Capitulo 14 B

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-¿Qué tal va todo con Natsu?- le preguntó Jellal mientras tomaban un té

-Increíblemente bien- respondió Lucy- Todavía no me lo puedo creer, y tampoco sé por qué le gusto.

-Natsu puede considerarse muy afortunado- dijo Jellal que siempre había detestado la saña con que Erza trataba a su hermana. La dinámica entre las dos la hacía sufrir, y siempre había confiado en que Lucy pudiera romper las ataduras algún día. Pero ese momento no había llegado aún. La diferencia de edad, y sus respectivas historias personales le habían hecho un flaco favor a la hermana pequeña.

-Por ahora parece que hemos tenido bastante suerte con la prensa- dijo Lucy- A mí me aterra, la verdad, pero espero que no se pongan muy pesados. Sé que Erza piensa que me van a comer viva pero tampoco es que o acabe de salir de la cárcel ni que sea una adicta o algo así.

-Si no lo han cambiado, diría que dejar los estudios, vivir en Bolinas y dedicarse a pasear perros no son delitos- afirmó Jellal- aunque tu hermana pueda haber insinuado lo contrario.  Tú eres una persona respetable, Lucy, te ganas la vida trabajando y además eres una mujer de bandera. No creo que puedan hincar mucho el diente.

-Erza insiste en que Natsu me dejará tirado por la primera que se le ponga a tiro- dijo Lucy, preocupada- No creas que no lo he pensado. En ese oficio las tentaciones son constantes, y él es tan humano como cualquiera.

-Bueno, parece que además de humano está enamoradísimo de ti- le recordó Jellal. Erza le había contado el rapapolvo que le había dado Natsu por teléfono, y Jellal lo interpretó como una señal inequívoca de su amor por Lucy- En el mundo del cine hay parejas y matrimonios muy sólidos. Simplemente no se oye hablar de ellos  porque a la prensa sensacionalista solo le interesa el morbo, lo que va mal. Ten un poco de fe en ti misma, y en Natsu. Es un buen hombre.

Fueron palabras balsámicas para Lucy.

-Estoy impaciente por llegar a Venecia- dijo, visiblemente relajada y con una sonrisa de felicidad.

-Te mereces un descanso. No recuerdo cuándo fue la última vez que hiciste vacaciones- La última había sido tres años antes, con Gray, que Jellal pudiera recordar. Iba siendo hora de que Lucy volviera a vivir y, por lo visto, había decidido hacerlo a lo grande- Me encantará  verte a la vuelta, para que me lo cuentes con detalles.

Pasaron a hablar del bebé y de lo impaciente que estaba Jellal. También Erza lo estaba, según Jellal, y tratando de hacerse a la idea de que iba a ser un niño. Le explicó que adaptarían el cuarto de invitados para que fuera la habitación del pequeño y que pensaba entrevistar a varias niñeras en Los Ángeles. Lucy nunca había imaginado que tendría sobrinos, de modo que también estaba impaciente, más aún después de la estupenda experiencia con Nashi.

 Iba ya a marcharse cuando llegó Erza, quien por una vez parecía contenta y a gusto con su vestido premamá. A Lucy le despertó una sonrisa ver a su hermana así, tan embarazada.

Esta le deseó que se lo pasara bien en Venecia. Estaba mucho más afable que de costumbre y de muy buen humor. Acababa de ir al médico otra vez y todo estaba bien, los latidos del bebé eran fuertes. Erza había empezado ya un álbum con las ecografías, cosas que a Lucy le causo mucha gracia. Era un detalle tan impropio de Erza, que eso le hizo preguntarse si al final su hermana resultaría ser una estupenda madre. Ninguna de las dos tenía un modelo de conducta en ese campo, puesto que Irene había sido cualquier cosa menos maternal. Era una mujer competente y responsable, pero le había interesado más su carrera de escritora, y su matrimonio, que las hijas que había tenido. Con el tiempo, y solo en los últimos años, el vinculo entre ella y Erza se había hecho más fuerte; no así con su hija pequeña.Tenían muy poco en común. Lucy siempre había el bicho raro. En primer lugar llego tarde, y luego resultó ser demasiado diferente del resto de la familia como para sentirse a gusto.

Lucy se despidió y se puso en camino hacia Bolinas, pensando en Natsu y en Venecia, y en lo que harían juntos allí. Estaba impaciente por verle en un plató. Él le había prometido dar un paseo en góndola bajo el Puente de los Suspiros, que, según le habían contado, y así se lo dijo a ella, era la fórmula para asegurarse un futuro de felicidad en común.

 Su madre la telefoneó aquella noche para invitarla a pasar el fin de semana en su casa, ya que iban a estar Jellal y Erza, pero Lucy le explicó que se marchaba a Venecia a ver a Natsu.

-¿Estás segura de que es una buena idea?- le preguntó su madre, recelosa- No te conviene meterle presión. Él podría pensar que lo estás acosando.

-De acoso, nada, mamá- respondió Lucy, poniendo los ojos en blanco- Es él quien quiere que vaya.

-Está bien. Si lo ves tan claro.. Pero Natsu estará muy ocupado. A los hombres no le gusta que las mujeres se les peguen como lapas, se sientes asfixiados.- Lucy se abstuvo de preguntarle si Sting se sentía así por ella. Además siempre salía perdiendo, con su madre y con Erza.

-Gracias por el consejo- se limitó a decir, preguntárselo al mismo tiempo qué había hecho ella para merecerlo. Su hermana decía que era una más en la lista de ligues de Natsu, y que encima él la iba a dejar tirada y a sustituirla por otra más sofisticada y más guapa. Y a su madre pensaba que estaba acosando a un famoso actor de cine, el cual en el fondo no deseaba verla. ¿Por que les costaba tanto aceptar que él la quisiera de verdad?- ¿Y Sting? ¿Cómo esta?- preguntó para cambiar de tema.

-¡De maravilla!- contestó su madre. Su historia de amor le interesaba mucho más que la de Lucy, y no le costaba el menor esfuerzo imaginar que él la tenía en un pedestal. Por contra, le parecía casi imposible que Natsu se hubiera enamorado de su hija.- Este fin de semana cenaremos con Erza y Jellal- Estaba un poco nerviosa pues sabía lo dura que podía ser su hija mayor, pero por otro lado le entusiasmaba la idea de que Sting los conociera y ellos pudieran compartir su felicidad. A Lucy le pareció ingenuo por parte de su madre: Erza no iba a perder una sola oportunidad de buscarle defectos y echárselo después en cara a Irene.

-Que lo paséis bien- le dijo Lucy antes de colgar. Y al cabo de un rato se maldijo al darse cuenta de que su madre le había marcado otro gol. De repente se puso  a pensar si no estaría imponiendo su compañía a Natsu, si él en el fondo no tendría tantas ganas de que fuera a Venecia.

No pienso escucharlas, se dijo a sí misma en voz alta mientras cerraba la maleta,mamá y Erza están llenas de odio, siempre me están machando. No voy a hacerles el menor caso. Natsu me quiere y yo le quiero a él, es todo lo que cuenta. Él desea realmente tenerme a su lado y lo vamos a pasar la mar de bien en Venecia. Se sentía orgullosa de sí misma Y cuando salió a la terraza y contempló el cielo estrellado, rezó  para que todo fuera bien. Al cabo de un rato volvió adentro y se acostó, recordándose a sí misma que pasadas veinticuatro horas estaría en Venecia, con el amor de su vida. Qué más podía pedir, dejando a un lado que fuera un famoso actor de cine. Ella no pensaba darle más vuelas ni meditar sobre lo que había dicho su madre. Estaba a punto de viajar a Italia y pensaba disfrutar al máximo su estancia allí. 

Fin capítulo 14

Tiempo Prestado  [Adaptación Nalu]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin