-Espera un momento... Listo. - Abro los ojos, y ella me ve realmente satisfecha.

-¿Puedes...? - Hago señas para que pueda voltear la silla, y así poder verme en el espejo. Pero ella niega.

-Nop, ahora falta la ropa. ¿A dónde vas exactamente? - Pregunta.

-¿Prometes no decirle a mi mamá? - Hago puchero.

-Tus papás ya ni si quiera viven aquí, paran todo el tiempo viajando, creo que desde el año pasado no los veo por acá. No tienes de qué preocuparte. - Sonríe.

-Bueno... Pues voy a las carreras.

-Uh. - Sonríe. Va a su armario, comienza a sacar cosas, y las tira a la cama.

Una cazadora negra.

Un crop top gris.

Un short de jean hasta la cintura.

Un chocker.

- Y... - Busca una caja de zapatos. - Estos. - Sonríe, y me tira la caja.

Unos botines negros con tacón.

-N-no creo que sea buena idea ponerme todo es... - Me tapa la boca con su mano.

-Es muy tarde para arrepentirse, te ayudaré a vestirte. No creo que sepas como usar todo esto.

(...)

-Madison ya me cansé de tanta mierda, vendrán por mi en cualquier momentoooooo.

-Prácticamente ya estás. Sólo falta que te pongas los zapatos.

-¡Pero son muy altos!

-Ponte. Los. Zapatos. Ahora.

-Está bien...

(...)

-Bueno, sabía que esto no sería fácil, pero tampoco imposible. Estás hermosa Natalie. Anda a verte en el espejo.

Me paro lentamente con miedo a cómo pueda lucir frente a el espejo.

¿Y si se me ve mal?

Me examino frente al espejo, quedando perpleja.

Oh por Dios. Las puntas de mi cabello están rojas.

¡Rojas!

Nunca me había visto así...

Ni en sueños. Me siento... Algo exhibicionista. Pero no me queda nada mal.

Sino al contrario... Varias partes de mi cuerpo resaltan con esta ropa, la ropa que usaba antes... Me hacía ver gorda...

Y mojigata.

Nunca me había maquillado tanto en mi vida...

Labial rojo. Muy rojo.

Delineador de ojos negro...

Rímel...

-¡Natalie! - Se oye desde afuera. Voy, y me asomo por la ventana. Es Dylan, ya está aquí.

-Eh, ahorita bajo. - Camino de nuevo hacia mi espejo y me vuelvo a examinar.

Estoy bien.

Estaré bien.

Todo saldrá bien.

-Gracias. - Le doy una sonrisa de agradecimiento a Maddy, y le doy un abrazo.

(...)

-Bien ya llegamos. - Ambos bajamos del auto, y nos quedamos un rato parados, observando el ambiente.

Huele a pasta.

¡IDIOTA! #1Where stories live. Discover now