Capítulo 5

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Capítulo 5


— En serio, has perdido la facultad de ser irresistible ante una chica— le dijo en un tono burlón Tom al darle una palmada en la espalda—. ¿Y esa cara de poco amigos?

— No me parece gracioso tu comentario...— le respondió algo molesto.

— ¿En verdad te interesa tanto? Ni siquiera sé que le ves. No es tan bonita como las otras estudiantes de este lugar. Ni siquiera como Zöe, a quien ni miras desde que empezaste a tratar a esa chica insignificante._ opinó Jason.

— De igual manera. Ese no es su problema._ dijo y se alejó de ellos.



     A Daphne le resultaba difícil creer que en la actitud de Ethan y la forma en que la miraba fuera porque le agradaba en verdad. ¿Por qué otro motivo seguía haciendo el ridículo con ella?... Solo podía creer posible aquello por motivo de una apuesta. Pero, en cambio, cada día ese argumento perdía fuerza. "¿Qué hay en ti?", se preguntaba en aquel instante, sin imaginar la respuesta era más obvia de lo que lo aparentaba ser.




—Te equivocas. — le dijo Ethan, robándole el pensamiento. Se había acercado de nuevo a ella.




     Subió la vista al tiempo en que buscaba su mirada. Lo contempló fijamente, aún asombrada, mientras ella se preguntaba si acaso había dicho algo y él le había escuchado.




— Te equivocas sobre mí... No soy como lo demás chicos. No pretendo jugar contigo. No he hecho alguna apuesta con nadie... Solo que quiero ser más que tu amigo. No te imaginas lo culpable que me he sentido después de la última vez que estudiábamos juntos.

— Ethan, tengo que irme...

— Si estás aún molesta, porque te besé en la biblioteca... Daphne. No lo hice para jugar contigo... Lo hice, porque sentí la necesidad de hacerlo.

— No te creo... Y es mejor que te alejes.

— ¿Por qué?

— Porque sí...

— No pienso hacerlo.




    Zöe a lo lejos miraba aquella escena indignada. Jamás había logrado que Ethan la mirara con ese mismo fervor con el que él miraba a Daphne. Había sido su novia tiempo atrás, pero jamás, él había hecho tan evidente cuanto la amaba.




     Odiaba, ahora ser, la ex de Ethan. Ser aquel ser invencible que él ignoraba a causa de Daphne. Ella era aún más hermosa que Daphne. Era la chica más popular de aquel lugar, y sin embargo, había perdido a quien amaba, por una persona tan insignificante e inferior a ella.




    El viernes llegó. Aquel día tan esperado de la obra de primavera. Mientras Daphne fingía que nada había tambaleado su vida.



— Luces hermosa...— le dijo Ethan al acercarse a su camerino. Llevaba un ramo de rosas rojas—. Son para ti...

Su única esperanza (Editada)Where stories live. Discover now