World Of Ravens (Fény 2#)

Capítulo 82

[Esmerald]

Nunca me había sentido tan desesperada y con muchas ansias de algo, al ver a Iván empacando sus pocas pertenencias. Como anteriormente lo dijo, tiene que regresar a su reino y continuar con su reinado y yo tengo que regresar con Spector, ya no soy la líder de las tropas femeninas en el Inframundo, pero sigo siendo soldado y mi deber esta con mi reino.

Suspiro mientras me recuesto en su cama y lo veo ir de aquí para allá, no tiene tanto equipaje, pero lo hace de forma lenta para retrasarlo tanto como sea posible. Al terminar, cuando su mochila está llena se acomoda arriba de mí y me besa como si nunca nos volviéramos a ver, lo que en verdad me aterra. Ahora solo quiero disfrutar de sus labios, lo que me hace pensar en la mañana de ayer, donde solo nos recostamos en mi cama, completamente desnudos.

Le permití a Iván tocar mi cuerpo y él me permitió tocar el suyo, él fue valiente e intento ahuyentar sus malos pensamientos, sin embargo esos recuerdos falsos aun pueden con él y no llegamos a hacer nada más. Pero estoy feliz por el avance que tuvo y eso es bueno, aunque tampoco quiero parecer una loca desesperada por tener relaciones con él. Iván termina el beso arrastrando mi labio inferior entre sus dientes y sonríe con tristeza.

— Te voy a extrañar mucho —dice escondiendo su rostro en mi cuello.

— Yo ya te extraño desde ahora —decido confesar mis sentimientos—. No quiero que nada te pase.

— Ni yo a ti, pero como el Inframundo no quiere intervenir, de alguna forma me siento aliviado —levanta su rostro y besa mi nariz—. Estoy aliviado de que tú no entres en la guerra.

— Sabes que no te dejaría solo —tomo sus mejillas con mis manos—. Puedes llamarme si necesitas ayuda, lo mismo va para André.

— ¿Sigue mal? —asiento.

— Luke piensa que es la sangre de Victoria, continúan alimentándose uno del otro, no soy vampiro pero debe ser desesperante no poder probar la sangre, así que supongo ellos no pueden resistirse, ¿no crees? —lo miro enarcando una ceja.

— Pienso igual, quizás hechizaron a Victoria, aunque me preocupa ella y los niños —Iván se gira para ahora ser yo la que quedo arriba—. Si es cierto que André se convertirá en un dragón... no quiero ni imaginarlo. Mi padre también está preocupado, pero ahora tiene un gran dilema por ella y mi madre —suelta un sonoro suspiro—. No sé por qué demonios se me ocurrió encerrarla, quizás...

— Encerrada o no, Eugene hubiese ido con las Ninfas a enfrentarse, no te culpes por ello —me acomodo mejor sobre él, es tan cómodo que me permito cerrar un momento los ojos.

— ¿Esmerald? —me llama.

— ¿Iván?

— Lo siento... por lo de ayer, lo intente y espero que no te sientas ofendida porque no quise...

— ¡Shhh! —pongo un dedo en sus labios—. Comprendo tu situación, no tienes por qué pedir perdón, yo te esperare el tiempo que sea suficiente.

— ¿Y si te cansas de esperar? —me mira con verdadera angustia reflejada en su rostro y repentinamente aparece lo que una vez me dijo aquel cuervo del que Iván tanto me cela, Jamie, quien dijo que Iván no será capaz de proporcionarme un amor como André a Victoria.

— No lo hare, Iván, confía en mi, por favor —tomo una de sus manos, ahuyentando malos pensamientos y siendo honesta con él—. Quizás por nuestra fama los demonios no somos dignos de mucha confianza, pero no te fallaría, a ti no.

— Te amo tanto, preciosa mía.

Me toma de la nuca y vuelve a besarme, esta vez con más ansia y desesperación, yo lo sigo con la misma intensidad hasta que nos separamos y nos ponemos de pie. Con una mano toma su mochila y de paso la mía, que he traído desde mi habitación, con su brazo libre lo entrelaza con el mío y juntos bajamos hasta la flamante recepción del castillo Vampir, donde esperan Elian, Thomas y Charlie, también esta Amelia, Victoria, André y los cuatro líderes cuervo.