Feel It All (Tokio Hotel/Tom y Bill Fanfic)

Número 15. No Le Pertenecemos a Nadie.

*POR FAVOR: LEAN LA NOTA AL FINAL*

Esta canción creo que es mi segunda favorita de KOS, así que mientras escribía no presté mucha atención más que a la música... ojalá no tenga errores porque hoy es un gran día para un final de temporada. (Perdón, hago chistes malos para vivir!)

Atención! Va y viene. 

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Los días parecían ir y venir demasiado rápido para que los pudiera contar. Pasaba la mañana en nuestra pequeña habitación a menos de que Melanie me fastidiara lo suficiente para que la siguiera afuera.

- No quiero... - murmuré cuando Mitch y Melanie intentaron sacarme del colchón.

Había pasado solo unas horas tumbada, pero ellos querían que me diera un baño. Melanie estaba preocupada y yo no podía pasar del ceño fruncido de la rubia.

Ni siquiera el agua pudo ayudar, estaba completamente perdida. Eché la cabeza hacia atrás en la orilla de la tina y me dejé resbalar debajo del agua.

La voz de Bill era suave, siempre estaba ahí, en algún rincón. Escuchaba todo y en ocasiones su risa resonaba por alguna parte.

- ¡Campanita! – Llamaba.

Tenía el cabello rubio revuelto, pero se veía saludable y feliz. Solo eché un vistazo, no se quedaba quieto lo suficiente para dejarme verlo.

Salí del agua, arrastrada por una corriente de agua. Abrí los ojos lentamente y vi a Mitch por encima de mí. Sus manos estaban en mis brazos y me acomodaba más cerca de la orilla.

- Bill... - Suspiré, - ¿Bill?

Cerré los ojos otra vez, no había nada. Eché la cabeza hacia un lado y vi a la rubia sentada en suelo junto a la bañera. ¿Dónde mierda se había metido?

- ¡Pan! – Llamé, esperando una risa haciendo eco en el pasillo.

Nada.

Solo había silencio.

Volví a hundirme en la bañera con la esperanza de encontrarlo otra vez. Mi cabello se suspendió en el líquido y al abrir los ojos sentí el ardor del agua en ellos; no había anda ahí abajo, solo la sombra y la figura que mis amigos. Me sacaron de nuevo y ahora pateé el agua.

Necesitaba verlo, quería hablarle. Lo necesitaba.

- Kora, deja de hacer eso... - Me pidió una voz femenina.

- Quiero a Pan. – Lloré.

Los efectos de la última inyección se estaban desvaneciendo y nada me importaba más que intentar seguirlo, siempre escapaba antes de que lo alcanzara, pero cuando menos podía verlo.

Sentí su mano en mi cabeza, acariciándome la frente al peinar mi cabello hacia atrás. Melanie intentó tranquilizarme como siempre. Nunca hacía nada, pero para ella era un intento que valía la pena cada vez.

Abrí los ojos para ver borroso, en la cabeza se sentía como si me clavaran una aguja para tejer y la mayoría de los músculos de mi cuerpo ardían como quemaduras que tardaban de más en sanar. Si pudiera seguirlo, ya no hubiera hecho.

No lo escuchaba, no lo podía ver.

Lloré al coger la mano de Mel, mirándola sin ver una imagen clara de su rostro ni de su expresión, era una figura frente a mí, con colores y sobras, pero sin más forma.