Era mi mejor amigo... Tuvo que marcharse de la ciudad junto con su madre. ¿Por qué?, yo no podía entenderlo, era mi compañero de juegos, mi guardador de secretos y contador de historias... Te extrañaré Riley, vuelve pronto niño zanahoria.
Traté de...
-Deberías de aprender a tocar un instrumento...-Dijo sin despegar su vista de la baqueta.
-Toco la guitarra de aire, ¿no cuenta? –bromeé y me apoyé en mis codos sobre mi estómago para poder verlo- Tú tocas guitarra... Podrías enseñarme un poco.-
-Tal vez lo haga, así le darías uso a tu colección de plumillas.-
-Sí... Posiblemente... -Miré al techo unos segundos, recordando sus mensajes- ¿Por qué siempre enviabas "Te extraño"?... Digo, yo también te extrañaba, pero sabía que iba a volver pronto.-
-¿No puedo extrañarte Al?. –se apoyó en sus codos sobre su espalda- ¿No puedo?, eres mi amiga y, no hemos convivido mucho como queríamos.-
-¿"Te extraño" al inicio y al final de cada mensaje?, tú no eres así Cam, no eres tan sentimental.-
-Quiero recuperar los años de nuestra amistad... Me fui, me hice famoso, no te busqué... Me siento mal por eso, y sé que a ti no te importa... Pero te extrañé, ¿de acuerdo? –Pasó sus brazos sobre sus rodillas.
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-...¿Estás molesto porque te lo pregunté? –miré a mis cobijas con pena- Perdona.-
-No... No me molesté. Sólo quiero que entiendas eso. –Miró por la ventana- Rayos... No puedo creer que me gustaras cuando teníamos 4 años. –susurró.
-¿Qué?, ¿disculpa?...-
-Nada –se puso de pie y acomodó su pantalón- Tengo que irme ya.-
Simplemente salió de mi cuarto sin decir una palabra más... No estaba segura si él estaba bromeando, si yo había escuchado bien... Ese comentario a medias no me dejó dormir, y claro, tampoco el hecho de que tenía aún el horario de Alemania en mi sistema. A la mañana siguiente debía de prepararme para ir a la escuela, sí, no se preocupen, había pedido permiso con algunos maestros para faltar una semana al menos, ya que había terminado con mis otras materias y mi promedio era casi perfecto... Me levanté, hice la rutina de limpieza personal y bajé a la cocina ya con mi ropa bien puesta... El rojo de mi cabello se estaba volviendo naranja... Así que podría teñirlo de nuevo pronto, sabía que no había elegido un buen tinte en Alemania, por eso se estaba desvaneciendo tan pronto.
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