─6

6.3K 601 181
                                    

Adivinen quién llegó tarde al trabajo...

¡Redoble de tamores!

Sí, yo.

¡Dios, fue horriblemente vergonzoso!

En serio, me sentí como un tonto cuando me quedé parado frente a Hinata por alrededor de mil años y un poco más.

Este... yo... bueno, verás... n-no... oh, en serio lo siento, no quería que... bueno...

, no suelo hablar de esa forma, pero no que diablos pasa en este momento, y para rematar, mis piernas no responden.

¿Les ha pasado esto alguna vez? ¿No es incómodo? ¡Y ni siquiera por qué no puedo hablar!

—¿Qué quieres?

Dios, su voz...

Entrecerre ambos ojos, sonaba tan... (por decirlo de alguna manera), decaída, como si no tuviera ganas de absolutamente nada.

—Yo... bueno...—Rasqué mi nuca un par de segundos y luego recobre la postura ante ella.—Casi choco contigo. Lo siento.

—Da igual.

De un momento a otro, ya no estaba.

Ella simplemente se marchó.

¿Saben la vergüenza que pasé?

No, ¿Verdad?

—Su pedido saldrá enseguida —Murmuré mientras me daba media vuelta e iba a la cocina. Ni siquiera le estoy prestando la atención debida al trabajo por pensar en esta chica, ni siquiera sé su nombre, y temo que si se lo pregunte me mate..

—Podrías sonreír un poco, espantas a los clientes, mocoso —Tsunade estaba frente a mi con las manos en su cintura, su ceño más que fruncido, logrando así llegar a espantarme.—Quita esa cara —Ordenó con un tono alto.

—Sí, lo siento —Incliné la cabeza hacia el frente mientras salía a atender a más clientes, será un largo día, sí señor.

[...]

Como esperaba, fue un larguísimo día, era como si las personas llegaran y llegaran como si todas quisieran comer específicamente en mi lugar de trabajo, simplemente no quería acabar.

—Ya me voy, vieja Tsunade —Corrí lejos antes de oír su típico: ¡No me llames así, mocoso irrespetuoso! A pesar de llevar dos días aquí, es lo que más he oído de ella hacia mí, qué les digo, tenemos una muy sana relación.

El calor no era tanto como otros días, así que decidí caminar lentamente, habían personas que iban más rápido que yo, el estrés que irradiaban era increíble.

Con que así es la vida de los adultos, ¿No?

Bueno yo prácticamente soy uno...

De verdad en estos momento desearía dejar de cumplir años y quedarme como estoy ahora, creo que es mejor.

—Hola mamá —Saludé al momento de contestar la llamada de mi madre.

—¡Hijo! Llevo mucho tiempo sin saber de ti.

—Hablamos ayer en la tarde, mamá —A veces suele ser un poco muy exagerada.

Perdón por preocuparme por mi hijo... ¿Cómo estás? ¿Comes bien? No has quemado tu casa aún, ¿Verdad?

—¿Por qué crees que haría algo así?

—Eres mi hijo, te conozco. las cosas que pueden pasar cuando no estoy ahí.

—Llevo viviendo solo más de un año...

La conversación con mi mamá fue hasta un par de minutos después, no me gusta en lo mínimo ir por la calle y mostrando a medio mundo que tengo teléfono, uno no sabe en que momento me lo quitan de las manos y salen corriendo con él.

Estaba a unos pasos de mi casa, sí, me encontraba cansado, pero nada que una buena ducha no remediara.

Sentí mi corazón latir rápidamente al ver como la chica de ojitos peculiares se hayaba a unos pocos pasos lejos de mí, con la mirada directamente en el piso, ocultando su rostro completamente.

Algo no andaba bien.

Caminé con rapidez sin saber en qué momento lo decidí, pero en cosa de segundos ya estaba muy cerca ella.

—O-Oye, ¿Puedo ayudarte en algo? —Mis palabras salieron solas, pero mejor de lo que esperaba.

Nuevamente sus ojos estaba sobre los míos, pero se encontraban repletos de lágrimas, las cuales empapaban su cara.

—Desaparece.

¿Qué?

Intrigue┊NaruhinaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum