Capítulo 40

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» 2 semana después.

Los días se me hacen eternos y apenas hemos avanzado nada, la única diferencia es que ya no veo el muelle de San Francisco, la lluvia no ha dejado de parar y las tormentas nos hacen sufrir como nada en el mundo. El capitán Rogers y Takeshi han hecho de todo para controlar el barco, además de que gracias a los cielos que hasta este punto del camino no hay hechizos o mejor dicho, a nadie más han afectado los hechizos más que a André.

El vampiro ha pasado un tiempo fatal, sufriendo de alucinaciones y se la pasa la mayor parte del día dormido. He pensado que es igual a la princesa de los cuentos infantiles, 'La Bella Durmiente'. Cuando él está durmiendo, Iván le lanza varios hechizos de protección para proteger su alma, mente y corazón, pero algo muy raro está atacando a André y es extraño que solo a él le afecte.

— ¿Charlie? —me llama alguien, volteo y veo a la sirena mirarme con el ceño fruncido, su cara de preocupación no me convence en lo mas mínimo.

— ¿Qué pasa? —le pregunto, si ella finge yo también puedo hacerlo—. ¿Necesitas ayuda?

— Si, con la comida —señala la escotilla que hay en el suelo de madera—. Iván y Esmerald están hablando con André.

— ¿Ya despertó? —pregunto sorprendido.

— Si, aunque luce extraño —Erendira se pone pensativa, pero insisto, no me trago ese cuento—. Es raro que solo a él le afecten los hechizos. Iván, como es mago, dijo que no siente la presencia de embrujos, ¿tú no sientes nada?

— No, ¿por qué la pregunta? —la sirena camina hacia donde estoy, a la orilla del barco. Mira el mar turbio que se hace a nuestro paso—. Sé que una gran parte del alma de la reina Victoria habita en ti.

— ¿Y...? —le hago un ademan con la mano para que continúe hablando.

— Bueno, pensé que como tú técnicamente representas a Victoria —se encoge de hombros—. No me hagas mucho caso, es que intento pensar que le ocurre al rey.

— Estas muy preocupada por él —digo como si nada, pero por dentro algo se retuerce en mi pecho.

— ¿Tu no lo estarías? —me mira con ojos sorprendidos—. Siento que en mis manos tengo una gran responsabilidad, yo fui quien le conto a el rey de que Eugene hechizo a su propia hija, le di toda la información que tenia y han confiado en mí.

— ¿Cual es el problema, entonces? —no comprendo cual es la causa de su preocupación.

— Si no encontramos al Cuervo Blanco, me sentiré fatal... sino despierta la reina Victoria, la madre de Fiorella, Sibil junto con Gianna harán lo que les plazca, destruirán al príncipe.

— ¿Destruir? —me alarmo al escuchar una palabra tan... fuerte—. ¿Por qué ellas quieren hacer eso?

— André se convirtió en un príncipe maldito gracias a Eugene, él mato a la hermana de Sibil y después el rey Dreagan, padre de André, destruyo a su hermano menor, Damián —suspira al recordar—. Ese vampiro fue el padre de Fiorella y de su medio hermano.

— ¡Wou! —me volteo para recargarme en la barandilla de madera—. Quien diría que la profesora Fiorella perteneciera al mundo de Fény. ¿Que pasaría si Victoria no despierta? Tengo entendido que hay una profecía para ella y el Cuervo Blanco.

— Las profecías se pueden romper, se pueden impedir, si sabes cómo —lo dice de forma susurrante, como si solo lo dijera para ella, después se aleja y va hacia el otro lado del barco, donde hay una escotilla que lleva al almacén donde se guardan todos los víveres y hay una pequeña cocineta—. Vamos, ayúdame con la comida.

Sigo a la sirena para ayudarla, al entrar al gran almacén ella comienza a tomar cosas de aquí y de allá, Thomas se une a nosotros y nos ayuda a cortar vegetales, hemos estado comiendo sopas de distintos tipos y hoy no será la excepción.

Pasan algunos minutos cuando hemos terminado y Thomas sale con una gran caldera donde está el caldo caliente, Erendira lleva platos, cucharas y vasos, mientras que yo he cargado con dos pequeñas garrafas de agua para beber.

Al subir a cubierta me encuentro con Iván y Esmerald, ayudando a André a que tome asiento sobre un pequeño barril de madera, luce fatal el pobre vampiro, si de por si es pálido, ahora parece un muerto viviente. Acercamos la comida, Esmerald ayuda a André a que pueda comer, desde que llegamos al barco no he vuelto a escuchar su voz. Con manos temblorosas toma el tazón de sopa caliente y lentamente comienza a comer.

Todos lo hacemos, pero en silencio escuchando el chapoteo del agua contra el barco y los gritos a lo lejos de los marinos del Ningyo, quienes mantienen un espíritu tranquilo y juguetón, mientras que en La Catrina, los ánimos están por los suelos, el único que parece como si nada es el capitán Rogers, quien aparece por las escalerillas de su camarote, sin decir mucho se acerca a nosotros y la sirena le ofrece un poco de sopa.

— Luces terrible —señala a André.

— Gracias —dice el vampiro con voz afónica y prosigue comiendo, sin importarle mucho lo que piensen de él.

— He hablado con el capitán Takeshi —mira despacio a cada uno de nosotros—. Aun estamos en la zona donde los barcos humanos llegan, aquí no hay hechizos, de ningún tipo.

— ¿Insinúas que específicamente alguien lo está hechizando? —pregunta Esmerald desconcertada.

— Insinuó que aquí no hay hechizos —saca de entre sus ropajes un pequeño frasco de líquido color azul metálico, pareciera un cielo nocturno despejado y con estrellas, todo en un pequeño frasco que le da al vampiro—. Es sangre con magia de hada, me lo dio Takeshi para ti, tómalo.

— Últimamente, no confió mucho en las hadas —dice el vampiro receloso

— Te hará sentir mejor y sobre todo, sabremos qué tipo de hechizo utilizaron contigo y quien lo hizo.

Todos nos quedamos expectantes, André levanta su mano temblorosa y toma el frasco que Rogers le da, lo mira con detenimiento y una gran arruga en su frente. Por largos segundos, la escena se congela, es como si todos nos hubiésemos quedado paralizados, expectantes ante el vampiro que piensa detenidamente que debe hacer, al final da un largo y cansado suspiro, abre con esfuerzo el pequeño frasco y aun dudoso se lo lleva lentamente a sus labios. Está a punto de tomarlo cuando escucho gritos y un golpe, que nos avienta a todos.

El frasco que tenia André en las manos cae para estrellarse con la madera y verterse todo el líquido junto con el caldero lleno de sopa caliente que se ladea, empujo a Thomas para que lo caliente no caiga en sus pies, lo que hace que él empuje a Erendira y deje caer su plato. Sin embargo, nadie se mueve a partir de allí, nos quedamos quietos y escucho otro ensordecedor golpe, pero fue al otro barco y de repente escuche un grito.

— ¡SON LOS NUUTSLAG!

— ¿Qué es eso? —pregunto confundido. Miro a Thomas, pero quien responde es Erendira.

— Son los híbridos de mi reino y de los más letales.

World Of Ravens (Fény 2#)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora