-Por mi, podemos dormir todo el día. -bromeé. 

-¿Querés ir al centro comercial? -ofreció y yo fruncí el ceño.

-¿Tú queriendo ir al centro comercial? Mas extraño aun. -reí.- Vale ¿vamos? -pregunté, ya que ambos estábamos vestidos para poder ir. 

-Vamos. -se paró de la silla, agarró las llaves del coche y nos fuimos. 

...

-Me siento mal por dejar que me compraras esto. -miré las tres bolsas de ropa que llevaba en las manos, Paulo cargaba dos más.- Mejor te pago cuando lleguemos a casa. -Paulo suspiró.

-Gi, pará, no te preocupés porque ni siquiera yo lo hago. -se encogió de hombros.

-Vale. -me di por vencida mientras ponía los ojos en blanco.     

Cuando llegamos al lugar, me enamoré de todo lo que había ahí y se me hacía imposible no entrar a cualquier tienda que veía, lo extraño de todo era que Paulo disfrutaba esto. 

-Ahora es mi turno. Vamos a comer, que muero de hambre. -asentí y fuimos a la feria de comida. Ambos pedimos en McDonald's. 

-Mamma mia, tu sei Paulo Dybala?  -volteé mi cabeza para ver al dueño de esa voz. Era un niño de más o menos nueve años, me pareció adorable ya que traía la camiseta de la Juve, no sabía si tenía algo por detrás. 

Paulo rió antes de contestar.- Si, io sono Paulo. -dejo su bebida sobre la mesa y se dedicó a ver al niño. 

-Tu sei il migliore, Dybala. Sei tu il mio giocatore preferito. -no tenía la menor  idea de lo que él decía pero al ver la cara de emoción del niño y la de orgullo de Paulo, supe que era algo bueno. 

-Grazie... -dejó una pausa para esperar a que el niño dijera su nombre. 

-Francesco. -respondió rápidamente. 

-Grazie, Francesco. -Paulo le sonrió. Vi como Francesco buscaba algo en su bolsillo y sacó un marcador negro Sharpie.

-Puo autografarmi la mia maglietta? -le extendió el marcador a Paulo y él lo tomó con gusto, firmándole la camiseta.- Grazie, Paulo. -Francesco de repento colocó su mirada en mí.- Tu sei la sorella de Isco! -me dijo. Me quedé viéndolo, tratando de descifrar que había dicho. 

-Dijo que vos sos la hermana de Isco. -Paulo me ayudó. 

-Ahh, sí. -asentí sonriendo.- ¿Como sabe eso? -dije riendo.

-Sei molto bella. -sonrió.   

-Gracias. -respondí porque ya tenía una idea de lo que había dicho.  

-devo andare via, fu un piacere. -y luego de eso se fue corriendo emocionado. 

-Que bonito debe ser tener fans ¿no? -le pregunté con una sonrisa mientras nos parábamos de la mesa. 

-Vos décime, al parecer tenés fans también. -respondió con notable tono de fastidio. 

-Paulo... -traté de aguantar la risa.- ¿Estás celoso? -él no respondió.- ¡Paulo, ese chaval tenía menos de diez años! -exclamé graciosa.

-Tu sei mia. -tomó mi cintura y juntó nuestros cuerpos.

-¿Ah, sí? -sonreí mordiéndome el labio a la vez. 

-Sí. -me besó. Luego de esa pequeña escena en toda la feria de comida, nos fuimos a casa. 

...

-No quiero que te vayas. -hice un puchero, mirándolo desde el sofá, como se abotonaba su camisa. 

-Llegaré pronto, te lo prometo. -se inclinó a mí y dejó un beso en mi mejilla.- Nos vemos más tarde.

Rivals // Paulo Dybala Donde viven las historias. Descúbrelo ahora