Epílogo

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Nota de la autora. ¡IMPORTANTE!

Sí, aquí viene el último capítulo, espero que os guste y disfrutéis. ¡Ha sido un placer escribir esta historia y compartirla con todos vosotros! Siempre había querido escribir sobre Götzeus y nunca me había atrevido, ¡pero creo que hice bien! Muchas gracias a todos por leer. Seguiré subiendo los one shots que me vais pidiendo y espero pronto estar subiendo todas las historias que estoy escribiendo, pero los estudios no me permiten escribir tan seguido y no quiero subir para luego estar un tiempo sin subir. ¡Espero que lo entendáis! Y espero también acabar cuando antes segundo de bachiller xd 

 ¡Espero que lo entendáis! Y espero también acabar cuando antes segundo de bachiller xd 

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-¡GOOOOOOOOL!- Grité corriendo a los brazos de Marco.- ¡Enhorabuena, rubio!- Exclamé lleno de emoción.

Nos tiramos al suelo llorando y abrazados. Ya estaba hecho. Estábamos a punto de ganar la bundesliga, después de todo el sufrimiento.

-Mario somos campeones, lo somos.- Marco lloraba.

-Aunque quedan cinco minutos así que levanta y a defender con tu alma, Woody.

Le ayudé a levantarse y el pitido del árbitro, para que rodase el balón de nuevo, sonó.

Defendimos con uñas y dientes y sonó, el pitido final sonó.

En la bundesliga íbamos empatados a puntos con el Bayern y en esta última jornada se decidiría todo. El Bayern tenía que empatar o perder y nosotros ganar sí o sí porque si el Bayern ganaba sería la bundesliga para ellos por la diferencia de goles, pero empataron y nosotros teníamos que ganar. No habíamos marcado ningún gol en el partido y quedaban cinco minutos para el final cuando le di ese pase a Marco y anotó, el mejor gol de su carrera hasta ahora, sin duda. No solo fue emotivo, sino que fue bonito, espectacular, de chilena.

Me tiré al suelo llorando y Marco corrió hacia a mí para abrazarme.

-Ahora sí, ahora ya somos campeones.- Lloraba como yo.

-Te dije que lo mejor estaba por llegar.

-Y el año que viene es el Mundial, dios, Mario, creo que vamos a ganarlo, tengo ese presentimiento.

-Claro que lo haremos.- Sonreí.

Después de estar celebrando, yo anuncié que Ann estaba esperando un niño. No mencioné que fue por inseminación artificial, pero fue así, fue planeado porque tanto Marco y yo queríamos ser padres por lo que Ann se ofreció a quedarse embarazada por inseminación y también a cuidarlo. Era una gran amiga y quería ser madre también. Además, Scarlett también quería quedarse embarazada y así tendríamos dos niños para los cuatro y sería tan bonito.

Pasados unos meses nació el pequeño que le llamamos Marcos y unos meses después nació el bebé que esperaba Scarlett, sí, ella había conseguido quedarse embarazada también. Fue niña así que la llamaron María.

Narra Marco:

Llegó el mundial de 2018 y tanto Ann como Scarlett con los niños estaban viéndonos. Estábamos muy emocionados, yo el que más.

Alemania partía como favorita al ser campeona del mundo.

No podía creerme lo que estaba viviendo. Dicen que lo mejor está siempre por llegar y de eso no hay duda.

-Es una pena que Bastian no vaya a vivir esto con nosotros.- Se lamentó Mats.

-Pero estará en las gradas apoyándonos en esta final con su mujer Andrea y su pequeño Tobi.- Dijo Mario.

-¿Christina estará?- Le pregunté a Mats.

-Sí, la pequeña Laia también estará.- Sonrió él.

-Pues no podemos fallar.- Alentó Mario al equipo.

-¡No fallaremos!- Gritamos todos a la vez.

Hummels remató de cabeza y el balón entró. ¡GOL! ¡GOL!

El estadio chilló gol a la vez que todos los jugadores de la selección.

Salí corriendo a abrazar a Mats al igual que hizo Mario. Todo el equipo se fundió en un abrazo.

-¡Mats eres increíble!- Le gritó Höwedes y se dieron un gran abrazo.

Eran dos buenísimos amigos.

Solo era el minuto 20 de la primera parte así que quedaba mucho partido por delante y había que esforzarse. La final contra Chile estaba siendo muy dura, eran un rival muy fuerte y lo habían demostrado durante todo el campeonato. Si estaban en esta final era por algo.

-¡GOOOOOL!- Gritamos todos corriendo para abrazar a Draxler.

Era el 2-0 en el minuto 80, estaba prácticamente hecho, pero no podíamos rendirnos ahora, teníamos que seguir defendiendo porque ahora Chile iría con todo en estos últimos diez minutos.

Vivir la final de un mundial en el campo fue increíble, pero fueron diez últimos minutos eternos.

-¡Campeones del mundo!- Escuché en mi oreja.

Mario estaba detrás de mí cuando el árbitro hizo sonar el silbato.

Me tiré al suelo llorando, no podía creérmelo, mi sueño se había cumplido.

-Lo mejor siempre está por llegar.- Escuché como decían llorando en mi oído.

Era Mario, él siempre me lo había dicho. Me había dicho que todos mis sueños se iban a cumplir si seguía luchando y se hicieron realidad, sí.

-¡Gracias Sunny!

Nos fundimos en un abrazo en medio del campo.

Subimos a por la copa, la acaricié lentamente antes de que se la entregasen a Manuel y no podía creérmelo, estaba ahí.

-Tú mereces levantarla el primero.- Manu me extendió la copa cuando ya se la habían dado a él.

Me quedé perplejo por lo que me acababa de decir, no respondí nada y la cogí, la levanté al cielo de Moscú, la levanté para toda Alemania, para todo el mundo sintiendo el orgullo de ser campeón del mundo después de todo lo sufrido por el camino.


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Será nuestro secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora