Prólogo.

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Era una tarde calmada, y yo estaba haciendo tarea como todos los días.

«Oh vamos Megan, eso ni tu te lo crees. »

Tienes razón, para que mentirnos, en realidad, no hago más que ver memes en facebook.

«Aún no puedo creer que hayamos terminado en esta situación, damos asco.»

Pero si siempre hemos estado así conciencia. La estúpida monotonía nos persigue todos los días de todos los malditos meses desde que tengo memoria, osea, no hace mucho.

«No siempre ha sido así.»

Tal vez sí, tal vez no, ¿Quién puede saberlo? Cada uno tiene su propia versión de todo, y yo he decidido confiar en la versión de mamá.

Aunque... Es la única versión que conozco...

«Jajaja, ¿Mamá? Hazme el favor

-¿Megan?- Percibo la voz de mamá a través de la puerta. El silencio sepulcral hace que pueda escuchar su respiración a metros de distancia.

-¿Dime? - No me esfuerzo en hablar alto, sé que igual puede escucharme.

-¿Podemos hablar? - Dice mamá ingresando a mi habitación con una notable voz nerviosa.

Y tratándome bien, que sorpresa.

Esto no huele bien.

«Si... Creo que te me tire un gas. Lo siento. »

Y es aquí señoras y señores, cuando me entero que las jodidas conciencias tienen un culo por donde tirarse gases.

Interesante. Muuuy interesante.

-Eh... ¿Qué pasó?- Pregunto tratando de no dejar mi curiosidad en evidencia.

Aunque puede que sea imposible.

-Bueno... Tu padre y yo t-tenemos un viaje de negocios. Y bueno... - Carraspea. - Te vas a tener que quedar aquí. - Modifica su tono de voz por uno más firme y sin tartamudeos.

-Está bien. ¿Pero porqué tanto nerviosismo?- Le pregunto volviendo a abrir mi ordenador, que por cierto había cerrado cuando ella entró.

-Es que... No te vas a quedar sola - Dice - Alguien vendrá a quedarse contigo.

-¿Qué? -  Cierro el ordenador tan rápido que causo un estrepitoso ruido. - ¿Cómo se llama? ¿Lo conozco? ¿Va en mi escuela? ¿Te estás dando cuenta de que si me dejas con un chico es probable que me viole?- Suelto mis típicas preguntas en cuestión de segundos, tanto que ella se queda mirándome raro.

- Uhmmm... - Finge pensar mientras se mira las uñas. - ¿Cómo era que se llamaba? - Sonríe cínicamente. - Ahmmm... ¡Oh ya me acordé! - Dice con fingida emoción. - Se llama Carter. ¿Lo conoces? Va a tu misma secundaria. - Dice restándole importancia.

-¿O'Donnel? - Pregunto con cierto temblor involuntario en la voz.

-Sí. - Frunce el ceño. - ¿Lo conoces? - Pregunta esperando paciente mi respuesta que tardo un momento en formular.

Y cómo no conocerlo. Es uno de los tipos nuevos que entraron junto a mi y a Camila. Hasta ahora no hemos intercambiado palabra, pero sí miradas. - Extrañas miradas. - Es alguien agraciado, he de admitirlo, pero siempre que lo ves fuera de la escuela, lo encuentras con una chica diferente. Es frustrante verlo con una chica nueva todas las semanas. Muy frustrante. Y eso es lo más extraño, que me frustre el hecho de que ande con otras chicas. Ni lo conozco.

Uhg, estúpidas hormonas. 

Pero tiene el encanto de los mil demonios...

Pero para añadir un dato más a su... Eh... ¿Descripción?

Es el tipo más popular en toda la escuela, es especialista en tener mujeres babeando detrás de él, y cómo no, todas terminan con el corazón roto, rogando una muestra de amor por su parte.

Es alguien detestable. Pero por alguna razón, no puedo odiarlo.

-No, ¿Por qué preguntas? - La respuesta que acabo de dar sale involuntariamente de mi boca. Me asusto un poco al no haber puesto control en la respuesta. Pero algo me dice que no debo refutar.

-¿Tal vez porque dijiste su apellido? - Acerca su cara a la mía, supongo que queriendo ver si le miento.

-Pues como quieres que no lo conozca, siempre los escucho a ti y a papá hablar sobre todos los miembros de esa familia. - Y lo que decía no era mentira. Sieeeeempre, sin exagerar, hablan de ellos, con cierto odio, pero prefiero obviar ese detalle.

-Ah, sí. - Dice mucho más tranquila. - El punto es que se quedará contigo.

-No, mamá.- Le digo mientras me revuelco en mi cama haciendo berrinche. Lo sé, es muy infantil pero a veces funciona. - Me niego.

-Sólo serán unos días. - Dice mi madre tratando de calmar mi berrinche.

¿Días? Al parecer mi madre sigue pensando que soy una niña a la que se le puede engañar, pero no más. Siempre que se van de viaje, se van mínimo dos años. Y no pienso quedarme con ese idiota dos años. Es una decisión, esta vez no será así.









~Dan❤

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