Escena extra, parte II.

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—Él me ayudó. –Informé, mintiendo.

—Entonces te ayudó, pero todos estos meses se ha negado a ayudarnos.

Mis venas ardieron. Temí que nos descubrieran. César dio un paso adelante y por primera vez en su vida, lo encañonaron con un fusil.

—David es como mi hermano.

— ¿También Fanny?—Cuestionó él, tomando una pistola. Diana por su parte, no dejaba de llorar y decir que ella no era Vanesa. Le temía a la muerte. Quizá, como todos nosotros al final.

— ¿Por qué hace tantas preguntas, si ya tiene a Vanesa en su poder?—Atajó César luego de un rato y Turco torció la boca, apuntándole en la frente a la susodicha.

Y recién soltó mi compañero las palabras, Turco accionó el arma de fuego dos veces sobre el cuerpo de Diana. Uno en la cabeza y otro en el pecho. Luego soltaron a Fanny y ella corrió hacia mí. La abracé. Ella se aferró a mi cuerpo también y entonces César rodeó el auto para irnos.

—Llamen a Alcapone, díganle que ganamos. –Espetó turco a uno de sus trabajadores y él entró en uno de los autos.

Oí cuando abría la puerta del copiloto y Fanny se apartó ligeramente de mí. Le di la espalda para abrirle la puerta y al volverme, ella me estaba apuntando con un arma.

— ¿Fanny?—Pregunté y ella sorbió por la nariz, con los ojos inyectados en odio.

—Al piso. –Ordenó. Fue nuevo para mí, oír una orden de su boca, con su voz. Mis ojos viajaron hacia Federico, quien sonrió con malicia. –Arrodíllate, David.

Cuando reiteró su orden, me puse de rodillas. Vi a unos hombres meter el cuerpo de la Vanesa falsa, en una bolsa negra. Alcé ambas manos, para que ella no se sintiera amenazada. Lo primero que pensé, era que ella estaba siendo obligada.

—No debió matar a Miguel. Convirtió a una chica buena, en una chica mala. –Dijo él y yo volví a mirar a Fanny –Admito que cuando Fanny me comentó el plan de venganza, tuve mis dudas. Pero, todos ganábamos entonces acepté y todo salió a pedir de boca.

Ella lloró y suspiró, quitándole el seguro al arma. Mi estómago se hundió de temor.

—Fanny, mírame. –Le pedí.

Dos tiros, demasiado cerca alertaron a todos. Todo pasó muy rápido. Turco entró en el auto y sus escoltas se pusieron de guardia. Fanny miró hacia el lugar de donde provinieron los tiros y yo le rapé el arma. Otros tres disparos, hicieron que Turco gritara órdenes y todos se marcharon, levantando polvo.

Oí que César encendía el auto. Me puse de pie apuntándole, porque no tenía más opciones.

—David, vámonos de aquí. –Dijo Águila. Yo no quitaba los ojos de los de Fanny, quien lucía diferente. Llena de odio, quizá –Mátala ya.

—Hazlo, David. Porque si no lo haces, yo te buscaré y te mataré ¡Porque jamás te perdonaré por haber asesinado a Miguel!

—Él intentó matarme. Intentó matar a Vanesa.

—Para nada lo hiciste, ella acaba de morir.

Negué con la cabeza y sus ojos se entrecerraron, luego comprendió y tragó saliva, negando con la cabeza.

— ¡David, vámonos ya!—Reiteró César. Mis pensamientos se volvieron un murmullo ensordecedor. Pensé rápido, en medio del nudo de dudas.

—Ven conmigo. –Le propuse y ella frunció las cejas.

Los pasos sobre la grava se oyeron y César apareció detrás de mí.

Un tiro fue todo. 

Un tiro empujó su cabeza hacia atrás y arrojó su cuerpo en un segundo, hacia el cemento. César después de dispararle, guardó el arma en su pantalón y yo me abalancé sobre él.

Lo primero que hizo fue alejar mi arma de su cuerpo. Mis brazos rodearon su cuello y él me propinó un rodillazo en el estómago. Tomó con ambas manos la muñeca de mi mano y la golpeó contra la puerta de la camioneta hasta que la solté. Le encajé un puñetazo en el pómulo izquierdo y él con un revés, empujó mi pecho haciéndome golpear con la camioneta.

— ¡Reaccione de una vez por todas! ¡Ella intentó matarlo!

Me miró un par de segundos y luego levantó el arma y le sacó el proveedor. Tiró el arma vacía a mi pecho y la atrapé, sin quitar mis ojos de ella.

–Ahora estamos a paz y salvo, porque esto —Señaló con la cabeza, el cuerpo sin vida de Fanny—, es por haber intentado matar a Vanesa.

Y salió de mi enfoque visual para subirse a la camioneta.

SANGRE Y PÓLVORA │COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora