Capitulo 10 A

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Durante las dos semanas que Nashi estuvo con ellos, consiguieron hacer todo cuando le habían prometido y más. Fueron al zoológico  de Oakland y al de San Francisco, al museo de cerca del Fisherman's Wharf (que Lucy pensó que sería demasiado fuerte para la niña y a Nashi le encanto) fueron dos veces a Chinatown y pasearon por Sausalito. Fueron al cine, montaron en tranvía, volvieron a Bolinas para estar el fin de semana e hicieron otro castillo, esta vez aún más grande y más completo. Y luego Lucy la llevó a una fábrica de juguetes, donde dejaron que la niña diseñara e hiciera su propio osito de peluche. Ahora Frosh tenía compañía, una osita con un vestido rosa a la que Nashi puse el nombre de Lucy. El piropo definitivo. Y la última noche se bañaron los tres en la piscina y Lucy preparó la cena. Hizo incluso un pastel con glaseado rosa. Le quedó un poco torcido, pero a Nashi le pareció genial. Lucy había escrito el nombre de la niña con M&M's.

Mientras cenaban Nashi les preguntó si ibas a casarse, y su padre se salió por la tangente. Lucy y él no habían llegado a plantearse tanto, aunque sí habían tocado el tema de los hijos. Él todavía estaba intentando convencerla de que se fuera a vivir con él a Los Ángeles, pero de momento ella no se había comprometido a nada. Lucy sentía aversión por la ciudad en la que había crecido y el estilo de vida que la caracterizaba. Tenían que saltar unas cuantas vallas antes de abordar el asunto del matrimonio. Natsu no quiso decirle nada a su hija por temor a que después se llevara una decepción, si la cosa salía mal. La niña se pirraba por Lucy- y esta por aquella- e incluso le gustaban los perros.

-Me parece que el perro es más de la pareja de tú hermana que de ella- menciono la niña, cambiando totalmente el tema de conversación- las mujeres prefieren los caniches o los yorkshires, perros pequeñajos. Los únicos que tienen perros como Happy son los niños.

-Podría ser- le había dicho Lucy- tendré que preguntárselo- En estas dos semanas Natsu y Lucy intentaron ser sinceros con Nashi todo el tiempo, solo ocultaban pequeños detalles, como el embarazo de su hermana por un método no natural. Natsu y ella eran más tradiciones que Juvia a la hora de dar explicaciones a la pequeña Nashi. Y en estas dos semanas se dieron cuentan que coincidían en casi todos los temas.

Solo hubo un pequeño percance en las dos semanas que Nashi pasó con ellos. La última noche, se chamuscó un dedo tostando malvaviscos con Lucy. Tan absorta estaba en la labor que tocó el tenedor, que estaba al rojo vivo, al intentar separar al amasijo del malvavisco derretido. Nashi soltó un grito e inmediatamente prorrumpió en el llanto normal de una niña de seis años con un dedo quemado. Lucy acudió al instante y le puso la mano bajo el agua fría en el fregadero mientras Natsu entraba en la cocina, alarmado.

-¿Qué pasa?- preguntó él, con cara de pánico al ver a su hija llorando- ¿Se ha cortado?

-No, se ha quemado el dedo.

-¿Las has dejado jugar sola en el hornillo?- preguntó Natsu con aire acusador.

Nashi se volvió de inmediato hacia él, dejando de llorar.

-¡No ha sido culpa suya!- gritó, en defensa de Lucy- Ella me ha dicho que no tocara el tenedor, pero yo lo he tocado- Buscó refugio entre los brazos de Lucy- Ya no me duele tanto- dijo, con valentía, mientras miraba la pequeña ampolla que le había salido en el dedo.

Lucy le untó el dedo con pomada y le puso una tirita.

-Perdona- dijo Natsu- He sido un estúpido. Tenía miedo de que hubiera pasado algo grave- Se sentía muy mal por haber interpretado que había sido una negligencia por parte de Lucy, pero los gritos de Nashi le habían llegado al corazón. Se dio cuenta de que ella, Lucy, estaba igual de preocupada, y que había hecho los primeros auxilios a la perfección.

-No tiene importancia- dijo Lucy, mientras levantaba a la niña del taburete donde la había hecho sentar.

-Te quiero mucho- le dijo Nashi, abrazándose a su cintura y estrechándola mientras Natsu la observaba sonriente.

Tiempo Prestado  [Adaptación Nalu]Where stories live. Discover now