FLAAFFY Y AMPAROS

114 6 8
                                    

Me alegré de que llegara la mañana y el sol saliera temprano, sus primeros rayos fueron hacia nosotros. La humedad del suelo hizo que mi pelaje, que estaba en contacto con él, quedara algo mojado y que se rizara un poco. Zoroark dormía cerca, a unos 3 metros de mí, justamente en el árbol de en frente. El cielo estaba transitado por blancas nubes que hacían que la luz fuera inconstante, como una linterna de los humanos a la que le queda poca batería en sus pilas. Los sonidos de montones de pokemon y la brisa llegaban simultaniamente a mis oídos y a los de zoroark, que seguía durmiendo. Yo estaba feliz porque volvía a estar con él y podía intentar hacerle sonreír como yo lo hacía antes con todos mis amigos. Todos eran geniales, incluso el egoísta bunelby que encontró galletitas saladas y no las compartió, lógico, no daba para todos. Lo que mas me fastidia era que sin Kit yo no podía perpetuar mis cuentos. Escribir es algo que hacen los humanos, y contar historias también, pero a mi me parece algo increíble y yo quise hacerlo, escribir no puedo, pero contar historias sí. Así que intento que la gente se interese por mí, porque desde que ya no estoy con mi entrenador parece que todo perdió emoción.

Cuando zoroark despertó, yo estaba sentado mirando hacia arriba, imaginando estar sobre las nubes observando a todo el mundo y gritando a zoroark para que se gire y se pregunte de donde vino mi voz mirando hacia todos los lados sin encontrar a nadie, sería divertido. Eso no pasaría porque estaría muy lejos y no me escucharía.

-Pareces estar embobado.-dijo zoroark.

-Sí.-dije yo, pikachu, contento

-Será mejor que nos vayamos y desayunemos.-dijo zoroark.

Los pokemon solo nos podemos alimentar de cosas como; de vayas, frutos o de comida pokemon. Triste, la comida pokemon no existe para los pokemon salvajes. También tenemos la opción de comer otros pokemon, pero es repugnante y era peor encontrar restos de pokemon bicho por todas partes. No me imagino manchando mi pelaje amarillo de sangre para poder alimentarme. Los que acompañan a  la gente tienen más suerte.

Comimos frutos, y anduvimos hacia ningún sitio.

-Que aburrida es la vida de un pokemon.-dijo zoroark.

-Ni que lo digas...-corroboré yo, pikachu, suspirando después.

-Pero mientras sigamos juntos seremos felices. ¿Verdad?-pregunté yo, pikachu

-Supongo-dijo zoroark.

-¿Por qué no somos como los humanos? ¿Esque los humanos pueden hacer cosas emocionantes y nosotros sólo podemos vagar sin rumbo como un alma en pena?-dije yo, pikachu.

-Eso parece, pero podemos dejar de vagar sin rumbo para cumplir nuestros sueños.-dijo zoroark.-el mío sería acabar con los malvados que dañan a los indefensos pokemon.

-¿Y por qué no acabar también con los que dañan a las personas indefensas?-pregunté yo, pikachu.

-También lo haré.-dijo zoroark.

-Yo quiero ser el primer pokemon que hace cuentos de éxito, que enamoren a los humanos.-dije yo, pikachu.

-que sueño más tonto-dijo zoroark.

Yo me enfadé y estube unos minutos, caminando, sin decir nada y con cara de pocos amigos. Después de un rato encontramos a un flaaffy dando brincos...

-¡Escuchad, necesito vuestra ayuda!

-¿Que pasa? Se te ve muy nervioso-dijo zoroark.

-Los humanos han secuestrado a mi querida amparos-dijo flaaffy

Yo acepté sin ganas, porque la ultima vez que nos enfrentamos a unos criminales, casi no lo cuento. Eran dos hombres que tenían un vehículo similar a un camión y tardamos en localizarlos. Una vez los encontramos zoroark se interpuso en su trayectoria y estos sufrieron un leve accidente, chocando contra la piedra de un pequeño montículo. Salieron del camión y huyeron despavoridos dejando una jaula con amparos dentro. Al salir se dirigió hacia flaaffy y se dijeron un montón de cosas, algunas tan sentimentales que incomodaban a zoroark, a mí no, a mi me gustaban.

-Odio esto, deberíamos haberles evitado para que nunca más se encuentren.-dijo zoroark.

¿Pero como osaba decir aquella barvaridad? Tuve que rodearle con mi brazo y decirle "amigo, a mi también me gustan los finales felices, no como el que vas a tener tu ahora...” él quedó desconcertado y luego recibió la descarga eléctrica más dolorosa que había recibido en toda su vida...

La Aventura de Pikachu y el Zoroark TristeWhere stories live. Discover now