36.

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El chico de hermosa sonrisa y rizos dorados ha hablado con Valeria hoy a la salida de la escuela, yo también lo saludé y después me aleje de ahí, pues parecía más interesado en ella, y de cualquier manera tengo que respetarlo.

Me dirigí hacia la dirección en donde supuse que Sebastián estaría despidiéndose de los demás maestros para volver mañana. Fui y si, ahí se encontraba, saqué un cuaderno de mi mochila fingiendo esperarlo para entregarle un trabajo a última hora. Él salió y yo comencé a actuar, pues los otros profesores pasaban a lado nuestro. Después ambos nos encaminamos hacia la salida fingiendo también hablar de temas de la escuela.

— ¿No ibas a irte con Valeria? — pregunto él

— Se fue con un nuevo chico, ¿no quieres que me vaya contigo?

— No, no es eso, es sólo que como siempre sales con ella y...

— O sea, ¿entonces me voy?

— No Laura, vámonos mejor tú y yo

— ¿A dónde?

— A comer o algo así

— ¿Y después de ahí qué haremos?

— Ya sé, vamos a mi casa, pero primero adelantáte tú

Asentí con la cabeza y salí primero, doble la esquina y de lejos vi a Valeria junto con el chico de los rizos. Ese chico era hermoso y sin duda Valeria sería una tonta si no le hiciera caso. Esperé por algunos minutos hasta que Sebastián llegó hacia donde yo estaba, caminamos un poco y después tomamos un camión que se dirigía rumbo hacia su casa. Sentados en un par de asientos junto a la ventana, él me tomó de la mano y luego besó mi frente, yo enrojecí.

— Laura, ¿te digo algo?

— Si, dime

— Creo que nunca me he expresado de la manera correcta contigo, es decir, creo que nunca te he expresado lo que siento por ti. ¿Sabes algo? Creo que ya soy un tipo maduro, y tú mereces saber que es lo que este hombre siente por ti de una manera más romántica

Yo lo miró a los ojos mientras habla. Él se acerca a mi y me besa los labios.
— Laura yo..., eres tan bonita y me gusta mucho tu sonrisa, me gusta la forma en que eres conmigo y el como me miras, si tardé demasiado tiempo en darme cuenta de que le gustaba a alguien como tú, perdóname.

Él deja de hablar cuando desvía la vista, se aparta de mí al ver que Sergio, el chico de hermosos rizos, sube al camión y después busca un lugar para sentarse. Los 3 nos miramos mutuamente.

— Hola — dice Sergio

— Hola de nuevo — respondo.

Sebastián se aparta completamente de mi y ahora fija su mirada en el paisaje a través de la ventana del camión.

Tú eres mío.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora