Cap20 - 'Dame todo lo que tienes'

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Guardo mi móvil en mi bolsillo por última vez antes de subirme el autobús, si Ian no se ha conectado conmigo, solo significa que aún piensa en lo que sucedió, de alguna forma dudo de que el primer beso de Ian haya sido conmigo, pero el mío si fue con él, fue especial para mí, y si la situación continúa de esta forma, creo que tendré que tomar la iniciativa y hablar con Ian lo que regrese, ya que estas dudas en mi corazón me están destrozando.

– Joven, su ticket por favor – me dice la chica que recibe los tickets de viaje al momento de sentarme en mi lugar, le doy lo que me pide, ella lo lee, lo rompe por la mitad justo donde se destaca una débil línea color celeste y luego me entrega una de las mitades – Que tengas buen viaje – me dice ella, yo asiento en forma de agradecimiento y por suerte nadie se sienta a mi lado ya que el autobús es bastante grande y no hay muchas personas viajando.

De pronto mi teléfono vibra y un mensaje de Leyla brilla en la pantalla.

– Suerte – leo en voz baja – Gracias – le respondo con un montón de caritas felices, luego la señal de teléfono se va al momento que llegamos a la carretera, comienzo a escuchar música y susurro algunas frases mientras me voy quedando dormido.

El autobús se detiene cuando ya es de noche, camino solo acompañado de la música de mis audífonos y la mochila con mis cosas. No demoro mucho en llegar a la casa de mi Nona, ella me abre la puerta con una sonrisa enorme en su rostro, me abraza y me arrebata la mochila.

– ¿Estás cansado? Te tengo la cena lista.

– Solo creo que necesito una ducha – digo avergonzado mientras sonrío.

– ¡Bien! Tú sabes dónde está el baño, tárdate lo que necesites y luego vienes a cenar conmigo, ¿De acuerdo?

– Claro – le respondo, dejo mis cosas en el cuarto de invitados que Nona tiene en su casa, es una habitación grande color azul, tiene dos camas pequeñas, una para mí y la otra para Franco, pero como ese jamás viene, significa que tendré el cuarto gigante para mí solo.

Me doy una ducha con agua fría para despertar, mi cabello se queda mojado al instante mientras el agua corre por mis hombros, mi espalda y todo el resto de mi cuerpo.

– ¿Te habrás dado cuenta de que no estoy allí? – me pregunto en silencio mientras cierro la llave de agua, de verdad no pensé que la vida sin Ian sería tan difícil.

Mi abuelo me entrega un gran abrazo cuando me ve salir del baño, y dice lo que siempre repite una y otra vez.

– Recuerda Jersey, guarda tu dinero en el banco para días difíciles.

– Si, me lo has dicho un montón de veces – digo entre carcajadas. Él vuelve a abrazarme y luego se retira, cenamos pollo con verduras y arroz, mi Nona me da un gran vaso de jugo de naranja y luego un bostezo se me escapa, ella reacciona y de inmediato me obliga a irme a descansar, sin antes lanzar bobas bromas sobre lo sordo que está mi abuelo.

Finalmente me quedo a solas en el cuarto, me lanzo a la cama y veo que tengo unas llamadas perdidas, todas son de Leyla.

– ¿Qué ocurre? – le digo cuando la llamo.

– ¿Cómo has estado? – pregunta ella.

– Pues, ya estoy en la casa de mis abuelos, mañana debo comenzar los exámenes y todo eso, pero no hay nada importante que decir aún.

– ¿Y dónde viven tus abuelos? ¿Es un lugar lindo?

– Algo... es una casa de ladrillos blancos, está cerca de un supermercado de Brook lo cual es conveniente, pero no hay muchos detalles tampoco.

– ¿De ladrillos? – vuelve a preguntar ella – Que linda – dice con un tono de voz raro.

– Si... ladrillos, cerca de un supermercado... ¡Oh! Y está al lado del parque Lenfer.

– ¡Oh genial! – Grita ella – Bueno... Jersey debo irme porque mi Padre me está molestando y no sé qué rayos quiere, pero hablamos luego ¿De acuerdo?

– Nos vemos – lanzo mi teléfono a un lado mientras suelto una sonrisa aunque ella no puede verme, luego suspiro de cansancio y dejo caer mi cabeza en mi almohada.

Al otro día mi Nona no me pregunta mucho sobre las cosas que debo hacer, agradezco aquello ya que no me gusta mentirle, cerca de las 3 de la tarde desaparezco y camino hasta la clínica que me ha indicado mi doctor, busco a un hombre que se llama 'Camilo Victorioso', trato de tragarme la risa que me provoca su nombre cuando lo conozco, y se me hace bastante fácil cuando me suben en una camilla y una máquina de laser comienza a recorrer mi cabeza.

Termino completamente agotado y casi salgo un poco mareado, pero me mantengo firme mientras la luna aparece en el cielo y camino en silencio hasta la casa de mi Nona.

– Levanta las manos y dame todo lo que tienes – dice una voz intimidante detrás de mí. Me volteo algo asustado y veo a quien menos esperaba a un par de metros de mí.

– No tengo nada ahora – susurro sorprendido – ¿Qué haces aquí?

– Obligué a Leyla a sacarte información de donde estabas, que bueno que te encontré antes de encontrar la casa de tu abuela – Dice Ian mientras deja su motocicleta a un lado y luego camina hacia mí.

– Sigo... sigo sin entender...Que es lo que...

– Te besé – me interrumpe él – Tenía ganas de hacerlo hace mucho tiempo, y por alguna razón tuve valor aquel día, pero luego todo se volvió de color gris y la desconfianza y la inseguridad se apoderó de mí.

– Por... por... ¿Por qué me besaste? – susurro.

– ¿No es obvio? – Dice Ian acercándose a mí – Sé que quizás no sientas lo mismo que yo, y tal vez nuestra amistad termine luego de que finalice mi dialogo, pero... pero esto es más grande que yo, mi Padre lo sabe y me dice que todo está bien, que pelee por ti y todo eso, ¡Pero no sé cómo hacerlo! Quiero... quiero...

– ¿Qué es lo que quieres? – pregunto atemorizado mientras me acerco más a Ian y quedamos a pocos centímetros de distancia a la mitad de la calle.

– ¡Te quiero a ti! – Grita Ian frustrado – No entiendo como nadie está a tú lado en este momento; el color de tu cabello me mata, tus labios los deseo a cada momento, ¡Quiero abrazarte! Provocarte una sonrisa cuando estés triste... quiero... quiero tenerte a mi lado Jersey – Ian acaricia mi mejilla mientras su labio inferior se tensa – Quiero que seas solo mío – susurra.

– Lo... lo soy – agrego avergonzado.

– Jersey...

– No sé cuándo, no sé cómo, pero me gustas de una forma que mi corazón se destruye cada vez que me siento lejos de ti.

– Entonces...

– Entonces me gustas Ian – confieso de una vez por todas – Sueño contigo cada maldita noche, y yo no... – Ian interrumpe mi oración, poniendo de golpe sus labios sobre los míos, nos separamos para vernos, luego nos sonreímos de forma delicada y sutil.

– Tus labios son míos – agrega Ian, besándome una y otra vez – Solo míos.

Sobre La MotocicletaWhere stories live. Discover now