C12:Ojos rojos

En başından başla
                                    

—Hola, Alaska que bueno que estas de vuelta—me recibe un cálido abrazo de la madre de Scott. Si el chico que me gusta fuera alguien normal le diría que vamos muy rápido pero... ¿acaso mi vida tiene algo de normal?. Todo cambio de la noche a la mañana, toda mi vida a dado un giro extremo y me lo he tomado demasiado bien.

Las novelas en las que he leído siempre la chica cuando se entera de su verdadera identidad, de lo que ella es realmente, le cuesta aceptarlo tarda los años en digerirlo.

Tal vez yo no soy como las novelas, he aceptado mi realidad demasiado rápido. Pero, no he visto las consecuencias que esto ocasionará. Y eso, es lo que más me asusta.

—hola señora Dallas— sus ojos son de un gris neutro, aunque no me dicen nada puedo ver su increíble brillo

—le dije a Scott que te invitara, su padre regresa de Italia—asiento. Scott me hace pasar y puedo notar cuando me agarra de la cintura que esta tenso, sus ojos siguen siendo grises pero no tienen que cambiar para saber como esta, como se siente— Asher esta en el comedor— anuncia y me encamina hacia el mismo. El comedor es moderno con ventanas de techo a piso dándonos una vista clara del bosque, puedo ver con detenimiento los cuadros que no pude el sábado, todos son hechos con acrílicos y son antiguos por el detalle del recubrimiento, todas son de castillos. Son hermosos.

Miro hacia la mesa de vidrio y ahí esta Asher con una camisa a cuadros y unos pantalones caqui. Todo un nerd. Me sonríe pero no la devuelvo, mi vista se pierde en el manjar que tengo adelante. Mariscos, toda clase de mariscos que puedo imaginar ahí están.

—A mi padre le gustan mucho los mariscos—explica Scott y hace que me siente al lado de el, en frente de Asher. Trago saliva, conoceré al padre de Scott. Por un momento parecemos una pareja normal.

Jane llega con su cabello rubio bailando con cada paso que da, es realmente hermosa y todavía se me hace poco creíble que sea madre. Cosas de ser inmortal.

—veo que ya le has dado un poder a Alaska, Scott—frunzo el ceño

—¿me has dado un poder?—pregunto, incrédula. Scott mira mal a su progenitora

—mi madre tiene el poder de la intuición, siempre acierta— explica Scott— y cuando los cambiantes se besan es como dar el primer paso, comparten el primer poder con ese simple gesto—habla un poco apenado

—¿me estas diciendo que tengo ya un poder tuyo?— el asiente

—o condición— agrega, sus ojos se tornan morados— con el tiempo la manifestaras, alguna de las dos—trato de preguntar algo pero una voz gruesa y profunda irrumpe en la instancia

—¿quien es la invitada?—volteo para ver al dueño de la voz.

Mis ojos no pueden creer lo que están viendo. Un señor no, más bien un joven esta en frente mío. Es delgado y con los ojos color grises, tiene un tatuaje en su cuello que se pierde en la parte de atrás del mismo. Su cabello es de un color castaño claro, como el de Scott. Estoy viendo a Asher si me lo pienso bien. Sólo que el individuo que esta enfrente mío no tiene pecas y para nada tiene el aura bromista de Asher. Se me acerca.

—soy Ethan Dallas, padre de Scott—se presenta. Trago duro

—Alaska Stone... — pero me interrumpe

—alma gemela de Scott— su mirada se dirige a Scott y sus ojos grises se tornan a uno carmesí, a uno tan oscuro y siniestro—la encontraste— la voz de su padre cambia, es dura y sin piedad— que mala noticia para Celia— miro a Scott quien ya tiene los ojos color rojo, como su padre. Deduzco que los ojos color rojo son de enojo, de furia.

—ella no fue nada para mi—replica Scott, furioso y tenso. Veo que se llevan algo... diferente a como yo con mi padre. Ahí confirmo que el rojo es enojo.

—¿podrían dejar de pelear? y tú, Ethan siéntate a comer—gruñe Jane. Si alguien nos viera podría deducir que es una cena entre adolescentes. Todo el ambiente esta tenso, miro a Asher quien mira la escena divertido por sus ojos amarillos, chocamos miradas y me guiña el ojo

—siéntense y dejen de actuar como niños pequeños, son hijo y padre—habla fuerte y claro Asher

Parece que el comentario de Asher funciona por que la mirada de Scott se relaja provocando su cambio de color a gris. El padre de Scott se sienta a un lado de su esposa y todo mi cuerpo decae con las miradas que me lanza.

Comenzamos a comer en silencio, agarro un pequeño pescado... me han quitado el hambre. Scott rompe el silencio

—¿porqué mandaste a Cassidy a cuidarme?— pregunta Scott a su padre

—es tu tia, más respeto—me atraganto con la comida. ¿Cassidy es tía de Scott?— y lo hice por que no quería que te acercaras a ella— me señala y me siento cada vez más chiquita

—es mi alma gemela, más respeto— gruñe Scott. De nuevo, sus ojos vuelven a hacer rojos—no tienes derecho a entrometerte en mi vida, padre—sentencia

—quiero lo mejor para ti, y lo mejor para ti es Celia Walter—mi corazón cruje con ese nombre, al parecer el chico que me gusta tiene secretos, creo que mi vida si la puedo comparar con las novelas

—deja de joder, Alaska es mi vida— ruge— daría todo, por que ella es mi alma gemela

—eso es lo que tú crees—el enojo crece en mi, como un virus que se expande no puedo detenerlo y siento que me arden mis ojos. No puedo ver bien, la vista se me nubla.

—siempre jodes mi vida—siento el enojo de Scott pero ahora mismo trato de abrir bien los ojos y calmar mi incontrolable enojo. ¿Qué me esta pasando?

—ella joderá tú vida—y eso, es el detonante. Todo el enojo en mi sale.

Mis ojos comienzan a arder como los mil demonios y eso provoca que los cierre, el dolor es incontrolable así como el enojo... ¿porqué me enojo tanto?

No soy consiente de que estoy en el suelo cuando dejan de arder pero mi enojo sigue ahí, con la misma intensidad. No quiero abrir los ojos. No quiero.

—Alaska, estoy aquí—oigo la voz de Scott— ¿que ha pasado?— pregunta y casi puedo imaginármelo con los ojos morados—abre los ojos por favor—niego pero tampoco puedo cerrarlos para siempre así que cedo.

La luz me da directo pero Scott la cubre con su cuerpo, tengo tres cabezas viendo como estoy, viendo como he colapsado con mi enojo a tope y sin saber la razón. Todos me miran asombrados desde el suelo.

—oh—dice Jane y Asher me mira sonriente

—¿con que le has dado un beso ah, Scott?— frunzo el ceño a las palabras de su hermano— ni se nota— bromea

—Alaska, cuando te di el beso... te compartí un poder— comienza Scott y como tenía razón, sus ojos son morados—más bien una condición...

—Alaska, tus ojos son rojos—concluye Asher.





Maldita Fantasía (DISPONIBLE EN FÍSICO)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin