Capítulo 44 - 'No puedes decírselo a nadie'

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Nuestros bolsos quedan guardados en la parte trasera del bus, tomo asiento casi al medio del transporte y Franco se queja porque no le gusta estar sentando para el pasillo.

-Por lo menos préstame tus audífonos -dice mi hermano mientras rodea la mirada -Los míos están dañados.

- ¿Y cuáles voy a usar yo?

-Te estoy ayudando a escapar para que te acuestes con tu novio, mínimo que me prestes los malditos audífonos ¿No?

-Que pesado eres algunas veces -le digo enfadado mientras saco los auriculares del bolsillo de mi chaqueta y se los lanzo, Franco sonríe satisfecho y comienza a escuchar música mientras cierra sus ojos, deja caer un poco su asiento para atrás y el bus se comienza a mover.

Mantengo una parte de mi cabeza apoyada sobre el vidrio de la ventana, cierros mis ojos al igual que Franco y trato de dormir un poco para tratar que el viaje se haga más ligero.

Cuando voy a la mitad del viaje, mi teléfono comienza a sonar una y otra vez, decido apagarlo para no responderle las llamadas a mi Padre, de pronto Franco abre sus ojos y se quita los audífonos.

- ¿Quién rayos me llama y me interrumpe las canciones? -pregunta él algo fastidiado mientras sin pensarlo responde la llamada antes que pueda advertirle quien es, escucho un montón de gritos y amenazas desde el otro lado del móvil, pero Franco solo asiente con murmullos y le dice a Papá que no debe preocuparse, luego le cuelga la llamada y se me queda viendo.

- ¿Y?

-Está furioso -responde -Pero creo que gritarme le ha servido un poco para bajar las revoluciones.

- ¿Sigues pensando que esta fue una buena idea?

-Pregúntate tú eso -dice Franco mientras se vuelve a poner los audífonos - ¿Vale la pena lo fastidioso que se pondrá Papá solo por estar con Ian?

-Pues... si, vale la pena.

-Entonces esto fue una buena idea -Yo asiento y nos volvemos a quedar en silencio.

Finalmente el viaje termina y junto con Franco bajamos nuestras cosas y caminamos desde el terminal de buses hasta nuestra casa, en el momento que llegamos me preocupado al recordar como lo haremos para entrar, pero Franco de forma despreocupada saca su llavero e ingresa la copia de la llave que al parecer Papá no logró encontrar.

La casa tiene un poco de polvo acumulado, pero no me preocupo mucho de eso. Dejo caer mis cosas sobre mi antigua cama en la habitación y salgo corriendo para la casa de Ian.

Antes de salir Franco dice que ordenará un poco pero que me estará esperando de todos modos para que lo ayude; yo solo acepté rápidamente.

Doy pasos lentos por el lugar ya que estar de nuevo aquí es casi mágico, el aire frío y el sonido de los árboles me distrae tanto que no logro reaccionar cuando un motociclista pasa por mi lado pero luego se detiene a unos tres metros de mí. El chico se baja de su moto y se quita el casco, Mirko entrecierra la mirada por un momento pero luego sonríe al verme.

- ¡Hey! ¿Qué haces aquí? -grita mientras se acerca - ¿Estas de visita? ¿Por qué no me lo dijo Leyla o Mark?

-Nadie lo sabe -le digo avergonzado -Es un gusto volver a verte.

- ¡Por dios Jersey! ¿Ya viste a Ian?

-Ahora iba para su casa.

-De seguro se pondrá feliz al verte, si quieres puedo llevarte.

-En realidad... -quería caminar, pero ahora tengo otra idea en mi mente - ¿Confías en mí?

-Mmm... claro -dice Mirko algo confundido.

Sobre La MotocicletaWhere stories live. Discover now