Capítulo 25

361 41 6
                                    


Nota de la autora:

¡Buenas! Siento no haber subido allí, pero tuve algunos contratiempos y no estuve por casa hasta bien tarde. ¡Pero aquí os traigo el capítulo! Espero que os guste y que comentéis.

 ¡Pero aquí os traigo el capítulo! Espero que os guste y que comentéis

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


-Tengo ganas de que vuelvas a Dortmund para verte.

-Tenemos un bonito reencuentro pendiente.- Susurré a través del teléfono.

-Va a ser muy bonito. Te estoy preparando una gran sorpresa.- El rubio rio.

-Estoy deseando ver lo que me tienes preparado, Marco. Sé que me encantará, todo de ti me gusta.

Sabía que Marco se había puesto rojo ya que soltó su pequeña risita que normalmente iba acompañada de sus mofletes rojizos.

-Haces que me sonroje, Mario Götze.

Y no fallé, se había sonrojado por lo que le había dicho.

-Me encantaría estar bien esos mofletes rojos ahora mismo acompañados de tu bonita sonrisa.

-Me encantaría poder acariciar tu pelo y poder besar tus labios, Mario.- Murmuró.

-A mí también, pero ya queda menos. Aguanta unos pocos días, ¿podrás?

-¡Claro que sí! Soy un chico fuerte y valiente que podrá esperar a su novio durante unos días, lo que pasa que le echará de menos.

-Yo también te echaré de menos, mi rubio.


Andando por los pasillos me crucé con Pierre y la tensión se pudo notar porque cada uno se echó a un lado para evitar el contacto y nos miramos justo cuando nuestros cuerpos se encontraban en paralelo. Supongo que él no me podía aguantar ya que era el novio del chico del que estaba enamorado y yo no podía soportarle ya que intentó estropear mi relación con el hombre de mi vida.

Me detuve por unos segundos a tomar aire debido al encuentro tan inesperado que tuve con Auba y en ese instante escuché varias voces en el vestuario, pude distinguir que se trataban de Aubameyang y de Bürki. La curiosidad pudo conmigo y me quedé apoyado en una pared escuchando lo que decían.

-Sé que te dije que me centraría en mi familia, pero no puedo dejar de pensar en Marco.

-Y yo sigo pensando que para ti Marco es un capricho ya que estás aburrido con la vida que estás llevando. Es la misma rutina de siempre y quieres una nueva experiencia, pero la deberías tener con tu mujer y tus hijos.

-Te estoy diciendo que lo que siento por Marco es muy fuerte.

-Es una gran amistad la que tenéis y estás confundiendo tus sentimientos. No estropees tu bonita familia por una tontería y mucho menos rompas de nuevo la relación que tienen ellos dos. Se aman demasiado y no pueden vivir separados porque se mueren, aunque no quieran reconocerlo en ciertas ocasiones.

Roman tenía razón. Sin Marco a mi lado sentía que me moría y pude comprobarlo durante las veces que estuvimos distanciados o incluso con nuestra relación terminada. Y tenía miedo de Auba, de que intentase algo nuevamente con Marco. ¿No le había bastado con un rechazo por parte de Marco? ¿O con varios ante de que yo volviese a Dortmund?

Narra Marco:

En Dortmund todo iba bien. La rutina ahora se me hacía más amena porque un día más que pasaba significaba un día menos para ver a Mario, para tener ese ansiado reencuentro con él. Ya estaba preparando su sorpresa con la ayuda de Scarlett y estaba muy ilusionada ya que sabía que le iba a gustar. Mejor dicho, le iba a encantar.

-¿Has conseguido ya ese mensaje?

-Sí, lo he conseguido. Creo que amo a mi representante.- Le respondí a Scarlett.

-Y luego, cenita romántica.- Dijo ella.

-No solo eso.- Reí.

-Prefiero no saber lo que pasará después.- Soltó una gran carcajada que provocó que mi risa aumentara.- Y no te preocupes por mí, ese día me quedaré con Ann.

-Gracias, Let.- La abracé fuertemente.

A ella le gustaba que le dijesen Let, era su apodo y se lo había puesto su querida abuela. Ahora descansaba en el cielo y a la que ella quería con toda su alma.


-Marco, estás mejorando.- Dijo el fisio del equipo.

Una gran sonrisa se dibujó en mi rostro. Era lo que yo estaba notando, pero quería confirmarlo con algún profesional.

-Y creo que se debe a tu buen estado de ánimo.- Sonrió mi fisio.

-¿Sabes por qué es?- Pregunté curioso.

-Todos en el equipo lo sabemos, Woodyinho.

Era así como me llamaban en el equipo, a veces me decían Marcinho. Pero el apodo que más me gustaba era el de Woody ya que era así como me llamaba Mario.

Me sonrojé al saber que los integrantes del equipo técnico sabían lo que estaba pasando entre Mario y yo.

-Y nos alegramos de que seáis felices juntos. Además, esto no va a salir del equipo.

-Gracias por tu apoyo, Fred.

-No es nada, solo cuidaros y quereros mucho. Pocas veces se encuentran parejas tan bonitas.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Será nuestro secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora