Conocí a tu madre

3.9K 240 27
                                    

-¿Eres Ann Light? -tiene una pequeña sonrisa en su rostro.

Su voz es amable y su gesto también. No parece para nada ser una de las seguidoras de Voldemort.

-Sí, y usted es...

-Soy Narcissa, Narcissa Malfoy. La madre de Draco.

Abro mis ojos al completo y, al instante me pongo nerviosa. Tengo a mi suegra delante.

-Encantada de conocerla, señora Malfoy.

-Llámame Cissy, Ann. Yo, solo te quería dar las gracias.

Frunzo el ceño, confundida. ¿Las gracias? ¿Por qué?

-¿Por qué me da las gracias?

-Desde que Draco está contigo es feliz. Antes de que tú aparecieras en su vida, sus ojos solo demostraban tristeza, pero, ahora, se le ve radiante.

Mi corazón da un vuelco.

-No me tienes que agradecer por nada. Su hijo es una increíble persona y le amo con todo mi corazón.

Una sonrisa se expande por su rostro.

-No te distraigo más. -asiento.

Le muestro una última sonrisa y me marcho por la red de polvos flu.

Instantes después aparezco en la sala común de Gryffindor.

-¿Dónde habías ido? -pregunta Ginny, la cuál está sentada sobre el sillón frente a la chimenea.
-Necesitaba ver a mi hermano.

Ella asiente y sigue su charla con Neville.

Me voy a mi habitación y allí me paso todo el día, pensando en todo lo que ha ocurrido. Mi vida ha dado un cambio de 360 grados de un momento a otro.

Para dormir, me voy por la red de polvos flu a la mansión Malfoy: así me ha dado la orden Voldemort. Cuando llego me dirijo del tirón hacia la habitación de Draco. Allí, me espera él.

-¿Hasta cuándo piensas seguir con esto, Ann? -me pregunta en un suspiro.

Está sentado en su cama con sus codos apoyados en sus piernas. Su cara está sujeta por sus manos y me mira con firmeza.

-Draco, debo de seguir con esto. Estoy segura de que puedo encontrar ese Horrocrux.

-Ann, no quiero que salgas dañada.

-Me da igual salir dañada, Draco. Lo importante es que voy a ayudar a mucha gente.

-¿Y yo? ¿Acaso yo no te importo? Sin ti estaría destrozado, Ann, eres todo lo que tengo.

-Draco, lo sé, pero...

-Pero nada, Ann.

Se levanta de la cama y comienza a caminar hacia la puerta.

-Draco, sabes que te amo pero, necesito hacerlo. Por mí, por todo el mundo mágico, incluso por ti.

Abre la puerta y sale por esta para, acto seguido, cerrarla de un portazo.

Suspiro y me acurruco en mi cama.

Solía pensar en la vida que la peor cosa en la vida era terminar sola. No lo es. La peor cosa en la vida es terminar con personas que te hacen sentir solo.

Despierto por un ruido sordo. Me incorporo en la cama de un salto y me encuentro a Draco. Anda hacia la cama tambaleándose y cuando llega cae sobre ella.

-Lo siento mucho, no te quería despertar. -murmura.

Su rostro mira hacia mí. Tiene una mueca de dolor en su cara, su cabello se encuentra alborotado y está sudando.

-¿Qué ha ocurrido, Draco?

-Crucios. -susurra.

Ahogo una exclamación de asombro.

-¿Quién ha sido?

-El señor tenebroso. Le hablé demasiado mal, supongo.

Sisea y clava la cabeza en la almohada.

Me levanto de un salto de la cama y me coloco mi bata.

-¿A dónde vas, Ann?

Le hago caso omiso y comienzo a andar hacia la puerta.

-¡Ann!

-Ni se te ocurra moverte si no quieres que me enfade, Draco. -le advierto.

Salgo por la puerta y me voy hacia la sala de reuniones entre mortífagos. Entro y me encuentro con que la estancia está vacía: solo están Voldemort y su adorada serpiente.

Doy un fuerte golpe en la mesa con mi mano y Voldemort me mira. Estoy cabreada, muy cabreada.

Voldemort mira toda la estancia con una cara de asombro: todas las llamas de las velas han comenzado a moverse con violencia.

-¡Escúchame, si quieres que siga en tu grupo no vas a volver a tocar a Draco!

-Tranquilízate, Ann. Siéntate y explícame por qué no quieres que le haga nada a Draco.

-Solo no lo vuelvas a tocar, ¿entendido? Sino, duraré muy poco en esta casa.

Salgo a paso rápido y me dirijo a mi habitación. Cuando voy llegando me encuentro con Draco intentando avanzar. Me río al verlo andando tan graciosamente.

-Ya está, abuelito. No lo intentes. -río.

Él sonríe.

Paso su brazo alrededor de mis hombros y se apoya en mí para andar. Minutos después llegamos a la cama. Me acurruco a su lado y él paso sus brazos por mi cintura.

-¿Estás bien? -pregunto.

Acaricio su mejilla y él asiente, luego, une sus labios con los míos.

-Te haría el amor ahora mismo, lo juro. Pero no puedo ni moverme.

Río y asiento. Apoyo mi cabeza en su pecho y él sonríe.

-Conocí a tu madre hoy. -le informo . -Es una mujer fantástica.

Él asiente, de acuerdo.

-Buenas noches, Draco.
-Buenas noches, Ann.

Podía buscar por cielo o tierra. Fuera donde fuese no iba a encontrar un chico como Draco.

He dado con la persona perfecta sin querer hacerlo. No necesito un príncipe azul en mi cuento, me conformo con mi príncipe de ojos grises que espanta mis demonios y me pinta los días grises llenos de colores vivos.

Tengo claro que no encontraré una persona como él en mi vida. Tampoco quiero buscar más, quiero quedarme con él, tal y como estoy.

🌳Quiero ser tu lugar favorito para ir cuando te sientas triste o te haya ocurrido algo nuevo🌳

Un futuro incierto •Draco Malfoy• #Wattys2017On viuen les histories. Descobreix ara