¡IDIOTA! #1

3. Esto huele a ¿Celos?

Megan's P.O.V.

-Me puedes decir, ¿Por qué carajos entraste a la habitación sin tocar antes? - Un Carter extrañamente tranquilo, pero con un tono amenazante en la  voz entra sin permiso a mi habitación.

-Vaya, ¿Qué chistoso no? Te quejas de que no toqué la puerta y vienes como retrasado a contradecirte.

-Ay, es diferente, y sí toque la puerta, pero no abriste. Además no puedes andar como tonta entrando donde se te da la gana.

«Putealo Megan, sin piedad.»

-¿Por qué sería diferente? Es lo mismo. Claro, sólo que tu estabas revolcándote con quién sabe quién. - Digo tratando de no perder la poca cordura que me queda. - Y no es mi maldita culpa andar como si nada en mi maldita casa, porque es mi casa, y escuchar gemir a una arribista en tu cuarto. - Espeto, cruzándome de brazos.

¿Quién se cree que es para hablarme así?

-Cualquiera piensa que estás celosa bonita, pero no te preocupes, no eres la única que me pisa los talones. - Dice esbozando una sonrisa de superioridad, como si tener un montón de chicas detrás de él, fuera un logro del cuál se pueda sentir orgulloso.

Y no iba a permitir eso.

-Es que de verdad eres un jodido enfermo. ¿Qué te hace pensar que yo, podría andar detrás tuyo con esa carita que te traes? ¿Me crees lo suficientemente idiota como para por lo menos considerar la mísera posibilidad de interesarme en ti?

Su cara de indignación hacia lo que le acababa de decir no tenía precio. Lo he herido en su mayor debilidad.

Su ego.

«Prácticamente le estabas diciendo feo"

¿Y no lo es?

«Bueno, en cuestión, está más bueno que cualquiera que hayas conocido»

-¿Estas segura? - Y para cuándo me doy cuenta, me está aprisionando contra la pared, con los brazos a los costados de mi cabeza y nuestros rostros a tan solo centímetros, dejándome oler su embriagador perfume.

«Huele tan bien...»

Trato de encontrar mi fuerza de voluntad, y valor para formular una respuesta.

-Más que segura. - Trato de mirarlo con desprecio.

-Bien. - Dice irónicamente, alejándose de mi, y yéndose a su habitación como si nada hubiera pasado.

¿Qué demonios acaba de pasar?

¿Qué le pasa?

«Al parecer la marcada fuiste tú. »

Ahg, cállate.

Estoy harta.

(...)

Me levanto lentamente y hago una extraña mueca al recordar lo de ayer.