II

5.6K 342 12
                                    

(...) Después del entrenamiento, En los lockers.

Un Extraño aroma a chocolate y mentas llegó hasta mí. no le di importancia y cerré mi locker. Salí de los vestidores y caminé por los desiertos pasillos del instituto hacia la salida. de pronto alguien me empuja dentro del cuarto del conserje.

Todo está oscuro, no veo nada, solo puedo escuchar su respiración agitada y de nuevo ese aroma a chocolate y mentas. —¿Quién Eres? — preguntó una vez mis ojos se acostumbran a la oscuridad y logró ver a un chico alto de cabello castaño, mirándome fijamente. —¿Quién Eres? —repito la pregunta esperando una respuesta. El chico se acerca y susurra en mi oído— ¿Podría hacerte la misma pregunta? pero prefiero hacer esto. — toma mi rostro y me besa.

Por alguna razón que en este momento desconozco, mis labios se movieron al compás de los suyos, siguiendo el beso. Aunque no debería, todo esto no debería estar pasando. Yo no sé quién es este chico o lo que busca, Esto es muy irresponsable de mi parte y....Al demonio, Este Es mi primer beso.

nos separamos, pero, aun así, no tuve el valor de abrir mis ojos y volver a verle. Yo no lo entiendo, no suelo ser así, o al menos eso creo, nunca antes me paso esto así que... ¡Ay, Dios! Acabo de dar mi primer beso.

—hum ¿porque no abres lo ojos? —dijo él con un tono dulce.

—Porque no tengo él valor de volver a mirarte. —oh, cielos, estoy temblando. No entiendo que es lo que me sucede. Él acarició dulcemente mi mejilla y susurró en mi oído—abre los ojos, y concédeme el privilegio de ver una vez más, ese maravilloso par de diamantes. — Podía sentir como mi corazón se aceleraba más y más con cada una de sus palabras. lentamente comencé a abrir mis ojos, encontrándome así con su penetrante mirada.

—¿Quién eres? —Esas parecen ser las únicas palabras en mi mente.

—Yo, Soy tu mate.

(...)

Aquel momento inesperado que viví en el instituto me acompañó en mis pensamientos durante todo el trayecto a casa. Me mantuve presente pero absorta a la vez.

—Vanesa ¿estás bien? —me pregunta Matteo apenas entro a casa.

—Si, estoy bien ¿porque lo preguntas?

—¡Aja! No estás bien, porque tú nunca eres así conmigo. aparte, venias con cara de boba y te escuche juguetear con las llaves antes de entrar. Ahora dime ¿qué te pasó y porque hueles a perro? —¿ah?

—Okey, Si me paso algo, pero eres muy enano aun para saber que ¿en serio tengo olor a perro? —Le pregunte al enano y este asintió, estire un poco la tela de mi blusa hacia mi nariz, pero no detecte más que mi propio perfume—Qué extraño...—de pronto él enano explota en carcajadas—¿y a ti, ¿qué te pasa?

—¡Caíste!¡no lo puedo creer!¡caíste! —El enano se cayó del sofá incluso de tanto que se reía.

—jaja, muy chistoso. —dije y subí rápidamente las escaleras hacia mi cuarto.

Al llegar, me dejo caer de espaldas sobre mi cama y pegó un pequeño grito cuando de una de las almohadas de mi cama sale como bala una rata blanca y me salta encima. — ¡ENANO! — Baje a toda velocidad las escaleras y me pare en frente del enano. —¿se puede saber que hacia este empolvado con patas en MI cama?

—Primero; se llama Lois y no es un empolvado, los empolvados son dulces, Lois es salado. —se explicó el enano.

—¡iugh! ¿mordiste a este pobre animal? pobrecito—puse la ratita en mi mano y la empecé a acariciar. —disculpa a mi hermano, Lois. Enano, ¿cuántas veces has mordido a esta ratita?

—no lo he mordido, de haberlo mordido no lo tendrías en la mano, ya estaría seco y enterrado en el patio. —Lo mire con cara de espanto. Que horror, y lo peor es que es mi hermano.

—¿y entonces cómo sabes que Lois es salado si no lo has mordido? —inquiero examinando a Lois, quiero verificar que no haya mordido al pobre animal.

—Le saque un poco de sangre con una jeringa. si lo mordiera se hubiera desangrado o secado, no importa, mismo resulta; otro ratón muerto enterrado en el patio. —un momento...

—¿Como que otro? ¿Hay más? —el enano me sonrió.

—bueno, dejémoslo en que este no es Lois primero. — uy, ya entiendo porque mamá no le quiere enseñar magia a Matteo...

—¿cuántas ratitas hay en el patio? —el enano miró al cielo unos segundos y Luego silbó.

—uf...no creo que quieras saber...—le di una mirada severa. —okey, okey, hay como unos... ¿sean 40? Quizá más, no lo sé con exactitud. —pero...este enano convirtió el patio en cementerio de ratas.

—¡Enano maldito! convertiste el patio en cementerio de ratas. ¿qué le hiciste a esos pobres animales? —el enano se Limitó a suspirar y negar con la cabeza.

—Si te digo te vas a enojar más aún. Deja de acariciar a Lois, se va a encariñar contigo y ya no te va dejar sola nunca más. —ignore el comentario del enano y me fui a la cocina, abrí el refrigerador, saque un trocito de queso y se lo di a Lois. volví al living y me senté al lado del enano.

—No interesa, de todos modos, yo no quiero separarme de ella. Ahora dime ¿qué le hiciste a esos animales? —El enano rodó los ojos.

—okey, te lo diré, pero mamá no debe saberlo. — oh, enano...

—Matteo, si sabes que mamá escucha todo lo que decimos en cuanto escucha la frase "mamá no debe saberlo "¿no? —El enano suspiro.

—Entonces ya no te diré nada. —El enano se hizo humo, ¡El enano se hizo humo!¡EL MALDITO ENANO SE HIZO HUMO! tome la nota que está sobre la mesita de centro. "si lo sabía, solo quiero que pueda escucharte cuando pase en 3...2...1"

—¡¡MAMÁ!!—Maldito enano, sabe que Mamá bendice el agua de los rociadores, Lo sabe y Por eso se hizo humo el maldito enano...—Mamá...Si ves al enano, Dile que es un código naranjo. —maldito enano, tengo que salir de aquí pronto oh ...oh...—Enano, estás muerto.

Destino HibridoHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin