Capítulo: 55

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No pasa nada.

Parecía ser la fiesta del año, el lugar estaba repleto de gente, un cubata detrás de otro, whisky, vodka, ron, ginebra...había quien bebía directamente de la botella "¿nos les quema?" Se preguntaba Dafne. Les ardía, pero los hacia tan pocos ellos y la vez tan ellos que volvían a beber de la botella aunque les ardiera.

Habían perdidos a Louis nada más entrar, no lo buscaron y se fueron a la barra. Allí no pidieron nada ellos ya eran lo suficiente poco ellos y a la vez tan ellos como para no necesitar alcohol. Rieron en medio de una conversación interrumpida por besos, bailaron al son de una canción lenta acto seguido, ya que estaban, bailaron alguna canción rápida.

¿Cómo llegaron a eso? ¿No eran los raros? ¿A los que nadie se acercaba? ¿Los que no se acercaban a nadie?

Caminaban entre la gente cuando una de las muchas chicas preciosas del equipo de animadoras derramó el contenido de su vaso sobre el vestido azul de Dafne. Emma estaba allí, se dedicaba a mirar la escena; Dafne con su vestido nuevo empapado por el cubata de su amiga y Harry mirando a la animadora con desprecio.

El rostro de la muchacha se puso pálido. No por Dafne o su reacción, si no por Harry y su reacción. Porque, sí, Harry a Dafne podría parecerle un ángel, pero estaba lejos de serlo y esa chica del equipo de animadoras lo sabía.

—Lo siento, no te he visto. —le hablaba a Dafne pero miraba a Harry. — No la he visto. —miró sus pies.

—No pasa nada. — Contestó Dafne.

La animadora levantó su rostro y miró a Dafne ¿de verdad no pasaba nada? ¿De verdad Harry no enloquecería? Lo miró a él, parecía que enloquecería, que ya lo hacía, que pasaba algo.

—Sí que pasa. — habló Harry, tal vez si pasaba algo.

—Que no Harry, que voy a casa, me cambio y listo—sonrió— ¿me llevas?

Le estaba sonriendo y no pasaba nada, si ella sonreía no pasaba nada. Asintió, no enloqueció. Iban a casa de Dafne y no pasaba nada.

Dejaron a Louis en la fiesta, no se acordaron de él, ni él de ellos, la verdad estaba demasiado ocupado socializando con aquella gente que no conocía, como para pensar en sus amigos.

La casa parecía estar vacía pero no lo estaba, y lo sabían. Subieron sin hacer ruido, entraron en la habitación de Dafne. Era la primera vez que Harry entraba ahí, Dafne encendió la luz y sin mirar a su novio cogió algo de ropa y se fue al baño.

Él se quedó parado, a unos pasos de la puerta, tal vez lo normal hubiera sido que diera un tour por la habitación, pero los dibujos de frente a él, Valeria aquella de la que él no conocía su nombre pero sí su rostro, lo anularon por completo. Supuso, acertando, que Dafne había hecho todos aquellos dibujos.

Hubo un tiempo en el que vio su foto bastante a menudo, hubo un día en el que mintió por aquel que no lo merecía, por aquel por el cual conocía el rostro de Valeria.

Caminó hasta los dibujos, sus ojos, pegados al mural de papeles pintados, no le dejaron ver la mesilla en su camino y su pie chocó con ella. El mueble se tambaleó un poco, lo suficiente como para que el marco de fotos sobre ella callera.

Cogió el marco tumbado y miró la foto, era ella y Dafne la conoció lo suficiente como para tener su foto en la mesita de noche y una de las paredes de su habitación lleno con dibujos de su rostro.

Dafne volvió a la habitación "ya" dijo pero Harry siguió de espaldas a ella "¿Harry?" susurró y él se giró con el marco de fotos en sus manos, no paraba de mirarlo, no podía, porque sabía, todo su ser sabía que ahora si pasaba algo.

Ella {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora