Capítulo XXII: Desde ese beso...

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-Creí que estaban dormidos... -Dijo Dipper en voz baja. Se encogió de hombros. Deseaba hablar con Bill, pero era obvio que en esos momentos el rubio no diría nada, la cruda les pegó feo.

El día fue demasiado tranquilo, tuvo tiempo de leer, dibujar, jugar en su teléfono y hasta salir a dar otra vuelta a la playa sin ninguna interrupción. Debía admitir que todo era sereno, pero al mismo tiempo, algo aburrido.

Llegó la hora de la cena y fue al restaurante del hotel, sentándose en una mesa amplia, pidió su comida y cuando el mesero se fue, los chicos entraban al restaurante. Gideon se veía cansado, Robbie algo mal pero lo disimilaba, Bill se veía un poco incómodo pero Will sí se seguía viendo mal. Dipper les hizo señas alzando la mano y los cuatro se acercaron. Una mesera se acercó y ellos pidieron café... y muy cargado.

-Tal vez debieron pedir servicio a la habitación. -Opinó el castaño viendo a los chicos aún con malestar.

-Quisimos bajar a tomar algo de aire fresco... aún no nos sentimos del todo bien pero ya estamos mejor. -Dijo Gideon tratando de sonreír. Dipper miró discretamente a Bill, pero el rubio no lo miraba se dedicaba a mirar al mantel con los brazos cruzados. Ya no se veía muy mal y el castaño esperaba hablar con él después de comer.

A diferencia de Dipper que cenó un platillo, los demás sólo pidieron cosas como gelatina, pan y algo de fruta, pues la comida realmente no se les antojaba.

Cuando terminaron, todos se fueron a sus cuartos, y para suerte de Dipper, Bill aún no se iba. Lo pensó mucho pues no sabía cómo dirigirse a él, pero quizá no perdía nada.

-Bill... -El nombrado lo miró. -¿Podemos hablar? -El chico asintió, poniendo su atención en el fotógrafo, estaba muy tranquilo, se notaba que no se sentía muy bien. -Emm... afuera... es algo... emm.... privado... -Dipper se iba sonrojando, pero Bill no pareció notarlo. El castaño pidió la cuenta y luego de pagar, ambos salieron del restaurante, cerca de la playa, y podían mirar el océano.

-¿Qué necesitas, Pino? -Dijo el rubio sin ánimos.

-Bueno... -Dipper miraba al piso con nerviosismo, luego se le ocurrió que antes de soltar lo del beso, comprobaría algo. -¿Recuerdas lo que pasó ayer?

Bill se tocó la frente. -No en realidad... -Dipper se decepcionó, pero luego Bill abrió los ojos preocupado. -¿Hice alguna tontería de nuevo? ¡Dime que no!

El castaño se cruzó de brazos y se recargó en la pared, en el fondo sabía que el rubio no tenía la culpa pero no podía evitar sentirse molesto. -Nada malo... dinosaurio Billcleto.

Bill abrió más los ojos y se ruborizó. -¡No puede ser! ¡Otra vez eso! ¡Dime hasta qué parte canté! ¡¿Quién me escuchó?! -Suplicó tomando a Dipper de los hombros. El castaño se ruborizó al tener al rubio tan cerca de su rostro nuevamente, pero Bill estaba demasiado preocupado para notar eso. Tomó sus muñecas y lo alejó un poco. -Sólo te escuché yo... cantaste hasta la parte donde falsificaste tu credencial... algo así... -Dijo el chico tratando de recordar. Bill soltó un suspiro de alivio.

-No le digas a nadie... -Bill se recargó en la pared con cansancio. -Eso lo escribí hace varios años... estaba aburrido y lo hice... pero en realidad es una tontería... fue una parodia a esa canción del Dinosaurio Anacleto...

-Pues la recuerdas bastante bien. -Opinó Dipper.

-Sí... es como las canciones de los comerciales, quizá no te gustan pero por alguna razón se quedan en tu cabeza, y por más que tratas de callarlas no puedes... -Bill rió sin humor. -¿Hice algo más?

Dipper se sonrojó y bajó la mirada. -Sí, pero nada que te humillara...

Bill notó el tono seco de Dipper, cuando volteó a verlo notó que él estaba sonrojado. Se asustó y pensó que había humillado al fotógrafo.

-¿Te hice algo? -Preguntó preocupado. Dipper se sonrojó más, miró a un costado evitando la mirada del rubio.

-¡Ya te dije que nada que te humillara! -Bill se avergonzó, pues pensó que le había hecho algo a Dipper y él no se lo quería decir por vergüenza.

Por otro lado, Dipper no dijo nada por temor... temor a que Bill le dijera que ese beso no significó nada y que su corazón se rompiese y en lugar de ser un buen recuerdo, se convirtiera en uno amargo, pues todas esas palabras se las dijo estando ebrio. Prefirió recordar ese momento como algo lindo e incluso cómico... así que si Bill no lo recordaba, así lo dejaría.

-Lo siento... -Dijo el rubio arrepentido, pues no sabía qué había hecho, pero sintió que algo le hizo a Dipper. El castaño se enojó, pues no quería oír una disculpa por ese beso.

-¿Perdón? -Dipper encaró a Bill. -¿Dijiste "lo siento"? -Bill pensó que dijo algo que no debía. -¡Que te perdone la más vieja de tu casa, Bill! -Bill se aguantó la risa, era un momento serio pero el insulto era bueno.

-¡Bueno, entonces no lo siento! -Dijo Bill abriendo los brazos, Dipper se sorprendió ante su respuesta. -Si te molesta que me disculpe, entonces no me disculpo, al contrario, qué bueno que... pasó... -Ambos se quedaron viendo, estaban sorprendidos pero Dipper también seguía rojo. Después de un momento, el castaño sonrió un poco.

-Me sobresalté... perdón... -Admitió el castaño. -No me gusta pelear contigo... sólo te digo que no pasó nada malo, ¿Está bien? Es todo lo que te diré.

Bill comprendió que no iba a sacar más información de Dipper y se resignó, otra vez empezó a sentir sueño, aún tenía algo de resaca.

-Bien, Pino. Un día me lo dirás. Me voy a dormir... aún tengo cruda.... -Bill se tomó la frente y se fue.

Dipper también se fue a su cuarto donde Billy lo esperaba. Comenzó a hacerle mimos, luego se fue al baño, se duchó y se puso su pijama. Apagó la luz y se acostó en su cama, Billy también se subió y se acomodó para dormirse.

Pero Dipper no podía dormir, puso la mano en sus labios... Bill se había vuelto una especie de adicción desde esa noche.

El fotógrafo y el rockero (BillDip) Completo.Where stories live. Discover now