C39:Vuelve Conmigo

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—¿no piensas si quiera, ayudarla a alguna de las dos?—vuelvo a preguntar, más enfadado— ¿o serás una heroína que trata mal a sus hijas y después les ayuda?—pregunto, con un poco de esperanza

—no es un plan, no es nada— dice, fría— no las voy a ayudar ni hoy, ni mañana ni nunca—gruñe— no soy una madre y nunca lo seré 

—vaya madre que eres—suspiro, tratando de calmarme. No quiero despertar a nadie

—Scott—su voz se torna fría, cortante y segura—deberías hacerle caso a Cassidy— la miro, serio— tiene un poder similar al mío y si dice que entre tu y Alaska terminará mal, terminará mal— asegura 

—¿y Cassidy?— pregunto por que no quiero hablar de ello, e prometido que entre ella y yo todo saldrá bien 

—John la a mandado a buscar pistas para encontrar a Rixton— responde— fue un error que dejaran ir a Charlie—rodea los ojos, Eva me desconcierta casi parece una adolescente así—me tengo que ir, Brent pronto despertará— en el acto, se levanta y camina hacia la puerta

—¿cuando vendrás?— y solo ruego que sea para ayudar a Alaska 

—cuando Grecia muera— dice pero mi cuerpo se tensa, no me mira pero la rabia crece en mi en pasos agigantados

—¿quieres a Alaska?— pregunto por que, ¿cómo es posible que una madre no quiera a su hija?

—no— responde y cuando esta apunto de salir, agrega—te queda poco tiempo, toma una decisión correcta y haz que todo lo vivido sea jamás visto— y cierra la puerta principal, dándome una predicción y con millones de preguntas en la punta de mi lengua.

Detesto que sus malditas predicciones sean en clave, lo odio. ¿Me queda poco tiempo? ¿qué tengo que decidir? ¿lo vivido jamás visto? ¿¡de que demonios habla!?

Comienzo a oír pasos en la habitación de Alaska y sonrío, para mi mismo. Aunque vaya con un pantalón de tela suave y una simple playera negra me siento un poco cohibido al abrir la puerta de la habitación de mi chica. 

Aún no ve lo que le he dejado y que tenía tanta curiosidad hace días. Es un simple cuadro grande pero, con la ayuda de Dom y Asher esta demasiado escondido como para que mi chica lo vea. Su habitación esta decorada con simple pintura blanca pero, es muy colorida ya que tiene miles de hojas pegadas por la pared dibujos a lápiz, acuarela, plumones... de todo. El balcón me deja ver que ya esta el sol con todo lo que puede dar a primeras horas de la mañana. Y, eso me deja ver una melena color negro carbón... sentada con un abrigo viendo al vacío. Camino hacia ella pero sus múltiples utensilios viejos y los nuevos, que mi madre le dio están en el suelo junto a más hojas. Ha tratado de pintar. Abro el balcón y de inmediato me pega el frío invernal. 

—Alaska, hace frío— menciono con un intento de que si se queda más tiempo aquí, se congelará

—Scott... de verdad, quiero estar sola— dice, con un susurro. Cuando quedo al lado de ella, me mira. 

No es mi Alaska, tiene ojeras y los ojos hinchados, su cabello no brilla y no emite ninguna emoción en sus facciones. Sus ojos no han cambiando a ningún otro color más que el azul fuerte. No me gusta ese color en sus ojos... en ella no.

—¿sabes?— comienzo— soy conocido por no hacer caso a lo que me dicen—sonrío, un poco— y aunque sea tu novio, aunque sea tu amigo y aunque sea tu alma gemela... no te voy a dejar sola— asegura—no puedes llevar esta carga tú sola... llora, sonríe, maldice... grita—sus ojos se llenan de lágrimas—haz lo que tengas que hacer para superarlo y yo te apoyaré, te ayudaré—me hinco al lado de ella, limpiando sus lágrimas silenciosas— pero, Alaska... vuelve conmigo— ella comienza a llorar mientras me abraza, fuertemente. Como si tuviera miedo a que me fuera. Y aunque ella es fuerte, en este momento necesita desahogarse, necesita recordar que la vida sigue y que debe salir adelante, con o sin Cloé. Todos nosotros— tengo una idea, preciosa. 

Maldita Fantasía (DISPONIBLE EN FÍSICO)Where stories live. Discover now