— Esta bien, papá. — Terriblemente irónico, Chanyeol respondió. Apretó la mandíbula y sintió los delicados dedos de su madre en su hombro, pero estaba tan molesto que no podía ni siquiera decir más que eso. Inmediatamente, se odio por equivocarse.

Esa noche, cuando su padre se fue, pasó mucho tiempo sentando en la mecedora del porche, pensando en la vida. Vio todo el movimiento en la calle, Baekhyun caminando de la mano con Taeyeon, Huang Zitao corriendo con Sehun hasta el viejo cine, compañeros de clase en grupos, mujeres tomando agua de la fuente. Hasta que sus ojos cayeron en la pequeña figura de Do Kyungsoo al lado del profesor Junmyeon, ambos caminaban lado a lado e inesperadamente el chico estaba sonriendo. Era la primera vez que Chanyeol lo veía sonreír y la primera vez que notaba que nunca había sonreído antes. Cuando llegaron a la puerta de su casa, Junmyeon desordenó el cabello oscuro de Kyungsoo antes de alejarse.

Chanyeol se levantó de la mecedora y caminó hasta el pequeño chico, sin saber porque estaba caminando a hablar con él sin pensarlo dos veces.

— ¿Entonces eres amigo del profesor Junmyeon?

Kyungsoo tuvo un pequeño sobresalto y casi deja que las llaves que tenía en la mano cayeran al piso, lo que hizo que Chanyeol sonriera ligeramente. El alto se apoyó en la puerta y cruzó los brazos.

— A veces hablo con él, cuando volvemos juntos de la iglesia. — Kyungsoo murmuró. — Es mi profesor favorito. ¿Sabías que escribió un libro?

— No lo sabía y, sinceramente, no me importa. Escucha, necesito hacer un trabajo voluntario a causa del maldito accidente. ¿Sabes dónde puedo encontrar eso? Pero de preferencia en un lugar donde no tenga que limpiar la mierda de nadie.

Kyungsoo se quedó pesando por algunos instantes, jugando con las llaves en sus dedos. Miraba sus manos porque parecía incapaz de mantener contacto visual por mucho tiempo. Chanyeol fue invadido por la inexplicable necesidad de desordenar su cabello como el profesor Junmyeon había hecho hace algunos minutos, pero si lo tocaba sería extraño. Nunca lo había tocado, al menos no directamente. Kyungsoo ya lo había ayudado a bañarse, a subir las escaleras y a caminar cuando tenía un dolor del infierno, pero Chanyeol nunca lo había tocado por voluntad propia. Parecía un paso demasiado grande.

— A veces voy a un orfanato. Puedo ir contigo, si quieres. — Kyungsoo propuso, luciendo avergonzado.

— Ah, la idea parece maravillosa.

Era mucho más fácil enfrentar una situación con alguien que ya conocía lo que debía hacer. A Chanyeol no le gustaban mucho los niños, pero era mejor que fregar el piso o limpiar el trasero de personas mayores, así que aceptó sin pestañear. Si fuera un poco inteligente, podría hacerse el cansado y librarse de cosas potencialmente trabajosas.

— Tocas la guitarra, ¿verdad? Creo que sería genial que intentaras enseñarle a los niños o que cantaras para ellos... — Kyungsoo lanzó la sugerencia al aire, finalmente mirándolo. Sus enormes ojos parecían vacilantes y Chanyeol notó que sus labios tenían la forma de un corazón redondo, además de una boca muy roja. De repente estaba reparando en demasiadas cosas y eso era incómodo — ¿Está bien para ti?

— Todo bien.

— Entonces podemos encontrarnos mañana, después de clases.

— Afinaré mi guitarra.

Kyungsoo finalmente metió la llave en la cerradura, sus manos eran pequeñas y delicadas. Chanyeol notó que ese era el momento de irse y se alejó para que pudiera entrar, viendo el cabello liso balanceándose con el viento y el olor del pequeño lo alcanzaba sin permiso, trayendo remanentes recuerdos.

Sobreentendido [taohun-chansoo/traducción]Where stories live. Discover now