제1장

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K.Haneul

La cafetería comenzó a llenarse y comencé con mi trabajo.

Logré atender 10 mesas en 20 minutos y así continuó mi día, atendiendo mesas.

La noche había llegado y era hora de cerrar. Fui por mis cosas a mi oficina y volví para comenzar a cerrar las ventanas.

—Lo siento, pero ya estamos cerrando —dije al oír él sonido de la puerta.

—¿De verdad?... —pensó un momento— Lo siento, acabo de llegar a la ciudad y bueno... No conozco nada mucho menos los horarios

—Si es así, entonces creo que puedo atenderlo —le regalé una sonrisa—

—¿Podria hacerlo?

—Si

—Muchas gracias —sonrió.

—No hay porque —me acerqué a el— ¿Que es lo que le apetece?

—Un Americano, por favor.

—Enseguida. Puede tomar asiento

Mamá siempre me enseño a ser buena persona y si él acababa de llegar a la ciudad debía recibirlo de la mejor manera.

Terminé de preparar él Americano, tome un pedazo de pastel y volví junto al cliente.

—Espero que lo disfrutes y no te preocupes en pagar, es mi regalo de bienvenida.

—No tenias que molestarte y lamento retrasar tu regreso a casa —me senté frente a el.

—No hay problema —dije restándole importancia— ¿De donde vienes?

—Busan. —sonrió. Por cierto tenia una bonita sonrisa— Siempre he vivido con mis padres, hasta ahora cúando decidí comenzar a vivir  —soltó una diminuta risa— es vergonzoso. Tengo 22 años y recién deje de vivir con mis padres

—No es vergonzoso. Si mis padres estuvieran conmigo, estoy segura de que aun viviría con ellos y lo hubiese seguido haciendo

—¿Tus padres...? —preguntó con algo de temor. Tal vez temía meter la pata, pero ya no me afecta la muerte de mis padres, en un principio si lo hizo, pero decidí salir adelante y recordar los momentos felices.

—Murieron en un accidente de avión
—Lo... Lo lamento

—He aprendido a vivir con eso, solo con los recuerdos —sonreí.

Charlamos un poco más mientras él terminaba su orden.

—Muchas gracias... —me miro directo esperando respuesta de mi parte.

—Haneul. Kang Haneul —sonreí.

—Gracias Haneul —sonrió mostrando su hermosa dentadura— nos vemos pronto —salió por las puertas de la cafetería agitando su mano.

—Ni siquiera me dijo su nombre —Murmuré para mi.

Seguí con lo que hacía de que llegara él chico y al fin cerré la cafetería.
Mi edificio no quedaba muy lejos de la cafetería y por estas calles siempre habían personas rondando y también las calles estaban bastante iluminadas por lo cual no le temía a irme sola a mi apartamento.

🍵

L

a cafetería estaba vacía comparada con otras veces, ahora solo habían 4 mesas ocupadas. Él día estaba bastante feo, las nubes oscuras hacían del día algo aburrido y la lluvia no se había detenido desde que salí de mi apartamento.

Coffee; j.kWhere stories live. Discover now