Tú eres mío.©

46.

Después de haber ingresado a la escuela y esperar junto con Valeria a que sus pretendientes y Sebastián salieran de la dirección, por fin sucedió.

Ellos salieron, Sergio con una gran sonrisa, Israel se fue directo sin decir un "gracias" y con una cara llena de odio. Por otra parte, Sebastián se dirigió hacia a mi y guiñó un ojo, pues todo había salido bien. Él se fue a su próxima clase y acordamos que nos veríamos a la salida para ir a su casa. Valeria se quedo con Sergio y yo fui al salón de clases, que se encontraba solitario a pesar de ser la primer clase. Ahí estaba el maestro de Cívica en el escritorio.

— ¡Laura la más bonita! — dijo.

¿Cómo se me había ocurrido venir sola?

No sonreí y tampoco dije nada, pase de largo y me senté en una butaca.

— Hola — dije.

— ¿Y Sebastián? ¿Te dejo solita?

No respondí. Mantenía la mirada hacia el piso, él se acercaba a mi poco a poco. Él siguió:

— ¿Crees que él te es fiel? Pues dejáme decirte que la maestra de Filosofía y de Inglés no pierden su tiempo con él. ¿Acaso crees que él quiere a alguien tan inmadura como tú?

Me llené de coraje, pero seguía sin decir una sola palabra. Sus palabras cada vez me dolían más.

— No sé como puedes confiar en él, tú eres la única perjudicada, la única tonta de la relación. Él siempre llama a ellas y las seduce, y cuando tú no estás con él, las lleva a su casa y el mismo lugar en donde ustedes follan, él las folla a ellas..., ¿ahora entiendes? Él no te quiere, hay más tipos como yo, fieles y de promesas que si cumplimos, ¿por qué amas a un chico cómo él?

— Él no es así — respondí después de tanto.

— ¿Qué no es así? ¿Cómo lo sabes? ¿En verdad eres tan ingenua para creer en un tipo como él?

— Sería ingenua si creo todo eso que dices...

— ¿Entonces quieres que le diga que accediste a todo lo que te hice la vez pasada?

Sacudí la cabeza y apreté los puños.

— Lo hice porque no quiero destruir la relación entre Sebastián y yo...

— Y dime..., ¿segura que es a quién quieres? He visto como miras a Sergio, el novio de tu mejor amiga, cuando sonríes y como prestas atención a cada uno de sus movimientos

— ¿Cómo sabes eso? — pregunté con cierto asombro al mismo tiempo que posaba mis ojos en él.

— ¡Niña! ¡Aquí todo corre muy rápido! ¡Sólo basta con observar! ¿Entonces a quién quieres?

— No te importa — dije finalmente, tomé mis cosas y salí del salón de clases sin decir una palabra. En el pasillo estaba Sergio, ahora ya sin Valeria a su lado. Fui corriendo hacia él. Y él volteó hacia a mi, lo abracé y él me correspondió.

Sentí un calor entre ambos y sonreí por ello, después él se separó de mi.

— ¿Qué sucede Laura?

Permanecí en silencio.

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¿Qué piensan de Laura? :0
¿Hace bien al "vengarse" de esa manera de el pobre de Sebastián?