32.

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Sebastián y yo planeamos salir el fin de semana próximo, lo hicimos mientras el fingía hablar conmigo acerca de mis calificaciones en el salón de clases. Yo estaba en su escritorio fingiendo hablar acerca de como me esforzaba en su materia.

Valeria esta vez estaba al otro lado del salón con la cabeza baja tratando de resolver un problema matemático que aseguro que ni ella misma entendía. La miraba fijamente, pero ella no volteaba, su enojo era muy grande y no creo que pudiese perdonarme a menos que...

— Laura — susurró Sebastián. — ¿Por qué no le hablas a Valeria

— Está enojada conmigo, por las cosas que le dije sobre Israel

— ¿Por qué debería molestarse?

— Ella piensa que él es su príncipe azul

— Espera un segundo, ¿ella sabe de lo nuestro?

— Es mi mejor amiga y tenía derecho a saberlo, pero no dirá nada, tranquilo

— ¿El coraje no la hará hablar?

— Espero que no

— ¿Piensas hacer algo para ganarse su amistad otra vez?

— ¿Qué podría hacer?

Sebastián se quedó pensativo y fingió sacar un par de libros de su mochila, ya qué algunos conpañeros lo miraban un poco extraño al hablar en voz tan baja conmigo.

— ¿Tiene alguna banda favorita? — agregó

— Si, es Metro Station

— ¿Por qué no te acompaño a comprar un CD de ellos esta tarde y mañana se lo das junto con una carta?

— ¿Hoy?

— Vamos, hoy tengo la tarde libre

— ¿Será algo así como nuestra primera cita?

— Claro, yo invito, y podemos ir al cine

Me sonrojé y baje la cabeza.

— Te aseguro que eso hará que Valeria se reconcilie contigo

— ¿Me lo prometes?

— Te lo prometo, Laura — Sebastián sonrió y rió nerviosamente.

Esta tarde sería nuestra primera cita, por primera vez podríamos vernos fuera de la escuela y sin duda estaba emocionada por ello, Valeria probablemente se alegraría y todos estaríamos felices. Incluso ese tipo, Israel, es un gran problema y necesito que Valeria vea lo que en realidad es ese chico: una mierda de persona.

Tú eres mío.©Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora