Capítulo XI: La promesa.

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Hola a todos!!!

Bueno, dos personas votaron por esta historia, así es que la que se actualiza XD. En fin, estaba pensando, este fic es de un grupo musical y todo eso, así que trataré que cada capítulo tenga una canción por así decirlo que describa lo que siente algún personaje.

Aviso que quizá varios capítulos tengan sólo una canción (eso lo verán luego, aún falta un poco), pero igual me pareció interesante.

Este capítulo quizá esté algo... emm... como si Dipper no se pudiese decidir o su tristeza se ve muy cliché, peeeero, en el futuro verán qué es lo que pasó (sí, lo bueno lo dejo para el final pero así soy XD) y ni será tan al final, será como al medio de esta historia.

La canción de hoy es: El sol no regresa de La Quinta Estación.  Quizá ahorita este título ni lo vean al caso, pero después tendrá mucho sentido. Ya saben, la canción NO me pertenece.

En fin, espero les guste el capítulo, si es así, voten y comenten por favor =).

Ya saben, Gravity Falls NO me pertenece.

Capítulo XI: La promesa.

Dipper continuaba bailando la canción de Miley pero dentro de sí sólo pensaba en cómo se sentía. Claro, hacía unos años era súper fan de Bill porque sentía que él lo comprendía por medio de las letras de las canciones del grupo, pero sólo era que lo admiraba... y ahora que lo conocía mejor, a veces quería darle una patada y otras veces deseaba felicitar sus acciones.

Pensó en la promesa que hizo hace algunos años. Sin darse cuenta dejó de bailar y se sumergió en sus pensamientos. Bill lo notó y lo tomó de la muñeca, llamando la atención del castaño que cuando se dio cuenta, el rockero lo jalaba a la salida. Caminaron una cuadra hasta que la música ya no era tan fuerte y Bill encaró a Dipper.

-¿Estás bien, Pino? -Parecía preocupado. Dipper comenzó a parpadear rápidamente como si aún no hubiese reaccionado del todo, trató de ordenar sus pensamientos.

-Sí, es sólo que... recordé algo... -Dijo con nostalgia. Bill no sabía si preguntar o no. Era cierto que el rubio era medio metiche, fiestero y pesado a veces, pero cuando las cosas se tornaban serias, él también.

-¿Quieres que ya regresemos? -Dipper negó suavemente con la cabeza, sabía que era salida era importante para Bill.

-No, estoy bien... -Suspiró con pesar. -Es sólo que... -El chico calló, no sabía si quería contárselo a Bill, no le tenía la suficiente confianza. Bill pareció comprender.

-Creo que podemos ir a algún lugar tranquilo. -Lo tomó nuevamente de la muñeca y se lo llevó hacia el lado contrario de donde fueron a bailar. Dipper se preguntó cómo Bill conocía la ciudad, pero se dejó llevar. A los pocos minutos llegaron a un parque donde el rubio lo jaló hasta los columpios y se sentó en uno para dos personas, invitando a Dipper a sentarse a su lado. El castaño lo hizo.

Ninguno decía nada, pues Bill quería esperar a que Dipper tomara la palabra, si es que quería hablar de ello. El rubio miró al cielo mientras Dipper miraba el piso.

-¿Cómo... -Bill hizo un sonido como un "Mmm..." haciendo referencia a que escuchaba al menor y volteó a verlo con una sonrisa, que se borró cuando vio la expresión triste del chico. -¿Cómo saber cuando estás cumpliendo una promesa? Es decir, que le prometes algo a alguien especial pero no sabes si estás cumpliendo lo que dijiste.

-Yo le preguntaría. -Dijo Bill con simpleza.

-¿Y si no puedes preguntarle? -Bill se confundió. Dipper sacudió la cabeza. -Olvídalo, estoy divagando... -Dio una risa seca. -Disculpa por interrumpir la noche, sé que quería quedarte allí. -El castaño se levantó y miró a Bill. -¿Quieres regresar a ese antro?

El fotógrafo y el rockero (BillDip) Completo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora