Cap8 - 'Sueños Azules'

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El viernes es mi día favorito de toda la semana, aunque también es uno de los días más difíciles ya que en el restaurant el horario de salida se extiende y casi siempre termino en libertad casi a las 2 o 3 de la mañana

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El viernes es mi día favorito de toda la semana, aunque también es uno de los días más difíciles ya que en el restaurant el horario de salida se extiende y casi siempre termino en libertad casi a las 2 o 3 de la mañana.

Franco si ha llamado a mi padre y le ha dicho que yo me estoy haciendo amigos de personas no tan agradables, seguramente Papá, vendrá este fin de semana, me regañará y luego se volverá a ir, aquello no será el gran impedimento para que yo sea amigo de Ian, si ellos dos no me soportan, ¿Por qué yo debería soportar sus retos y órdenes de ambos? No es para nada justo.

La hora de estudio se pasa de una forma bastante lenta, me quedo leyendo un libro que he encontrado mientras que Ian revisa la música que tengo en mi teléfono, ambos nos sobresaltamos cuando el timbre para salir suena, él se pone de pie y me dice que me esperará afuera para llevarme al restaurant, yo asiento y voy por mi casco y mi chaqueta al casillero.

Leyla aparece entre los pasillos y me comienza a recordar lo de salir con ella y Mark el día de hoy, yo asiento y le digo que acepto, mientras más tarde llegue a casa será mejor, quizás tenga suerte y me encuentre a Franco y a Papá durmiendo.

– Hey Jersey, ¿Cómo te has sentido? – pregunta Leyla con un susurro.

– Bien, ¿Por qué? – agrego extrañado mientras saco mis cosas del casillero.

– Ya sabes por qué, si quieres guardas el secreto con todo el mundo, pero conmigo puedes sincerarte y decirme la verdad, ¿Te has sentido bien? – Resignado bajo la mirada, decido narrarle a Leyla como me siento, así que para comenzar abro mi mochila y le muestro los dos frascos de pastillas que debo tomarme.

– Debo tomarme dos píldoras al día – susurro – Son para disminuir una especie de inflamación que tengo, pero lo de sentirme calmado y relajado va por mí parte ya que no quiero estar drogado todo el tiempo.

– ¿Las venden con receta médica? – pregunta Leyla cuando toma un frasco de pastillas y lo lee.

– Si – respondo – Son algo caras, pero con el dinero del restaurant me alcanza para comprarlas, además tengo una alarma puesta a las 10 de la noche para nunca olvidar tomarlas.

– Entiendo – dice Leyla – Bueno, ¿Vas a salir conmigo y Mark entonces? Vamos a beber algo al parque después del turno en el restaurant.

– Okay, está bien.

– Genial, nos vemos luego – Leyla sonríe y yo recuerdo que Ian me debe estar esperando afuera, así que apresuro mi caminata y llego hasta donde Ian tiene estacionada su motocicleta.

– ¿Por qué te tardaste tanto? – Dice frustrado – Ya estaba por irme – agrega subiéndose a su moto.

– Lo siento, Leyla comenzó a invitarme a salir con ella y Mark después del restaurant.

– ¿Y aceptaste? – pregunta él al momento que tomo asiento detrás de él.

– Si – respondo – Ya me lo habían ofrecido tantas veces que me sentía mal decirles que no tantas veces.

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