Número 20. La Historia En Mí.

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//Sé que parece que desaparecí pero la vida es un riesgo... de todas formas confien en que no dejare nada inconcluso.
Si debiera de darles alguna explicación tal vez simplemente escogería decirles que hay días que no puedo parar de escribir y días que no puedo producir una sola palabra. //

           

Kora

           

- ¿No necesitas nada? – Preguntó el castaño.

Me quedé mirando un extraño paquete de galletas orgánicas. ¿Qué era exactamente lo que las hacía orgánicas? No comprendía y al parecer no se suponía que lo hiciera.

Negué con la cabeza, emitiendo una especie de zumbido.

- ¿Nada? Digo... no hay problema si necesitas algo. Cosas de chicas...

Me di la vuelta al escucharlo, estaba rojo hasta el cuello, apoyaba un brazo sobre el carrito y mientras su codo se apoyaba sobre el extremo, su barbilla descansaba en su mano mientras él intentaba no mirarme.

- ¿Cosas de chicas? – Fruncí el ceño.

- Si mamá se entera que no te he comprado todo lo que necesitas me matará. – Señaló, obviamente hablando en sentido figurado.

Eché la cabeza hacia un lado y dejé las galletas de nuevo en el estante.

La gente caminaba alrededor en busca de completar su lista de víveres, mientras tanto nosotros estábamos casi listos para dirigirnos a las cajas.

Me frustró que Tom no pudiera hablarme más claramente, ya habían pasado cuatro semanas completas desde que me mudé a su casa, no éramos dos completos extraños y poco a poco empezaba a sentirme más cómoda con la idea del terapeuta de hablarle claramente sobre lo que me había llevado hasta Bill.

Tom era paciente, pero yo no.

- ¿Quieres decir que si necesito más cosas? – Me di la vuelta sobre los talones y dirigí la vista hacia la izquierda, al pasillo de los vegetales. – No, creo que tenemos todo.

Tom gruñó a mis espaldas y lo escuché murmurar un "sígueme", así lo hice y cruzamos la mitad de la tienda para llegar a un pasillo repleto de cajas y bolsas rosadas, verdes y azules. Era el pasillo de higiene, más en concreto el pasillo de artículos femeninos.

Admiré las decenas de cajitas de tampones y los paquetes de toallas femeninas por un momento antes de desviar la mirada hacia el coloradísimo castaño. "Cosas de chicas".

- Ah... - sentí que se avergonzaría más él al escucharme que yo al admitirlo. – No necesito nada de esto.

- ¡Qué!

Escuché su alarma, inmediatamente sus ojos escanearon mi abdomen. Su rostro pasó del rojo al blanco en un instante y me pregunté si aquello podría ser peligroso para la salud.

Comprendí que los hombres eran idiotas la mitad del tiempo, así que encogí los hombros y esperé a que sus ojos cafés se dignaran a verme a la cara.

- No seas tonto... - me quejé, - hace meses que no tengo el periodo. – Admití.

No había contado el tiempo, pero bien podría haber sido un año antes la última vez que lo tuve. Poco antes de que conociera a Bill.

Tom se enderezó y frunció el ceño.

- ¿Y eso es normal? – Preguntó, rascándose el brazo.

Si mis conocimientos de biología eran correctos, y apenas podía recordar algo, podía decirle a Tom que no. Los médicos en el hospital esperaban que recobrara el periodo una vez que subiera de peso lo suficiente, pero para mí eso ya era un caso perdido. Tampoco era como que planeara tener más bebés.

Feel It All (Tokio Hotel/Tom y Bill Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora