"Noo. ¡Camila! No por favor..." comencé a suplicar mientras me reía a carcajadas y Camila atacaba sin piedad mis costados y cuello haciendo que me retorciera como una foca.

"¡Ya basta! Por favor... m-me voy a... a hacer pis..." volví a chillar. No creía poder aguantar más. Camila se puso a horcajadas sobre mi mientras yo intentaba sacarla de encima y detener sus brazos pero me era imposible. Estaba llorando de la risa y Camila se veía muy alegre torturándome.

"¡Pingüino malo detente!" Le grite mientras ahora paraba por completo y me miraba ofendida.

"¿Como me llamaste?" Pregunto amenazadora, levantando ambas manos como preparándose para volver a atacarme.

"Umh... ¿minino malo?"

"¿Minino?"

"¿Si?"

"Respuesta incorrecta. Te escuché claramente llamarme pingüino, así que debes sufrir las consecuencias" dijo maliciosa mientras ponía sus manos en mis costados de nuevo y me atacaba con más cosquillas, pero con la fuerza que logre juntar, me salí de su agarre y corrí lo más rápido que pude hacia su baño y me encerré en el. Mi respiración agitada y una sonrisa gigante plasmada en mi rostro. Escuché como del otro lado ella caminaba hacia la puerta de donde yo estaba e intentaba abrirla pero yo ya le había puesto el seguro así que estaba a salvo.

"Esto no se va a quedar así. Este pingüino quiere su venganza y la va a tener ¿escuchaste? ¡La va a tener!"

•~•

"¿Estas lista?" Escuché a Camila preguntar desde el primer piso. Yo estaba en mi habitación cambiándome de ropa y alistándome para salir mientras ella estaba abajo hablando con mis hermanos.

"Dame un minuto" grite de vuelta echando las últimas cosas que creo que necesitaría en un gran bolso. Fui al baño y cheque mi maquillaje ligero y atuendo por última vez. Lucía bien.

Ya habían pasado dos semanas desde nuestra salida en yate y ahora nos dirigíamos a la fiesta que Camila le prometió a Nick en su embarcación, así que teníamos una noche llena de alcohol y locura por delante. Camila había decido pasar por mi para llegar ambas juntas. Debo admitir que estaba un poco cansada porque era viernes y el trabajo me había dejado agotada pero no me perdería la oportunidad de pasar una noche con Camila.

A veces era difícil estar juntas por lo que aprovechábamos todos los momentos posibles. Mi trabajo consumía la mayor parte de mi tiempo y Camila, aunque estuvieras de vacaciones, tenía que atender a asuntos con su manager, publicista y todas esas cosas que aún no entendía del mundo de la cantante.

Luego de volver a la realidad, salí del baño, tomé mi bolso y me dirigí escaleras abajo intentando no tropezar. Al llegar a la sala de estar me encontré a Camila sentada en el sillón con ambos de mis hermanos a su lado mientras conversaban de algo que no tenía idea que era.

"¡Lauren! Camila me dará su auto" mi hermano se paró orgulloso de su lugar y me miró esperando mi reacción.

"Camila... ya hablamos sobre esto. No tienes que darles lo que te piden. Te están manipulando" la reproché mientras ella se paraba y se ponía a mi lado.

"No, no lo están. Hice un trato con ellos. Les doy mi auto y a cambio ellos cooperan con las cosas de la casa, como hacer la limpieza, hacer las comprar y hacer la cena. Todos ganan" me respondió con la voz más suave que encontró para intentar calmarme.

"Está bien pero a la primera que estos dos babosos hagan algo mal, hago que les quites el auto" por fin me rendí y Chris saltó emocionado. Que infantil. Lo haría mi perra de ahora en adelante. No sabía lo que le esperaba.

La mamá de mi mejor amiga - CamrenWhere stories live. Discover now