la gratificante diferencia que se expandía entre él y Yoongi. Cabalmente, salvaje y astuto. Sus labios eran decididos, capacitados en experiencia enfermiza.
