Soy una vampira

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Narra Lena

Sentí como varias balas impactaron en mi cuerpo. Fue como si me partieran en dos. Jamás había sentido tanto dolor. Seguía viendo como aquellos hombres cargaban con el cuerpo inerte de mi amor y se dirigían hacia el helicóptero. Había dejado de escuchar sus pensamientos. Me odie por haber llegado tarde a la azotea.

Cuando Kara abrió los ojos, el enorme dolor que sentía se desvaneció. Era tan adorable. Y en su mirada leí algo inaudito, un halo de amor. Kara me amaba. Me amaba. Los ojos se me iban cerrando. Puse la mano derecha en la herida del abdomen, era grande y sangraba mucho. Quise luchar por no dormirme, por volverme a levantar y liberarla de sus opresores. Pero fui incapaz de volverme a levantar.

Otra vez deje de escuchar los pensamientos de Kara y los pensamientos de los hombres de negro. No se me acercaron y se fueron creyendo que estaba muerta. Sentía mucho frió a pesar de qué era  verano y  hacía mucha calor.

Recupere un poco de movilidad en los brazos. Me volví a poner la mano en la herida del abdomen y no la localice. No lo había soñado, porqué mi ropa estaba muy manchada de sangre. ¿Qué estaba ocurriendo? Me sentía muy débil y magullada. Pero las heridas se habían cicatrizado en pocos minutos. Aquello era imposible.

Sentí como alguien estaba subiendo las escaleras. Aunque aún estaba lejos de la azotea fui capaz de leerle la mente. "Mañana le diré a Lex Luthor que no quiero seguir espiando a Lena. No sé, quizás mande a otra persona para este fin. ¿Qué hago? ¡Olivia, eso te pasa por dejarte llevar por la atracción! ¿Qué habrá sido tantos disparos? Espero que no sea mi jefe..."

Aquella revelación me duele mucho más que las heridas. ¡Bienvenida Lena al universo de tu familia! Siento una rabia enorme por haber sido tan idiota. ¿Por qué me había dejado seducir por mi rubia secretaria?

Extrañaba horrores a Kara y su silencio me estuvo matando. Des de que se había ido no se había dignado a llamarme. Y no sabía dónde localizarla. Me sentía como perdida. Y apareció Olivia, algo parecida a mi princesa, y me deje llevar. Hasta que aquella noche, percibí a Kara otra vez cerca de mí. Incluso, creí palpar sus celos al verme hacer amor con mi amante.

Sí, escuche a la perfección su rabia y que hubiera roto la ventana para separarnos. Alucine por lo que sentí y lo creía irracional. A parte, que hacía Kara suspendida en el aire en la calle, enfrente de mi habitación. No quise ser incrédula por eso me había levantado.

Abrí la ventana y no la vi. Aún así, seguía percibiendo sus pensamientos. Me vestí con rapidez y cuando subía hacia la azotea sentí el sonido de un disparo, a pesar de haber sido realizado con un silenciador. Y al llegar, comprobé que nada había sido producto de mis anhelos más profundos.

Pero llegue desgraciadamente tarde. Kara había vuelto a desaparecer. ¿Quiénes debían de ser aquellos hombres? Lo único que tenía claro que el helicóptero que se la llevó llevaba un logotipo que jamás había visto: CADMUS y no pertenecía al ejército.

La puerta de la azotea se abrió. Supe, sin abrir los ojos, que se trataba de Olivia. En sus manos llevaba una pistola. Aún dudaba que hacer. Al fin guardo el arma y corrió hacia mí. Me sentía muy débil. Abrí los ojos y la sonreí. Busque sus labios y la bese con ardor. No sabía porque lo hacía. Sólo me dejaba llevar por un extraño impulso, mucho más fuerte que mi razón.

Sentí como su pulso se aceleraba por el vendaval de nuestra pasión. Mis ojos se abrieron. Deje de comerle la boca y me dirigí a su cuello. Directa a la zona de la arteria carótida. Y sin pensar, como algo instintivo, la mordí. Mis dientes se afilaron y le hice un buen mordisco. Y empecé succionar y a beberme su sangre. Olivia se desvaneció en mis brazos. Mientras yo me iba sintiendo mejor, más vigorosa. Le retorcí sin piedad el cuello y me levante en un salto.

Tan sólo túWhere stories live. Discover now