Capítulo 35

276 30 10
                                    


Nota de la autora:

¡Buenas! Este es el penúltimo capítulo. ¡Espero que lo disfrutéis! Nos vemos el próximo fin de semana para ya el último capítulo. ¡Espero subir pronto algo más que los one shots! Pero es que estoy hasta arriba de exámenes otra vez y después de semana santa también y tendré poco tiempo.

 ¡Espero subir pronto algo más que los one shots! Pero es que estoy hasta arriba de exámenes otra vez y después de semana santa también y tendré poco tiempo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


-No sé cuándo volveré a jugar...- Conseguí pronunciar con un hilo de voz.

-¿Por qué?- Preguntó el moreno bastante preocupado.

No solo se notaba su preocupación en la cara, también en su voz y en como sus manos me rodearon delicadamente ayudándome a llegar al sofá para sentarme porque me estaba tambaleando, las piernas me estaban fallando ya que después del entrenamiento no había comido nada y me había pasado una hora llorando. Las fuerzas me flaqueaban.

-Los fisios me han dicho que no quieren que fuerce, no quieren que mi lesión se agrave por disputar unos minutos y claro, yo solo quiero jugar.

-Y eso te ha recordado al Mundial y a la Eurocopa que te perdiste.

Asentí ligeramente.

-Mi cuerpo está frustrando mis planes y lo más importante: mis sueños.

-No puedes pasarte toda la vida negativo, Marco.

-¿Y qué hago? ¿Seguir luchando para nada? ¿Para no recibir nada a cambio?

-Las cosas a veces son difíciles y los sueños más aún por eso tienes que luchar si quieres conseguirlos. Y los lograrás, pero lo mejor es que estaré contigo cuando lo hagas y diré: "te lo dije".

Le abracé repentinamente y me pasé unos minutos así.

-Estás temblando, ¿has comido?

Negué y Mario se levantó rápidamente a hacer algo de comer.

-Mal hecho, seguro que te has pasado un buen tiempo llorando después de haber entrenado y habrás gastado muchas energías. Eso te va a pasar factura.- Mario me regañó.

-No te enfades, por favor. Ya sé que soy un estúpido.

Mientras que Mario dejaba el aceite calentando para lo que fuese a cocinar se acercó a mí para besarme y secarme las lágrimas que nuevamente escapaban de mis ojos.

-Perdóname, no quería sonar brusco. Te quiero, Marco. Solo quiero que las cosas vayan bien y que estés feliz. Lo conseguiremos, todo está en nuestras manos. Empecemos mejorando tu alimentación y no forzando al principio.

-Está bien.- Dije finalmente no muy convencido.

-Tienes que ser paciente, paso a paso.


Entrené de nuevo individualmente, pero ya no tenía molestias por lo que me alegré muchísimo, estaba avanzando rápidamente.

-¿Qué tal el entrenamiento de hoy?

Mario se estaba quitando la camiseta. Estábamos en el vestuario con el resto de compañeros.

-No tengo molestias.- Sonreí entusiasmado.

-¡Eso es genial!- Exclamó el moreno, a lo que yo asentí.

Mario me dio un ligero abrazo y una palmada en la espalda. Aquí no podíamos besarnos, estaba muy claro. Nada de pareja cuando estábamos en el trabajo.

-No jugaré este finde, pero al siguiente quien sabe.- Sonreí.

-Seguro que podrás, tú sigue paso a paso como te dije.

Asentí y volví a abrazarle. Sentir sus brazos rodeándome era de las mejores sensaciones del mundo.

-Besaros, por favor.- Dijo Tuchel entrando en el vestuario.

Ambos le miramos extrañados, pero asintió con la cabeza.

Mario se acercó lentamente a mí con una sonrisa traviesa.

-Me lo han permitido.- Y tras esto juntó sus labios con los míos.

En el vestuario se escucharon aplausos, algunos "oh" y silbidos de entusiasmo.

Al separarme de Sunny me reí por lo que acababa de pasar. Había disfrutado de un buen beso con él bajo la atenta mirada de todo el vestuario, todo porque Tuchel nos había permitido este beso.

-Quiero que seáis felices, chicos.

Thomas nos dio una palmada en la espalda a cada uno.

-Y os lo he permitido porque Marco estará pronto jugando y eso es una gran noticia que hay que celebrar.- Nos guiñó un ojo y sonrió.

Era un gran tipo y un buen entrenador. Estaba seguro de que este año conseguiríamos muchas cosas gracias a él.

Volvimos a casa y decidimos ver una peli para descansar después del día tan duro que habíamos tenido entrenando.

Mario se quedó dormido viendo la peli y yo acaricié su pelo una y otra vez mientras que yo sí veía la peli.

Me sentía tan afortunado por tenerle entre mis brazos en ese preciso momento.


Quien haya hecho este dibujo tiene todo mi amor:

Quien haya hecho este dibujo tiene todo mi amor:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Será nuestro secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora